Músicos famosos y el Infierno

Músicos famosos y el InfiernoKaty Perry



Es interminable la lista de cantantes que alcanzan la fama de forma meteórica. Katy Perry, conocida por sus temas de inspiración lésbica, ha explicado el secreto de su éxito en una entrevista que recoge Youtube: “Vendí mi alma al diablo”.

No es pues John Lennon el que posee esta prerrogativa en exclusividad; Eminem, K. West, B. Dylan y no pocos raperos, también la comparten.
El alma, a diferencia del dinero y la fama, es indestructible, y pactar con el Maligno supone un negocio demasiado estúpido: habitar para siempre en el horror de los corredores del Infierno, si el sujeto muere sin arrepentimiento.

Bill Wiese, Mary Baxter o Matilde Oliva fueron testigos obligados en el escenario del Averno, colocados por Cristo para que, de regreso a la Tierra, evangelizaran sobre esta realidad. Pensemos en la mala influencia del rock o del metal en nuestros hijos, colgados durante horas de Iphones, Blackberrys, ordenadores… ante su carga subversiva, cuando no directamente satánica. Según J.P. Regìmbal, dieciocho suicidios entre jóvenes de 15 a 21 años en la región de Montreal-Granby-Québec, en menos de un año, tuvieron un factor común: la afición desmedida por el rock´n roll.