La ciencia y la Virgen de Guadalupe


Estudios científicos sobre la imagen de la Virgen de Guadalupe

Virgen de Guadalupe


-El fenómeno de la tela:

 Lo primero que llama la atención de los expertos en textiles es que la tela del ayate sobre el que está la imagen de la Virgen es de fibra vegetal de maguey. Por su naturaleza, esta fibra se descompone por putrefacción en veinte años o menos.  Sin embargo el ayate de la imagen ha resistido mas de 470 años en perfecto estado de conservación. Por causas ininteligibles a los expertos, el ayate de la imagen es refractario a la humedad y al polvo. La imagen de la Virgen de Guadalupe estuvo 116 años expuesta a las inclemencias del ambiente, sin protección alguna contra el polvo, la humedad, el calor, el humo de las velas y el continuo roce de miles y miles de objetos que fueron tocados a la venerada imagen, además del constante contacto de manos y besos de innumerables peregrinos, y de por si el calor de una infinidad de velas. Todo esto sin que se haya deshilachado ni desteñido su bella policromía.

No se ha descubierto ningún rastro de pintura en la tela. De hecho, al acercarse uno a menos de 10 centímetros de la imagen, sólo se ve la tela de maguey en crudo. Los colores desaparecen. Estudios científicos de diverso tipo no logran descubrir el origen de la coloración que forma la imagen, ni la forma en que la misma fue pintada. No se detectan rastros de pinceladas ni de otra técnica de pintura conocida.

Los científicos de la NASA afirmaron que el material que origina los colores no es ninguno de los elementos conocidos en la tierra. Se ha hecho pasar un rayo láser en forma lateral sobre la tela, detectándose que la coloración de la misma no está ni en el anverso ni en el reverso, sino que los colores flotan a una distancia de tres décimas de milímetro sobre el tejido, sin tocarlo. Los colores flotan en el aire, sobre la superficie de la tilma. Varias veces, a lo largo de los siglos, los hombres han pintado agregados a la tela. Milagrosamente estos agregados han desaparecido, quedando nuevamente el diseño original, con sus colores vivos.

En el año 1936 el Obispo de México hace analizar tres fibras del manto por el que posteriormente sería premio Nobel de Química del año 1938 y 1949, el Dr. Richard Khun (de origen judío).


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Kuhn estudió esta pintura, y su respuesta dejó atónitos a los oyentes: \”Estos colorantes no son ni minerales, ni vegetales, ni animales\”. No pudo explicar el origen de los pigmentos que dan color a la imagen, ni la forma en que ésta fue pintada.

 -Indestructible:

En el año 1751 el retrato fue analizado por Miguel Cabrera junto con José Ibarra, y comprobaron que en la Imagen no hay rastros de pintura mirando por detrás, y por delante era visible la pintura pero no había rastros de pinceladas de ningún tipo. En el año 1791 en el lado derecho superior cae ácido muriático haciendo un agujero de cerca de 10 centímetros de diámetro. En 30 días el sector dañado se reconstituyó sólo sin que nadie hubiera hecho algo para remendarlo o entretejerlo. Hoy en día queda la aureola de la mancha y sólo con instrumental preciso se pueden rastrear los restos de ácido muriático en la Tilma.

El día 14 de noviembre de 1921 el pedrero Luciano Pérez, un español anarquista, depositó un arreglo de flores al lado de la Tilma de Juan Diego. En ellas había colocado una carga de dinamita que destruyó todo alrededor, mas la Tilma no sufrió absolutamente ningún daño. Pero el crucifijo de pesado metal que se encontraba en las proximidades fue totalmente doblado por la explosión, y se guarda como testimonio. Sin embargo la imagen de la Virgen quedó intacta. El cristal del marco de su imagen no se rompió.


-El Fenómeno de las Pupilas:

 Por computadora, el Dr. Aste, agranda la imagen de la pupila del ojo derecho e izquierdo en forma digitalizada, y descubre trece personas que están siendo observadas por los ojos de la Imagen de la Virgen de Guadalupe. 

 Pero allí no termina la sorpresa, ya que al agrandar la pupila del Obispo Juan de Zumarraga otras mil veces más, o sea 1 milímetro de la imagen se agranda primero 2500 veces y luego la pupila del obispo 1000 veces más y allí aparece nuevamente la imagen del indio Juan Diego mostrando la Tilma con la Imagen de la Virgen de Guadalupe, retratada en los ojos del obispo. Dos veces se retrata la imagen: una vez en los ojos de María, y luego en los ojos del obispo retratados en los ojos de María. O sea que esta imagen se observa en el tamaño de un cuarto de micrón, que es la ¼ parte de un millonésimo de milímetro.

¡Esto hizo que el Doctor Aste Tonsmann no durmiera por varios días maravillado de algo tan increíble!. No es para menos, los milagros deben maravillarnos. En caso contrario, ¿qué sentido tiene que Dios los realice?

Si bien sus dimensiones son microscópicas, el iris y las pupilas de los ojos de la imagen tienen impresa al menos la imagen sumamente detallada de trece personajes. Las mismas personas están presentes tanto en el ojo izquierdo como en el derecho, con diferentes proporciones, al igual que sucede en los ojos de un ser humano que refleja los objetos que tiene en frente. El reflejo transmitido por los ojos de la Virgen de Guadalupe es la escena en la que Juan Diego mostraba al obispo fray Juan de Zumárraga y a los presentes en la estancia el manto con la misteriosa imagen.

Era el 9 de diciembre de 1931. La técnica que ha utilizado para su estudio Aste Tönsmann es la del proceso digital de imágenes usado por los satélites y por las sondas espaciales para transmitir informaciones visivas. El científico, de hecho, ha trabajado durante años en IBM en procesamiento digital de imágenes.

 Según las conclusiones del estudio, nos encontramos ante una imagen «que no ha sido pintada con mano de hombre». Ya en el siglo XVIII varios científicos realizaron pruebas científicas que mostraban cómo era imposible pintar una imagen así en un tejido de esa textura. De hecho, con el pasar del tiempo, las fibras del «ayate» (o tilma) que utilizaban los indios se degradan.

Normalmente no deberían durar más de veinte años. Sin embargo, la imagen está impresa desde hace 470 años. La imagen del obispo Zumárraga (retrato minúsculo hallado en los ojos de María) fue agrandada a su vez mediante tecnología digital, hasta poder observar qué se refleja en su mirada, en los ojos del obispo retratados en los ojos de María. Allí se halló la imagen del indio Juan Diego, abriendo su tilma frente al obispo. ¿El tamaño de ésta imagen?. Una cuarta parte de un millonésimo de milímetro.


Pupilas de la Virgen


-Estudios oftalmológicos realizados a los ojos de María han detectado que al acercarles luz, la retina se contrae, y al retirar la luz, se vuelve a dilatar, tal cual como ocurre en un ojo vivo. ¡Los ojos de María están vivos en la tilma!. También se descubre que los ojos poseen los tres efectos de refracción de la imagen que un ojo humano normalmente posee. Lograr estos efectos a pincel es absolutamente imposible, aún en la actualidad.