*Francisco y Benedicto consagran el Vaticano a San Miguel

Ciudad del Vaticano. Vatican Insider, 6 julio 2013.

La inauguración de la estatua en bronce situada en los Jardines Vaticanos se transformó en una verdadera consagración de todo el Estado de la Ciudad del Vaticano a San José y a San Miguel, a quienes el Gobernatorado había pedido como protectores. «San José –explicó el Papa, según lo que indicó la Radio Vaticana– custodia y dona paz a esta tierra, irrigada por la sangre de San Pedro y de los primeros mártires romanos, custodia y revive la gracia del Bautismo en cuantos viven y actúan; custodia y aumenta la fe de los peregrinos que llegan hasta aquí desde todas partes del mundo.


 A ti consagramos las fatigas y las alegrías de cada día; a ti consagramos las esperanzas y los desvelos de la Iglesia; a ti consagramos los pensamientos, los deseos y sus obras: que todo se cumpla en el Nombre del Señor Jesús... ¡Oh, glorioso Arcángel San Miguel, vela sobre esta Ciudad y sobre la Sede Apostólica, corazón y centro de la catolicidad, para que viva en la fidelidad al Evangelio y en el ejercicio de la caridad heroica! Vuélvenos victoriosos en contra de las tentaciones del poder, de la riqueza y de la sensualidad. Tú eres el baluarte, en contra de cualquier maquinación, que amenaza la serenidad de la Iglesia; tú eres el centinela de nuestros pensamientos, que libra del asedio de la mentalidad mundana; tú eres el líder espiritual que nos sostiene en el buen combate de la fe».
Así, Francisco y Benedicto confiaron al cuidado eficaz del padre adoptivo de Jesús y al Arcángel (en eterna lucha contra el demonio) todo el  conjunto de generosidad y miserias, dedicación y oportunismos, entusiasmo evangélico y corrupción que convive en los Muros Leoninos.