El Papa advierte: Jesús no nos manda a evangelizar sólo «si
queremos» o «si tenemos tiempo»
Más de dos millones de personas escucharon al Papa en
español y portugués.
28 julio 2013 ReL
Era la misa de la misión, y el Papa no defraudó las expectativas
de quienes ansiaban una arenga final que diese sentido y objetivo al lema de la
JMJ de Río de Janeiro: Id y haced discípulos a todos los pueblos.
Primero, explicó que lo vivido en las Jornadas, si no se
comparte, se muerte como el fuego que se queda sin oxígeno: "La fe es una
llama que se hace más viva cuanto más se comparte, se transmite, para que todos
conozcan, amen y profesen a Jesucristo, que es el Señor de la vida y de la
historia".
Pero, atención, que esa transmisión no es algo potestativo:
"¡Cuidado! Jesús no ha dicho: si quieren, si tienen tiempo, sino: «Vayan y
hagan discípulos a todos los pueblos». Compartir la experiencia de la fe, dar
testimonio de la fe, anunciar el evangelio es el mandato que el Señor confía a
toda la Iglesia, también a ti".
Hay que cumplirlo, pues, y con audacia: "Llevar a
Cristo a cualquier ambiente, hasta las periferias existenciales, también a
quien parece más lejano, más indiferente. El Señor busca a todos, quiere que
todos sientan el calor de su misericordia y de su amor".
Debe hacerse sin miedo, porque "cuando vamos a anunciar
a Cristo, es Él mismo el que va por delante y nos guía... Jesús no nos deja
solos, nunca les deja solos. Les acompaña siempre".
Además -añadió para subrayar el carácter comunitario de la
misión- "Jesús no ha dicho: «Ve», sino «Vayan»: somos enviados juntos.
Queridos jóvenes, sientan la compañía de toda la Iglesia, y también la comunión
de los santos, en esta misión... Jesús no ha llamado a los apóstoles a vivir
aislados, los ha llamado a formar un grupo, una comunidad".
Y la misión en compañía debe ser "para servir":
"Que nuestra vida se identifique con la de Jesús, es tener sus
sentimientos, sus pensamientos, sus acciones. Y la vida de Jesús es una vida
para los demás. Es una vida de servicio".
Con ese triple impulso (ir, sin miedo, para servir), el Papa
concluyó su homilía: "Queridos jóvenes, cuando vuelvan a sus casas, no
tengan miedo de ser generosos con Cristo, de dar testimonio del evangelio...
Llevar el evangelio es llevar la fuerza de Dios para arrancar y arrasar el mal
y la violencia; para destruir y demoler las barreras del egoísmo, la
intolerancia y el odio; para edificar un mundo nuevo. Jesucristo cuenta con
ustedes. La Iglesia cuenta con ustedes. El Papa cuenta con ustedes".