LA REALIDAD DEL DEMONIO. Christina Gallagher.
“Es una experiencia que sacude al alma, sacude cada célula de tu cuerpo”,
dice Christina respecto al Demonio. Su presencia oscura, es “gélida y de
gran odio”, permea el aire y la llena de escalofríos espeluznantes.
“Inmediatamente, me volví hacia Dios, Empecé a alabar a Jesús y a Dios
Nuestro Padre y al Espíritu Santo.
Empecé a alabar a Dios a mi estilo,
con lo que llega primero a mi corazón. Frecuentemente ofrezco el mismo
ataque que estoy sufriendo, ese lapso de tiempo, de lo que Satanás está
tratando de hacer; lo ofrezco a Dios. Luego Satanás parece desaparecer,
de cierta forma, me siento atraída a hacer oración a un nivel más
profundo con más sinceridad y amor. Luego todo termina”
Nuestra Bendita Madre le dijo a Christina del vacío y dolor que hay detrás de Satanás y cómo él medra con nuestro temor:
“El temor los está reteniendo, el temor no proviene de Dios, sino del
Príncipe de la Oscuridad. El los mantiene en la oscuridad. Hagan todo
por el amor de mi Hijo, Jesús”
Christina es ahora más fuerte en contra de los ataques de Satanás. Ella aconseja a la gente que:
“Tenemos siempre que recordar que Dios es Luz y que Satán es oscuridad, y
aunque la oscuridad de una habitación pueda asustarnos, la luz puede
instantáneamente desaparecer toda oscuridad. Al abrir nuestros corazones
a Dios, Quien es Luz, vencemos el poder diabólico de la oscuridad y ya
no debemos temer. El único poder que tiene es el que Dios le permite. El
hombre también puede darle un ámbito de acción a través de nuestra
libre voluntad, al omitir rezar y al rehusar vivir dentro de los
Mandamientos de Dios”.
“No hay paz, no hay amor, sólo distracciones. Somos atraídos hacia todo.
En lugares del mundo no hay consideración o amor hacia los demás.
Requerimos de Dios, y con Dios y a través de la gracia y ayuda de Dios,
obtendremos la paz. Nuestra Madre Bendita desea que reconozcamos las
necesidades de los demás. Debemos amarlos porque Dios desea que nos
amemos unos a otros así como El nos ama. Cuando el demonio intenta
distraernos y molestarnos, perdemos nuestra paz, y cuando no tenemos
nuestra paz y nos sentimos distraídos, no podemos realmente orar con
propiedad”.
“Ahora bien, es diferente cuando alguien trata de orar y se percata que
su mente se encuentra vagando en algo que sucedió ese día. Podrían estar
preocupados en lo que están pensando. Esto es diferente a cuando el
demonio constantemente intenta separarnos de la oración. Si estamos
rezando el Rosario, podemos encontrar muchas dificultades. Enfado y
molestia pueden originarse en nuestras familias entre aquellos que
desean rezar el Rosario y los que no lo desean”
“Todo esto es el demonio que intenta detenernos, pero la gente debe
darse cuenta que cuando han optado por Dios, pueden vencer a Satanás y
sus ataques por la gracia del amor de Dios a través de la intercesión de
nuestra Madre Bendita. Entonces podrán realizar la voluntad de Dios y
liberarse de las tentaciones. ¿Cómo podemos vencer las tentaciones de
Satanás? Mediante los Sacramentos, la oración fervorosa, el ayuno y
sacrificándonos, por amor -todas estas cosas Satanás no las soporta. Lo
que más odia Satanás es que amemos y confiemos en Dios”.
Debido a la maldad esparcida por el mundo, la gente en ocasiones culpa a
Dios y se pregunta porqué Dios lo permite. Christina nos explica: es
nuestra libre voluntad. Dios nos ha hecho a su imagen y semejanza, por
lo tanto somos libres. Dios nunca nos retira nuestra libre voluntad, la
respetará por siempre. Por lo tanto, sólo puede invitarnos, nunca nos
forzará.
Christina nos dice: “Debido a nuestra libre voluntad Dios nos dice, que
recordemos usarla debidamente mediante discernimiento y la oración.
Estamos llamados a hacer las decisiones correctas. Sin embargo Satanás
también nos llama. Mediante la oración y los sacramentos, se fortalece
nuestra voluntad para realizar la voluntad de Dios. Pero Satanás
mediante tentaciones y engaños, también está siempre presente, está
constantemente intentando influenciar nuestra libre voluntad para que
rechacemos a Dios”.
La batalla entre Dios y Satanás, entre el bien y el mal, depende de
nuestro uso de nuestra libre voluntad que Dios nos ha otorgado.
Christina dice: “Pero no debemos temer a la oscuridad si estamos en la
luz, si permitimos y autorizamos a Jesús que viva en nuestras vidas.
Esto es lo que Nuestra Bendita Madre me ha enseñado. Mientras menos le
temo a Satanás y confíe más en Dios, estoy más capacitada para aceptar
la voluntad de Dios”.
Pero no debemos negar la existencia de Satanás. Christina dice que
Nuestra Madre le comentó que si negamos la existencia de Satanás,
negamos la existencia del pecado. Cuando negamos el pecado, negamos a
Cristo y a Su Sacrificio de Redención en el Calvario, que es un
sacrificio hecho, – subraya Nuestra Madre- para “redimirnos de nuestros
pecados”.
La negación de Satanás, como la negación del Infierno, dice Christina,
nos causa que “bajemos nuestra guardia y pongamos nuestras almas en
peligro que es precisamente lo que Satanás siempre ha buscado obtener”.