*Satanás está convencido de su victoria

Ottavio Michelini


Actualmente Satanás, siendo tinieblas no tiene la jus­ta visión de las cosas, está convencido de que tiene la victoria en sus manos por lo que no sin dramáticas, horribles y pavorosas convulsiones dejará que se le escape su presa, que es la humanidad contagiada por su mal: la soberbia y la presunción.

Esta guerra tendrá su epílogo al fin de los tiempos, pero la guerra es una cadena de batallas como dije; y la batalla actualmente en acto es la más grande, después de la combatida por San Miguel y sus letones contra las po­tencias rebeldes.

Muchas batallas luego se han combatido en el trans­curso de los siglos pero ninguna de estas es equiparable a esta presente batalla en la que están incluidas naciones y pueblos de todo el mundo.

Los hijos de mi predilección serán, más que los otros puestos en la mira y hechos blanco de una feroz persecución pero de nada deben temer, en la hora de la prueba Yo estaré en ellos.
Yo que soy la Sabiduría, la Misericordia, el Amor y la Omnipotencia sabré plegar las oscuras maniobras y el loco orgullo de Satanás y de sus legiones para sacar de todo esto un triunfo: Mi Iglesia purificada.

¡Ay de aquellos, hijo mío, que rehusan ver! Bas­ta un acto de sincera humildad para permitir que la luz se filtre en sus almas.

Necios e insensatos si se obstinan en resistir al Amor que los quiere salvos. ¿No saben y no piensan a lo que están renunciando? No saben y no piensan en aquello a cuyo en­cuentro se dirigen?

Ves en esto hijo mío, cómo mucha os­curidad se ha hecho en Mi Iglesia...
La tierra es lugar de exilio, la Humanidad entera es­tá en marcha hacia la Eternidad.


El materialismo, encarnación de Satanás, negando y sustituyéndose a Dios pretende dar a los hombres un pa­raíso aquí en la tierra, una felicidad que ella no posee y por tanto no puede dar. 

¡Trágica mentira, astuto engaño al que muchos cristianos, sacerdotes y aún Obispos se han aferrado en nombre del progreso, olvidando el fin de la Creación y el de la Redención!
He aquí porqué ya no se habla de los Novísimos, del verdadero enemigo del hombre, del pecado con el que la obra de Satanás se identifica. De esto son responsables no pocos Obispos, muchísimos Sacerdotes.

La casi totalidad de los cristianos se han dejado se­ducir desviándose de la recta vía. Mientras tanto cada hombre como individuo está en marcha hacia la Eternidad, o de gozo eterno o de condenación eterna.


Confidencias de Jesús a un sacerdote
Ottavio Michelini, Italia, 1975