*Las riquezas del Iglesia

La riqueza de la Iglesia es riqueza “cultual” (para el culto), no personal: jamás hemos visto a un Papa en la revista “Fortune” o entre los diez hombres más ricos en “Forbes”. 

Esta riqueza es patrimonio de toda la Iglesia Universal -fieles y jerarquía- y de toda la humanidad, acumulada en toda la historia de 2,000 años y es para el culto a Dios. No le pertenece al Papa ni la puede vender pues no es suya, ni tiene derecho a malbaratarla o malvenderla pues los fieles la han donado a través de los siglos en honor a Dios. Y si fue donada con este fin nadie puede venir a apropiarse de estas donaciones con un fin distinto o en contradicción con la voluntad de los bienhechores.

Su venta -si hipotéticamente y contra todo derecho se realizara- y se repartiera entre TODOS los pobres del mundo, no resolvería la situación de uno sólo.

Fue EXACTAMENTE el mismo "argumento" de Judas cuando la pecadora ungió los pies de Cristo con un perfume caro. Como se verá es un argumento mezquino, muy gastado y -por ende- poco original. 


Siempre se habla de las riquezas del Vaticano y del oro del Vaticano, pero una visita al mismo te dejaría totalmente desencantado pues en San Pedro no hay montones de oro en ningún lugar, hay piedra y bronce pero no oro, aun en el museo del Tesoro de San Pedro como dijo un ex adventista en una visita a San Pedro “en el metropolitan de NY hay más oro que acá!” y aun se quedó más abismado ante el “trono” del Papa, una silla pintada de dorado…

La Iglesia tiene templos, tiene museos, pero sería ilógico medir la riqueza del Gobierno de EEUU por el valor de la Estatua de la Libertad y de la Casa Blanca o del Brasil por el Cristo del Corcovado. Veamos la riqueza verdadera de la Iglesia: ¿Es anti-evangelica la riqueza cultual? Quien diga que sí no conoce las Escrituras, en el libro del Éxodo el mismo Dios de los Ejércitos diseña y ordena los objetos de culto.
Valdría la pena que los leyeras para tener fundamentos verdaderos y no repetir mecánicamente el "eslogan" de los anticatólicos.

En el año 258 DC el emperador Vespasiano le pidió al diácono Lorenzo que le entregara al día siguiente los “tesoros” de la Iglesia de Roma, al día siguiente se presento con todos los leprosos, tullidos, ciegos, enfermos , viudas y huérfanos de Roma y le dijo “estos son los tesoros de la Iglesia de Roma”, Lorenzo pago con su vida esta respuesta y murió quemado después de innumerables tormentos.


La historia no ha cambiado, sólo que ahora no se nos asa a los católicos en parrillas, sino que se emplea la difamación de estos mezquinos "argumentos".


Quienes no tenemos grandes fortunas ni propiedades, no nos sentimos agraviados por el patrimonio cultual y cultural de la Iglesia, al contrario creemos que participamos del mismo, pues no se trata de algo lucrativo sino de algo que nos es común a todos, pero sobre todo sirve para la honra de Dios mismo.

En cuanto a los pobres, parece ser que ignoras que es precisamente la Iglesia quien cuida de ellos a través de muchas obras evangélicas.


CATOLICIDAD