PADRE PÍO DE PIETRELCINA (1887-1968)
"Precedido de tormentas,
vientos desencadenados y terribles terremotos, que abrirán la tierra y
la harán temblar, yo vendré una noche, durante los fríos meses de
invierno, a este mundo cargado de pecados: rayos y centellas, salidos de
incandescentes nubes, encenderán y reducirán a cenizas todo lo que está
contaminado por el pecado. La destrucción será total. El aire
envenenado de gases sulfurosos y levantando asfixiantes humaredas, será
llevado a grandes distancias por las ráfagas del viento. Las obras
levantadas por el hombre con espíritu loco y atrevido de adoración a sí
mismo, queriendo demostrar su ilimitado poder, serán aniquiladas.
Entonces la raza humana comprenderá que hay una voluntad muy superior a
la suya, que destruirá sus vacíos alardes de vanagloria. Rápidamente,
cerrad vuestras puertas y ventanas, tapad toda vista del mundo exterior
durante el más terrible de los acontecimientos; no profanéis vuestra
vista con miradas curiosas porque santa, santa es la ira de dios. La
tierra será purificada para vosotros, los restos del fiel rebaño".
"Encomendaos a la
protección de mi santísima madre; no os desaniméis a pesar de lo que
viereis y oyereis; es una ficción del infierno que no os podrá hacer
ningún daño. Cobijaos en constantes oraciones bajo la protección de mi
cruz e invocar a los ángeles de vuestras almas. Luchad con confianza en
mi eterno amor y no dejéis que se levanten en vosotros dudas acerca de
vuestra salvación. Cuanto más firme y perseverantemente permanezcais en
mi amor, tanto más seguramente os defenderé contra todo daño. Luchad por
las almas amadas de mi corazón".
"Perseverad por una noche
y un día y por una noche y un día, y a la siguiente noche se calmarán
los terrores. . . Al amanecer del próximo día el sol brillará otra vez y
su calor y su luz disiparán los horrores de la oscuridad. Aceptad la
nueva vida con humilde gratitud. Vividla con sencillez y gratitud en paz
y amor, según mi intención. Orad y sacrificaos para que vuestro
sacrificio produzca abundantes frutos de bendición y para que florezca
una raza nueva que alegre vuestros corazones . . . "
"El mundo os llamará
fanáticos, locos y creaturas miserables; amenazarán haceros vacilar en
vuestra constancia con su elocuencia engañosa. Y los tramposos
intrigantes del infierno intentarán ganaros con sus astutos engaños.
Luchad con humildad y silencio; combatir con las almas de las buenas
obras; oración, sacrificios y con la convicción interior del deber.
Buscad refugio en la madre de la gracia, para que el flagelo inevitable
resulte una victoria sobre el infierno y para que mis ángeles puedan dar
la bienvenida en las eternas venturas del padre a las ovejas penitentes
. . . "
Mensaje tomado de su
testamento y hecho distribuir por los sacerdotes franciscanos a todos
los grupos de oración católicos en el mundo, ya desde la Navidad de
1990:
«La hora del castigo está próxima, pero yo manifestaré mi misericordia.
Nuestra época será
testigo de un castigo terrible. Mis ángeles se encargarán de exterminar a
todos los que se ríen de mí y no creen a mis profetas. Huracanes de
fuego serán lanzados por las nubes y se extenderán sobre toda la tierra.
¿Temporales?,
Tempestades, truenos, lluvias ininterrumpidas, terremotos cubrirán la
tierra. Por espacio de tres días y tres noches la una lluvia
ininterrumpida de fuego seguirá entonces, para demostrar que dios es el
dueño de la creación.
Los que creen y
esperan en mi palabra no tendrán nada que temer, porque yo no los
abandonaré, lo mismo que os que escuchen mis mensajes. Ningún mal herirá
a los que están en estado de gracia y buscan la protección de mi madre.
A vosotros, preparados
a esta prueba, quiero dar señales y avisos. La noche será muy fría,
surgirá el viento, se harán... Y truenos.
Cerrad todas las
puertas y ventanas. No habléis con ninguna persona fuera de la casa.
Arrodillaos ante vuestro crucifijo. Arrepentíos de vuestros pecados.
Rogad a mi madre, para obtener su protección. No miréis hacia fuera
mientras la tierra tiembla, porque el enojo de mi padre es santo. La
vista de su ira no la podríais soportar vosotros.
Los que no presten atención a esta advertencia, serán abandonados e instantáneamente matados por el furor de la cólera divina.
El viento transportará gases envenenados que se difundirán por toda la tierra.
Los que sufran inocentemente serán mártires y entrarán en mi reino.
Después de los castigos, los ángeles bajarán del cielo y difundirán el espíritu de paz sobre la tierra.
Un sentimiento de inconmensurable gratitud se apoderará de los que sobrevivan a esta terrible prueba.
Rezad piadosamente el rosario, en lo posible en común o solos.
Durante estos tres
días y tres noches de tinieblas, podrán ser encendidas sólo las velas
bendecidas el día de la candelaria (2 de febrero) y darán luz sin
consumirse.»
". . . Este azote se hará
sentir en todo el mundo y será tan terrible que cada uno de los que
sobrevivieren se imaginará que será el único que ha quedado libre. Todos
se arrepentirán y serán buenos. Este castigo será muy corto,
instantáneo, pero terrible. Hasta el principio de las tinieblas, la
persecución de los justos por los malos y los impíos será tan grande que
habrán de padecer un verdadero martirio. Las cosas vendrán a tal
extremo que parecerá imposible humanamente hacer nada y que todo está
perdido. Entonces nuestro señor hará un cambio tan notable en un
momento, como de la mañana a la noche, que el pondrá todas las cosas en
orden. El triunfo de la iglesia vendrá precedido de un gran castigo.
Será un nuevo castigo y principalmente contra los impíos, que serán
juzgados y castigados. Serán muchos más los que sucumbirán a el que los
que se verán libres. Y enseguida vendrá el gran triunfo de la santa
iglesia y el reinado del amor fraternal; dichoso aquel que viva en tan
venturosos días".
MARÍA JULIA JAHENNY (1850-1941)
"Vendrán tres días de
grandes tinieblas. Las velas de cera bendita iluminarán durante estas
tinieblas horrorosas. Una vela durará los tres días, pero en las casas
de los impíos no arderán. Durante esos tres días los demonios aparecerán
en formas horribles y abominables y harán resonar el aire con
espantosas blasfemias. Los rayos y centellas penetrarán en las casas,
pero no apagarán la luz de las velas benditas los vientos, tormentas y
terremotos". . . "las tres cuartas partes de la humanidad serán
aniquiladas. El castigo será mundial".
"Si, hijos míos, en estos
últimos tiempos, aunque todavía ellos están alejados del fin que se
llama fin de los fines de la tierra, es decir, el fin de toda existencia
mortal, comprendedme bien, en estos últimos tiempos la tierra será
testigo de grandes y espectaculares prodigios, sobre todo en el cielo.
Habrá manejos impíos, falsos cristos bajo capa de piedad se van
introduciendo en la iglesia",