Cuenta María Simma, la vidente de las almas del Purgatorio:
"Un día se me presentó un alma y me dijo: ¿Me conoces?. Yo le dije que no. Él
respondió: Pero tú me has visto. En 1932 hiciste un viaje en tren y yo era tu
compañero de viaje.
Entonces, me acordé muy bien de ese hombre, orgulloso, que había criticado en
voz alta a la Iglesia y a la religión. Yo tenía 17 años y le respondí como pude.
Él me dijo: Tú eres demasiado joven para darme lecciones. Cuando bajé del tren,
le dije al Señor: Señor, no permitas que este hombre se pierda. Y esta oración
lo había salvado. ¡Cuánto puede hacer la oración, aunque sea pequeña, pero hecha
con fe! ¡Cuánto valen las obras de caridad para los demás!"
"Padre Eterno, os ofrezco la Preciosísima Sangre de Vuestro Divino Hijo
Jesús, junto con las Misas que se digan en todo el mundo hoy:
* Por todas las almas del Purgatorio.
* Por los pecadores en todas partes.
* Por los pecadores en la Iglesia Universal.
* Por los de mi propio hogar, y dentro de mi familia. Amén".
Oración que salva miles de almas:
"Oración unida a Los Latidos del Corazón de Jesús"
Récese todos los días: En el nombre del Padre etc., Señor mío Jesucristo...
¡Oh Jesús!
yo os pido humildemente me concedáis la gracia de salvar un alma por cada latido de mi corazón,
unido a los latidos del vuestro y a los del Corazón Inmaculado de vuestra Santísima Madre.
Os lo suplico por vuestra Preciosa Sangre y vuestra Divina Misericordia, salva a las almas, sálvalas Señor.
Padre nuestro, Ave María y Gloria.
Esta Oración es válida sólo durante 24 horas, y se refiere a la salvación de almas que aún viven.