Si finalmente los hombres no se convierten el primer mensaje formal de Garabandal habla de un castigo divino a la humanidad, de magnitud desconocida en la historia. Como el castigo es muy, muy grande, como lomerecemos, el milagro también es inmensamente grande, como el mundolo necesita.
El contenido del Castigo se les reveló a las niñas de Garabandal un
mes antes de ocurrir el milagro de la Comunión visible, en dos noches
sucesivas anteriores a la fiesta del Corpus de 1962, es decir casi en el
primer aniversario de la primera aparición del Ángel en Garabandal.
Como resultado de lo que vieron la primera noche, las niñas dieron
gritos impresionantes que asustaron a todo el pueblo que asistía a
cierta distancia al éxtasis.
Para
la siguiente noche las niñas indicaron que todos debían quedar lejos de
ellas de modo que no se las viera, aunque ellas estarían en el Cuadro.
Entre lo que se alcanzaba a oír se escuchaba: ¡Oh, permitid que
los niños pequeños mueran antes de que esto suceda; dad tiempo a que la
gente se pueda confesar antes de que suceda… ¡Espera! ¡Espera!...¡Que se
confiesen todos!... ¡Ay!... ¡Ay!... Los asistentes empezaron a pedir y pedirse perdón públicamente.
Entre los asistentes aquella noche en Garabandal el Padre Larrazabal,
que había llegado para ayudar en la festividad del Corpus, rezaba muy
emocionado en alta voz y todos le seguían. Cuando cesaba un momento, las
niñas, de la manera más angustiosa, volvían a llorar y a gritar,
aplacándose de nuevo cuando proseguía el rezo de los asistentes.
La madre de Jacinta, una de las cuatro niñas, recuerda que las oía
llorar con tales voces y tal horror, que quiso correr hacia su hija,
para ver qué pasaba, pero la echaron hacia atrás. Años más tarde,
recordando el suceso el albañil del pueblo, se jactaba de ser hombre que
no conoce el miedo, que anda de noche por cualquier rincón del pueblo o
por caminos apartados de los montes de Garabandal, sin sobresalto ni
temblor. Pero aquella noche de los gritos, reunidos todos allí
en la oscuridad, oyendo a distancia los llantos y los chillidos de las
niñas..., le temblaban de tal modo las piernas, que las rodillas daban
la una contra la otra sin que lo pudiera remediar: nunca he vivido cosa igual.
La impresionante aparición acabó hacia las dos de la madrugada. Al
volver a la normalidad, dijeron las niñas que se quedaban allí, todo el
resto de la noche, en oración. Todos quedaron rezando con ellas hasta
las seis de la mañana. A esa hora, el sacerdote se fue para la iglesia. Le siguió y se confesó todo el pueblo.
Días más tarde escribieron algunas líneas sobre lo que habían visto. La Virgen nos ha dicho
que no esperamos el Castigo, pero sin esperarlo vendrá; porque el mundo
no ha cambiado y ya lo ha dicho con ésta dos veces y no la atendemos,
porque el mundo está peor y hay que cambiar mucho y no ha cambiado nada.
Preparaos, confesar, que el Castigo pronto vendrá, y el mundo sigue
igual. Lo digo: que el mundo sigue igual.¡Qué pena que no cambie! Pronto
vendrá el Castigo muy grande, si no cambia.
Recordando años después este texto que escribieron, Loli añadió algunos detalles. Aquello
era horrible de ver. Nosotras estábamos totalmente espantadas... y yo no
encuentro palabras para explicar aquello...Veíamos ríos que se
convertían en sangre... fuego que caía del cielo... Y algo mucho peor
aún, que yo no puedo revelar ahora. En cualquier caso la Virgen dijo a Conchita que el Castigo no es una guerra, sino algo que viene de Dios.
Un estudio más completo sobre el Castigo de Garabandal, relacionado con
menciones de la Sagrada Escritura a este importante suceso, puede verse
en el libro "Garabandal, 50 años después"