MENSAJES DE LA VIRGEN MARÍA A CHRISTINA GALLAGHER: Son muchos los que irán al infierno.
La mayoría irá al
purgatorio, y aquellos que irán al Cielo provendrán del purgatorio. Las
palabras de nuestra Madre relacionadas con los 3 estados de la vida
después de nuestra muerte son muy claros.
VIDA DESPUÉS DE LA MUERTE
En su mensaje a fines de Octubre de 1992, nos informó:
“Hay muchas calamidades que vendrán al mundo. El alma de la humanidad
será limpiada. Dios desea que venga a muchas partes del mundo para
prevenir a mis hijos. Algunos responden por un tiempo, otros no desean
oírme, otros no desean conocerme.
Habrá muchos que irán al Infierno.
La mayoría irá al Purgatorio,
y aquellos que vayan al Cielo, irán desde el Purgatorio…
Mi corazón está perforado y lleno de amargura. Deseo darles a mis hijos
muchas gracias y paz. Ellos desean continuar en la oscuridad y el pecado
y correr tras todos los deseo de la carne y del mundo”
PURGATORIO
Christina ha visto el Purgatorio muchas veces. Una vez miró almas en el
Purgatorio que fueron permitidas venir ante ella. Ella describe el
sentimiento de compasión como el que siente una madre al mirar a sus
hijos atrapados en el sufrimiento pero sin poder llegar a ellos.
En ocasiones por separado, Christina ha visto tres diferentes niveles
del Purgatorio. Uno de ellos le fue mostrado por Jesús quien la
acompañó; fue una experiencia dolorosa, lastimosa y detestable, tanto
que ella estaba convencida que debía ser el infierno. Esto sucedió
cuando Christina fue tomada por Jesucristo a las profundidades como en
un pasaje de arenas movedizas. Cuando se acercaron se abrieron
automáticamente ante ellos unas portones enormes, un tufo repulsivo lo
envolvía todo, la gente que vio vestían atuendos con capuchas cafés.
Vinieron hacia ella un sacerdote y un seglar a quienes ella conoció
durante su vida en el mundo aunque de manera superficial. Sus cabezas
estaban agachadas como si estuvieran cargando un gran peso de
sufrimientos. La vivencia en su totalidad impactó a Christina, así me lo
relató:
“El piso era de apariencia fangosa y despedía un hedor. Pude sentir una
sentimiento particular de agonía y tristeza por esas almas, no conocía
personalmente a esa gente. Solamente conocía de vista a un sacerdote y
un seglar, pero en el momento en el que estaba ahí, me pareció que eran
tan cercanos a mí como mi propia madre o padre. Los amaba tanto,
obviamente, Dios los estaba amando a través de mí y haciendo que les
tuviera lástima mediante Su propio amor hacia ellos. Cuando me ofrecí a
sufrir en su lugar, Jesús se fue.
Entonces quedé atrapada en lo que parecía ser una pared, es difícil de
describir, no me podía mover, pero no me importaba, tan sólo gritaba
“Jesús, por favor libera esta dos almas y si es Tu voluntad, déjame
quedarme aquí, pero libera a estas dos almas”. Durante esta experiencia,
me resigné a esperar ahí, de pasar por todo lo que tuviera que sufrir y
soportar. Vi demonios jugando con fuego que tomaban en sus garras y que
arrojaban hacia mí en mi estado de indefensión. Era más doloroso que
cuando en la vida terrenal te quemas tu cuerpo. Sin embargo mi simpatía
por estas dos almas para que fueran liberadas era algo más allá de lo
que podía entender. Después de esto, una enorme bola de luz blanca vino y
fui atraída hacia ella. Todo había acabado”
Jesús más tarde le confirmó a Christina que esas dos almas habían sido
liberadas. Le dijo que éste no era el nivel más bajo del Purgatorio, el
cual se llamaba la Cámara del Sufrimiento y que Christina no estaba
lista para verlo, aún. Ella espera nunca verlo debido al grado de
sufrimiento que testificó en el nivel que le fue revelado.
En otra ocasión Christina no sólo observó el sufrimiento de las almas en
el Purgatorio sino que tuvo que sufrir ella misma sus sufrimientos,
sucedió cuando fue conducida en un pasadizo embotador y lúgubre en el
cual se abrían una serie de portales a cada lado. El final del pasadizo
conducía a una puerta más amplia. Esta puerta en particular provocaba a
Christina una especial repulsión. Aunque intentaba apartarse, era
atraída directamente hacia ella, no tenía opción alguna. Durante el
camino hacia ella, tenía que parar en cada portal en donde soportaba las
agonías íntimas que afectaban las diferentes almas que estaban dentro
de cada caverna. La última era la más horrenda. Al preciso momento en
que se rindió a fin de ir ahí, se vio envuelta en una bola de luz.
En noviembre 2 de 1993, Christina recibió una experiencia que describe
el sufrimiento de aquellos en el Purgatorio. “Las almas en el
Purgatorio, las puedo ver en un mar de nubes grises tratando de
alcanzarme y llamándome por mi nombre: “Christina, reza por mí, reza por
mí, señalándome mi Rosario”. Y en diciembre 4 de 1993, ella los volvió a
ver implorando por su ayuda con sus manos en alto. Christina dice que
le recordaba la forma en que los peregrinos levantan las manos tratando
de tocar al Santo Padre.
Christina ha sido visitada por muchas almas en el Purgatorio
-sacerdotes, laicos, hasta obispos- todos pidiéndole sus oraciones,
todos deseando ser liberados. Un obispo que vino ante ella justo después
de su muerte le suplicó que Christina ofreciera una semana de sus
sufrimientos por él. Esta persona en particular, en vida creía en las
apariciones de Nuestra Señora a Christina pero no deseó conocer a
Christina o hacer cualquier cosa para poner en práctica los mensajes de
Nuestra Señora. Esto ocasionó que Christina le preguntara por qué debía
ayudarlo ahora cuando él la ignoró mientras vivía. Ella dijo que inclinó
la cabeza avergonzada y con tal arrepentimiento que por lástima a él,
ella ofreció los sufrimientos que necesitaba.
En la Fiesta de Todos los Santos, noviembre 2 de 1994, Christina vio que
el Purgatorio se abría ante ella estando en su propia casa. Sucedió de
esta forma: Vio una gran extensión y almas santas elevándose como si no
tuvieran peso por encima de lo que parecía ser humo gris. Algunos
gritaban el nombre de Christina y, como en forma de canto, le pedían
“reza por mí”. Lo que sintió Christina fue una profunda tristeza y
simpatía, había miles de gentes, requerían de un gran esfuerzo para
elevarse por encima del “humo” gris en el que estaban sumergidos
En el día de Navidad de 1994, durante la Misa, en el momento de la
Oración Eucarística “Venimos hacia Ti Padre, con alabanzas y en
agradecimiento a través de Jesucristo, Tu Hijo…” una gran muchedumbre de
almas provenientes del Purgatorio fue vista por Christina. Levitaban
pero inclinaban sus cabezas con gran reverencia por la Consagración en
la Misa. Al momento de la consagración, una luz proveniente de la Hostia
los envolvió. Después de alrededor de dos minutos cuando se disipó la
luz, se fueron.
En diferentes ocasiones, como en febrero 25 de 1996, durante la Misa,
Christina vio a las almas individuales que les han otorgado su libertad
del Purgatorio las cuales son atraídas a la Hostia Sagrada y desaparecen
en ella. En febrero 25 de 1996, vio a miles aparecerse en una forma
miniatura avanzando para ser consumidos en el Corazón Latiente de Jesús
que provenía de la Hostia.