PrayerChair nació católico
Entre adivinos y echadores de cartas se impone un nuevo
método de evangelización: Silla de Oración
PrayerChair - una silla para escuchar y orar
«Silla de oración: es gratis, el coste ya se ha pagado;
palabras de amor y destino, sanación, paz, felicidad, libertad, vida
abundante... pida una bendición». Con esas palabras, más de uno se sienta,
habla, escucha... y reza. Y a veces, se cura o se convierte.
Pablo Ginés/ReL
«Evangelizar no es
espontáneo, requiere técnica», dice A. Brugnoli, de Centinelas de la Mañana
Una luz en la noche:
el método de evangelización callejera de Sentinelle del Mattino
«Happy Hour», la técnica
italiana para el llamado de Rouco a evangelizar en la movida nocturna
Nueva ola de fe para
España: usa métodos de kerigma y requiere crear comunidades
Las Lanes, en Brighton, Inglaterra, son unas callejuelas
turísticas estrechas, llenas de boutiques y restaurantes. En ellas abundan los
tenderetes al aire libre de echadores de cartas, tarotistas y adivinos que
cobran entre 8 y 20 libras la sesión. Pero desde 2008 hay allí un servicio
gratuito, anunciado con un cartel "sanwich" que se mantiene de pie y
se lee con claridad, junto a tres sillas:
"SILLA DE ORACIÓN.
Es gratis, el coste ya se ha pagado.
Palabras de amor y destino
Sanación
Bendición, paz, felicidad, libertad, vida abundante
Pida una bendición"
Todo lo empezó John Ghazal, católico inglés de padre iraquí,
enfermero de formación, casado, con cuatro hijos pequeños, que decidió llevar a
Cristo a las mismas calles tomadas por el esoterismo y la adivinación... es
decir, allí donde acuden las personas que se hacen preguntas.
Las personas se sientan y hablan
"Esta es mi idea de evangelización: me siento con mi
cocacola o café con leche, espero que venga la gente y hablamos",
explicaba a la revista católica GoodNews. Hay personas que se sientan, y
hablan. Después de escuchar a la persona, le propone orar por ella, le pide
permiso para poner su mano sobre su hombre y reza en ese momento. Si era
alguien enfermo, reza pidiendo su curación. Si era alguien pidiendo
orientación, reza pidiendo consejo a Dios.
Mientras tanto, gente de su grupo carismático de oración
recorre esas calles, bendiciéndolas en voz baja, rezando por los transeúntes,
por los tarotistas. Alguna vez que no podía venir gente de su grupo, en sus
primeros dos años, su anciana madre y su hijo de 8 años le apoyaban, rezando el
Rosario mientras paseaban bendiciendo el lugar.
En el primer año, ya pudo ver cosas asombrosas.
El ateo que se sanó
"Un día se sentó un tipo de Londres. Vi por su cara que
era una buena persona, con buen corazón. Me dijo que era ateo. Y le dije: mira,
no te voy a intentar convencer, te voy a mostrar que Jesús está vivo. El Señor
me dio una palabra para él: Soy tu Padre, eres mi hijo, te amo y te voy a
curar. Ordené que se fueran los dolores. La mirada de sorpresa en su cara era
asombrosa. Me dijo: ya no me duele. Empezó a ir calle arriba y calle abajo
diciendo a todos que había rezado por él y en nombre de Jesús se habían ido los
dolores de su cuerpo. ¡He ahí un ateo predicando la buena nueva! Cuando volvió
le dije: Si Jesús puede hacer eso en tu exterior, imagínate en tu interior.
¿Quieres recibirlo en tu interior como Señor y Salvador? Dijo que sí y recé por
él".
Incluso el día que vino la directora de GoodNews a conocer
la "Silla de Oración", se dio un caso interesante: se sentó el marido
de una terapista de Reiki, un hombre con dolor de espalda que no remitía; rezó
por él y se curó. El hombre fue a buscar a su mujer para que rezara también por
ella.
"Hay curaciones y conversiones, pero no son mi
objetivo: son consecuencias secundarias de sumergirnos en el amor del
Padre", explica Ghazal, que quería "recuperar las calles para
Dios". Por esas mismas fechas, Ghazal puso en marcha unas sesiones de
cenas evangelizadoras en el piso de arriba del restaurante de Omar, un amigo de
su infancia. Allí invitaba gente alejada de la fe a explorar la propuesta
cristiana en un ambiente de café-restaurante. Omar al principio estaba
preocupado, pero luego vio que Dios parecía bendecir su negocio con bastantes
más clientes de lo habitual.
PrayerChair se extiende... a los protestantes
En 2011 y 2012, la "Silla de Oración" se extendió
y grupos católicos empezaron a emplear este sistema en Gales, Truro, Croydon,
Worthing, Stoke on Trent, Newcastle y Harrow, casi siempre en zonas con
abundancia de paseantes y turistas tranquilos.
Pero lo más inusual es que grupos evangélicos de distintos
países se interesaron por esta metodología y han empezado a aplicarla. Un
pastor californiano de la Vineyard Church se encontró con Ghazal en las calles
de Brighton, vio cómo lo hacía, habló con él, y lo implantó en Ramona,
California.
Según recoge Goodnews en su número de septiembre 2012, un
pastor evangélico alemán, Rolf Larsson, que tiene un centro de retiros, soñó
que estaba rezando en la calle con dos sillas y un cartel con la palabra en
inglés "Prayerchair"... la tecleó en Google, y apareció la web de
http://Prayerchair.org, la web donde Ghazal explica su metodología. Va a
implantar el método en Alemania. Y en diversas iglesias protestantes del
Misisipi han pedido que alguien les entrene con detenimiento para practicarlo.
"Vuelva cuando se internacionalice"
En 2009, Ghazal visitó el Pontificio Consejo de Laicos en
Roma junto con otros responsables ingleses de la Renovación Carismática, como
parte de un curso de liderazgo. Un oficial del Pontificio Consejo entabló
conversación con él, se interesó por el método de la "silla de
oración" y le dijo "vuelva usted cuando sea una realidad
internacional". Pero ¿quién le iba a decir que la internacionalidad le
está llegando por la vía ecuménica, de la mano de grupos evangélicos?
De hecho, la Silla de Oración es hoy un ministerio
ecuménico, una iniciativa conjunta de católicos y evangélicos para formar en la
evangelización callejera. Actualmente, la formación incluye 12 sesiones
semanales, por la tarde, en la Vineyard Church de Brighton (en España sería la
"Iglesia La Viña", evangélica) e incluye un libro con todo lo que hay
que saber. John Ghazal también realizó una versión de entrenamiento abreviado
para jóvenes en la Universidad de Sussex con un éxito insospechado entre los
jóvenes entusiasmados.
Formando a formadores
Aquellos que completan esas 12 semanas (que incluyen salir a
las calles con las sillas y el cartel), son los que luego entrenan a sus grupos
locales para evangelizar con este método.
Si un método así funciona en la fría Inglaterra, donde ni el
clima ni el talante invita a charlar con desconocidos... ¿qué pasaría si se
aplicase en países cálidos y alegres como España o en Hispanoamérica?
Para contactar con John Ghazal para conocer mejor el método
se puede escribir al email oasishome@ntlworld.com y hay más información (en
inglés) en http://prayerchair.org