*La PDD no disminuye la tasa de embarazo




Conclusiones sobre la píldora del día después
Un especialista en Farmacia Hospitalaria muestra en un informe diez conclusiones sobre los efectos del uso de la PDS: “es abortiva, no disminuye la tasa de embarazo imprevisto ni la de aborto provocado, y supone riesgos para las usuarias”, sobre todo “en adolescentes”

Desde hace siete años, venimos respondiendo a consultas sobre este producto que se centran en dos aspectos: por un lado, sobre el mecanismo de acción y la seguridad para el embrión, posible efecto post-fecundación y su información a las usuarias; por otro lado, sobre su seguridad para la mujer que lo toma. Estas consultas nos han llegado desde diversos ámbitos: ginecólogos, farmacéuticos comunitarios, abogados, periodistas y asociaciones profesionales.
Recientemente, con la discusión pública sobre la procedencia o no de mantener su uso facilitado sin receta, y con la proliferación de informaciones al respecto, nos han llegado nuevas demandas de información desde diversos ámbitos, privados y públicos. En la imposibilidad de contestar a todas ellas, realizadas cada una desde su óptica, hemos querido elaborar el presente informe para intentar dar satisfacción, en la medida de nuestras posibilidades, a las cuestiones planteadas.
Cuestiones planteadas.
En este informe trataremos de dar respuesta a tres cuestiones sobre levonorgestrel postcoital que nos han sido planteadas desde diversos ámbitos:
1. ¿Tiene efecto post-fecundación? Caso de que existiera, ¿sería una buena praxis omitir este dato a las usuarias por considerarlo irrelevante?

2. Su disponibilidad, bien bajo control médico con receta, o bien “expandida” (sin receta), ¿disminuye la incidencia de embarazo imprevisto y aborto?
3. Las características adicionales para que un producto se dispense sin receta, como son un bajo potencial de uso inadecuado y escaso riesgo para la salud, ¿son suficientemente satisfactorias en este producto?
Conclusiones:
Efectos anticonceptivos y abortivos de la PDS
1.-  La toma de la PDS, según la mejor evidencia disponible, reduce un 81% (IC95% 65-89%) la probabilidad de embarazo.
2.- Dicho efecto no puede explicarse solamente por un mecanismo anovulatorio. La contribución del efecto anovulatorio al afecto total de la PDS es aproximadamente del 50% (podría ser del 65% si el efecto total de la PDS estuviese en el extremo inferior del intervalo de confianza antes mencionado).
3.- La evidencia disponible muestra que la PDS no afecta a la capacidad de los espermatozoides para alcanzar útero y activarse para la fecundación. No disponemos de estudios que exploren su influencia en el transporte de los mismos a través de la trompa de Falopio.
4.- La evidencia directa sobre efectos endometriales de la PDS es inconcluyente. Se han detectado algunas alteraciones, pero sus implicaciones sobre la implantación del embrión son dudosas. Otros efectos, como la alteración del transporte tubárico o de la comunicación hormonal materno-embrionaria, no han sido investigados.
5.- Teniendo en cuenta los puntos anteriores, parece muy probable que la PDS actúe parcialmente mediante mecanismos post-fecundación que darían cuenta, al menos, de un 30% -y posiblemente, de un 50%- de su efecto en la disminución de embarazos confirmados. La negación del efecto post-fecundación (abortivo) carece actualmente de base científica relevante y no es consistente con la mejor evidencia clínica disponible sobre magnitud del efecto interceptivo de la PDS; lo mismo, por razones análogas, es aplicable al acetato de ulipristal.
6.- El hecho de que la PDS pueda actuar parcialmente mediante mecanismos que causan la eliminación del embrión, supone un dato de partida para la discusión ética y para las cláusulas de conciencia, y debe ser comunicado a los profesionales. La eliminación del embrión aún no implantado tiene relevancia ética y psicológica para las potenciales usuarias, muchas de las cuales manifiestan que no tomarían un producto de ese tipo. Por tanto, resulta imprescindible que sean informadas, sin ambigüedades ni omisiones, de que la PDS puede tener un efecto abortivo antes de la implantación.
Efecto nulo en la disminución de la tasa de embarazo imprevisto y la incidencia de aborto provocado
7.- Existe evidencia experimental de máximo nivel que muestra que facilitar la disponibilidad de la PDS no disminuye la tasa de embarazo imprevisto ni la de aborto provocado a nivel poblacional. Las afirmaciones según las cuales la disponibilidad de la PDS -con o sin control médico- contribuiría a disminuir los embarazos imprevistos o los abortos provocados, son contrarias a la mejor evidencia científica disponible y suponen una grave desinformación en materia sanitaria.
8.-  No son bien conocidas las causas de la ausencia de efecto sobre dicha tasa de embarazo imprevisto o incidencia de aborto provocado. Varios ensayos clínicos no encuentran cambios en el comportamiento sexual o uso de anticonceptivos, frente a uno que sí encuentra una sustitución parcial del empleo de métodos anticonceptivos habituales -incluido el preservativo-, por la PDS. La fiabilidad de todos estos estudios, que evalúan el comportamiento sexual autodeclarado, es reducida.
Balance beneficio/riesgo negativo para la salud pública
9.- Como cualquier otro producto hormonal, o incluso farmacológico, la PDS supone riesgos para la salud, y aún más cuando se usa en poblaciones escasamente representadas en los ensayos clínicos (p. ej., en adolescentes, mujeres con ciclos irregulares), en condiciones no probadas en los mismos (administraciones repetidas, más o menos frecuentes), y/o en personas con riesgos específicos (alteraciones de coagulación, historial de embarazo ectópico, salpingitis, interacciones, etc.).
10.- En consecuencia, la disponibilidad de la PDS atenta contra la vida de los embriones aún no implantados, supone riesgos para las usuarias, carece de beneficios en términos de reducción de la tasa de embarazo imprevisto y aborto provocado, y ocasiona un gasto superfluo. La expansión actual de la disponibilidad de este producto hormonal, sabiendo que ésta aumenta su utilización pero no aporta beneficios y sí riesgos, parece una decisión contradictoria desde el punto de vista de la salud pública, además de las consideraciones éticas.
Fuente: Forum Libertas