*Van pocos a la meditación semanal. Afortunadamente.


por Jorge G. Guadalix, sacerdote
Nos quejamos de que en demasiadas ocasiones apenas viene gente a las convocatorias parroquiales. Sin embargo hoy he de decir que me alegro de que a algunas llamadas no aparezca nadie o casi nadie. Mucho mejor.
Me han hecho llegar un texto repartido en una parroquia de una ciudad española en el que se da a conocer a los fieles la experiencia de meditación que se lleva a cabo semanalmente en una parroquia de Barcelona. Parece ser que a esta extraordinaria y fantástica experiencia acuden, según se dice en la hojita repartida, entre cinco y quince personas cada semana. Afortunadamente. Menos mal.


Para empezar, decir que estos encuentros los orientó el jesuita Xavier Melloni, que lo mismo imparte conferencias en una escuela de kundalini yoga, que es citado por la página de cristianos gays, o imparte ejercicios en régimen de meditación, silencio, mantras y dieta vegetariana, además de ser profesor de la Facultad de Teología de Cataluña y del Instituto de Teología Fundamental de San Cugat. Qué quieren que les diga, los que no hemos comprendido la modernidad nos sentimos raros en ese tipo de espiritualidad, pero es cosa nuestra.
Media hora semanal. Y de esos treinta minutos, los cinco finales para leer algún breve –a ver qué remedio- texto de la Escritura o de alguna otra fuente de espiritualidad –qué peligro-. ¿Y el resto del tiempo? Pues parece ser que entre relajarse, colocar bien las manos, aprender a respirar bien y repetir algún mantra se te van los minutos volando.
Interesante la “ambientación”: iluminación suave y cálida, cojines, velitas e incienso. La oración se hace en la capilla del Santísimo, pero ya se sabe que el Santísimo es una espiritualidad caduca y retrógrada. Por eso delante del altar colocan un icono de la Virgen que es mucho más interesante. ¿Resultado? Pues algunos días se han llegado a juntar hasta quince. Muchos me parece, pero hay gente pa tó. Me encanta eso de las varitas de incienso. Porque ya se sabe que el incensario es profundamente reaccionario, mientras que el incienso en varitas resulta rabiosamente actual. Cosas que uno va aprendiendo. 

He de reconocer que servidor es carca, reaccionario, retrógrado, rancio, cavernícola, ultarmontano, facistoide e infocatólico. Nosotros no dedicamos media hora semanal a la oración ni enseñamos ejercicios profundos de respiración y colocación de manos. Qué va. Nosotros a lo bruto: el Santísimo en la custodia, y perpetuamente, es decir, veinticuatro horas los trescientos sesenta y cinco días del año. ¿Quién va a acudir, se preguntarán el padre Melloni, la parroquia de Santa María del Taulat de Barcelona y el buen cura que repartió entusiasmado esta información a sus fieles? Pues CIENTO SESENTA Y OCHO HORAS semanales siempre cubiertas y con más que abundancia. Es decir, que mientras en la parroquia de Santa María del Taulat, con Melloni S.J., varitas de incienso, lucecitas, icono ad hoc, relajación y postura de manos hay semanas que a la media hora de oración acuden hasta quince personas, en la de un servidor, la Beata María Ana Mogas de Madrid, a lo bestia, sin más metodología que el Santísimo expuesto y el silencio, cientos y cientos cada semana. 

Pero no vamos a comparar. Aunque en Santa María vayan cuatro siempre será algo mucho más moderno, actual, ecuménico, sintético e hiperbólico, básicamente lúdico y perfectamente insípido