*Haced útiles las horas rezando y amando

 

Habla el ángel Clarus (Custodio de Giuliana Crescio).

Vosotros, haced útiles las horas rezando y amando. Preparaos felices para el vuelo. Toda cosa material termina, pero vive, transformada, en el Infinito. Por eso, lo que se llama finito es realidad; no tiene fin, sino que se transforma.

Nosotros los ángeles estamos donde nos lleva nuestro pensamiento, donde nos llama nuestro deber, donde nos transporta el amor. Los santos viven como nosotros los ángeles, pero aún gozan más, y por haber sufrido pruebas en el tiempo, y haberlas aceptado viven donde desean y ven lo que aman, y lo mismo para todos los del infinito en la luz que proviene del pensamiento creador de Dios.

Las fuerzas cósmicas en el Universo, que es pensamiento y creación de Dios Trino para la vida universal y la creación contínua, son fuerzas espirituales que emanan de todo aquello que vive y vivirá en el espíritu. Dan vida al universo material y también a los hombres y dan fuerza al universo invisible. Están siempre en acción y os mantienen con vida, como si fuesen cargas eléctricas. Son ondas vitales que hacen vivir.

Para no ser destruidos en el espíritu, es necesario defenderse con la Gracia, la caridad, la pureza, la lealtad y, en definitiva, con el amor. La vida tiene un solo origen: Dios. Dios mantiene la vida a través de Su pensamiento, que atraviesa todo y penetra en la inmensidad y en lo inmensamente pequeño. El pecado es contrario al amor. Lleva a la oscuridad que choca con la luz. La Gracia es la sola fuerza. Es bellísima por ser obra de Dios. El amor es el principio de la vida.

Lo eterno no se detiene; vive y hace vivir. El tiempo es medido por su ritmo. El ritmo es armonioso y armonía universal material, porque fuera del tiempo nada es medido. La eternidad es estática y al mismo tiempo es contínua, como un tiovivo que gira pero sigue estando en el mismo lugar. En la eternidad ya no hay más ritmo. Las cosas espirituales no tienen ritmo sino eterna armonía. El ritmo se puede contar. Se cuenta todo aquello que tiene límite. Es inútil contar aquello que no termina. El pecado puede romper el ritmo porque el pecado lleva en sí mismo. El pecado es desarmónico. En vosotros pasa la fiebre del pecado a medida que os purificáis. Entonces os renováis por dentro. 

Aquello que veis sabréis distinguir si es bueno o es malo según vuestro grado de perfeccionamiento. La Gracia enciende al alma e irradia luz, y la luz disipa las tinieblas. Quien hace la voluntad de Dios está en el ritmo, es armonía material y espiritual. El ritmo es paz interior, es estar en sintonía con todo y con el propio espíritu. El ritmo del hombre es el 7. Dios ha creado en siete días. La creación ha sido hecha para el hombre. El hombre ha sido creado para la creación eterna. El ritmo es del alma, lo escucha el alma: es la paz del alma en gracia. La fiebre del pecado pasa con el arrepentimiento. Vivid en el amor y estaréis en el ritmo. La Gracia tiene su música, que es el ritmo. 

También las estaciones, los meses, los días, los años, están en el ritmo del tiempo. En el no-tiempo habrá para vosotros mucha armonía y las flores de aquellos jardines os mandan sus perfumes: la ESPERANZA. Nosotros los ángeles nos adecuamos a vuestra mente entrando en vuestro ritmo y os pedimos y os exhortamos a que conservéis la Gracia. El hombre liberado de la materia, santificado por la Gracia, tiene infinitos sentidos para gozar de todo, todo lo percibe. Son los sentidos del espíritu. La materia está limitada a los cinco sentidos, pero el espíritu no tiene límites.


Quien sigue a Jesús está salvado. En la Tierra ha dejado su Presencia, ha venido para vosotros, ha venido para salvaros. Nosotros los ángeles os ayudamos. Pedid con fe y obtendréis. Los milagros los hace Dios. Los santos interceden. Jesucristo os alimenta con la gracia por medio de la Comunión. Permaneced en gracia y alcanzaréis la Gloria, el Paraíso, la eterna felicidad.

CLARUS

LIBROS DE GIULIANA CRESCIO.