22 de Febrero, 2013
Mi amadísima hija, estás viviendo en el tiempo en que muchos de los hijos de Dios se han vuelto paganos. Incluso los nacidos como judíos y cristianos han recurrido ahora a distintos tipos de idolatría, como fue predicho.
¡Cómo me
ofende presenciar el respeto, que los hijos de Dios tienen en sus
corazones por la auto-gratificación y la creencia en dioses falsos, que
sólo existen en sus mentes!
Los
aumentos repentinos de espiritismo de la nueva era y la pasión por
todas las cosas, que están relacionadas a calmar la mente, ascienden a
una cosa: Estas personas están en la oscuridad porque se niegan a
reconocerme, Jesucristo. Al bloquear la Luz de Dios,
deliberadamente, se quedan expuestos a la oscuridad del espíritu del
mal. Satanás y sus demonios se aprovechan de tales almas y causan, en el
interior de ellas, un vacío severo terrible, que no importa
cuáles son los remedios espirituales de la nueva era que buscan, ellas
nunca encontrarán consuelo, porque este no es el hábitat natural en el
que nacieron.
El
paganismo que se ha apoderado de la humanidad en este momento se
encuentra en su nivel más alto desde antes del tiempo en que Yo,
Jesucristo, nací en la tierra. Aunque al mundo se le dio la
Verdad de la existencia de Dios, y a pesar de que, a través de Mi muerte
en la Cruz, los salvé de la condenación, todavía dan la espalda.
Egocentrismo,
adulación y amor por los excesos mundanos, son el azote de la humanidad
y provienen de un sentimiento desesperado de incomodidad, inquietud y
pobreza espiritual. La idolatría --amor por la gente famosa, falsos
dioses y la exposición de objetos paganos-- lleva una nube de oscuridad
sobre todos aquellos que se apasionan por tales aspiraciones.
Los Cristianos sufren el ridículo por manos de este tipo de personas,
pero a través de sus sufrimientos y oraciones, pueden ayudar a salvar a
sus semejantes (prójimo) de las llamas del infierno.
Cuando
coqueteáis con estos falsos ídolos, jugáis con los demonios del
infierno, enviados para arrastraros al abismo por la eternidad.
Nunca creáis que ese tipo de prácticas paganas son inofensivas, porque
no lo son. Cuando dedicáis vuestro tiempo y vuestra mente en tales
distracciones, os encerráis lejos de Dios y de la vida eterna.
Despertad a la Verdad. Yo soy la Verdad.
No hay otro camino hacia la felicidad eterna, sólo a través de Mí,
Jesucristo, el Hijo del Hombre. Vengo ahora a revelar la Verdad, para
que de esta manera pueda rescataros de nuevo y traeros vida eterna al
ayudaros a salvar vuestras almas.
Vuestro Jesús