Asesinada en un ritual satánico




 
Un joven asesinó a su novia de 16 años, Karina Elizabeth Sánchez Monges (en la foto) en un presunto ritual satánico

















Karina era una joven trabajadora con aspiraciones de convertirse en una administradora. Para financiar sus estudios, confeccionaba bijouterie, que vendía entre sus amigos y vecinos de Loma Pytã (Paraguay).
Los investigadores dicen que la hipótesis que cobra más fuerza es que la joven habría sido asesinada sin escrúpulos como parte de un rito satánico.
El móvil satánico

La abuela de Karina dijo que no sabía de la relación de la joven con el principal sospechoso del asesinato, Juan Ramón Solís Ferreira (19), con quien habría estado involucrada sentimentalmente y que en la tarde del 8 de enero confesó haber asesinado a su ex-pareja junto a otras dos personas como parte de un ritual satánico. Solís dijo que formaba parte de una secta desde principios de 2012.

Según los datos que manejan los investigadores, Karina habría decidido cortar su relación con Juan Ramón después de que él supuestamente había intentado abusar sexualmente de ella atándola a una cama

Frustrado por haber sido rechazado, Juan Ramón le quitó a Karina su celular. El día 5 le dijo a la fallecida que le iba a devolver el teléfono como excusa para contactar con ella. Así es como Karina accedió a encontrarse nuevamente con el joven el último día que había sido vista con vida. Karina partió de su vivienda, minutos después, la joven recibió un mensaje de texto del supuesto asesino, lo que se convirtió en la principal evidencia para detenerlo. En el mensaje, Juan Ramón Solís le manifestó que iba a devolverle su celular si se encontraban frente a un acceso clandestino del predio de la ex-Caballería.

El asesino guió a la víctima al campo de tiro del lugar, donde supuestamente se encontraban otras dos personas. Entre los tres ahorcaron a Karina hasta su muerte para luego violarla por turno. Como parte de un rito satánico, los hombres se hicieron cortes en el dedo índice de la mano izquierda y derramaron su sangre sobre la víctima.
Los hombres, siempre de acuerdo a la versión de los investigadores, fueron a una estación de servicio y compraron gasolina, con lo que empaparon la ropa de la víctima. Alrededor de las 22:00 de ese día, los bomberos acudieron al sitio para apagar un incendio, sin percatarse de la presencia del cadáver. Después, el día 7 por la tarde, un fiscal encontró el cuerpo accidentalmente, cuando caminaba por el predio de la ex-Caballería. Los familiares confirmaron que se trataba de Karina.
Dificultad de esclarecer los hechos

El asesino de Karina era miembro activo de la una iglesia evangélica, el Centro Familiar de Adoración. Sin embargo, según relatos de Juana Ferreira y Javier Solís, padres del joven, el mismo había dejado de asistir  desde hace ocho meses. La madre empezó a notar cambios desde hace unos tres meses, cuando se dio cuenta que vivía nervioso y no se despegaba de su celular. “Parecía que algo le preocupaba, no soltaba el celular, no podía comer y hasta en el baño estaba con el celular”, contó Ferreira.

Según los investigadores el mismo había manifestado que desde hace tres meses se unió a un grupo satánico, con el que estaba realizando distintas “pruebas” que incluían el sacrificio de animales y el robo de cadáveres. La última prueba era el sacrificio de un familiar. El sospechoso confesó que los otros miembros del grupo le habían pedido que sacrificara a su novia o a su hermana, pero finalmente eligió a Karina.


Luis Santamaría