*Verónica Lueken ve el Purgatorio



             Veronica Lueken

VISION DEL PURGATORIO 


Verónica: Oh, Dios mío! Nunca había escuchado tal estruendo, gritos y lamentos. Y veo gente; ellos están vestidos, pero están flotando. No sé, pero esto parece no tener fin. Ellos están siendo lanzados atrás y adelante, y todo lo que puedo escuchar son gritos y gemidos. Oh Dios mío!

          “Oh Santísima Madre, no me hagas mirar eso. Mi corazón se detendrá, es tan aterrador!

          Nuestra Señora: “Hija Mía acércate a Mí. Vas a entender que hay tres mundos: Cielo, Purgatorio e Infierno. Yo he permitido que veas el Purgatorio y comprendo tu horror. Hija Mía, di todo lo que has visto”. 


          Verónica: He visto mitras: obispos y hasta muchos cardenales. Y Luego he visto numerosos sacerdotes con sus sotanas, ellos están todavía vestidos con sus ornamentos, ellos están gimiendo y suplicando. Ahora Nuestra Señora está colocando Su mano delante de mis ojos. Es aterrador. Esto es una de las cosas mas aterradoras que jamás he visto.

          Nuestra Señora está tocando Sus labios, lo que significa repetir. 


OBISPOS Y SACERDOTES EN EL PURGATORIO, EN EL INFIERNO

Nuestra Señora: “Hija Mía quiero que entiendas y lleves al mundo la absoluta verdad y la realidad de este lugar. Allí hay mitras y hay sotanas. Quiero que le digáis al mundo que ahora hay clero que está cayendo al Purgatorio, y algunos al Infierno, porque ellos están extraviando a las ovejas. 


          “El Padre Eterno quiere enviar al mundo la Bola de la Redención. . Hijos Míos del mundo, cuánto mas aplazamiento debo pedir? Por qué no escucháis Mi voz? He viajado por todo el mundo durante muchos años, suplicándoos que os arrepintáis de vuestros caminos de destrucción. 


          “Clero de la Casa de Mi Hijo , debéis dar mayor honra a Mi Hijo. Hay algunos que son una desgracia en su profesión, conduciendo a otros por caminos de pecado. Oh, qué poca fe tenéis, por qué envilecéis a los jóvenes? Vosotros los que os habéis entregado a los placeres mundanos y difamado vuestra profesión no entraréis al Reino del los Cielos. 

Ntra Sra de las Rosas a Verónica Lueken. Bayside. NY. 1993