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Hace años, fui con mi padre a una librería de Cartagena para
comprar unas cosas. Mi padre le dijo al librero –Enrique Escarabajal se
llamaba- que recomendara un libro para mí. Yo era muy joven – no había
llegado a los veinte- . El librero, buen cristiano, entró a la
trastienda y sacó un pequeño libro, tamaño media octavilla, que se
llamaba Camino, de Josemaría Escrivá de Balaguer. Me dijo que me iba a
gustar, y mi padre me lo compró. Con mi pequeño tesoro regresé a casa, y
convertí el librito en un buen compañero que me iba aconsejando cada
día lo que debía pensar y hacer.
En los años de seminario me
acompañó el pequeño libro, que forré esmeradamente con plástico para
conservarlo bien. Me servía mucho para la meditación de cada mañana. El
primer punto me hizo pensar mucho siempre: Que tu vida no sea una vida estéril. —Sé útil. —Deja poso. —Ilumina, con la luminaria de tu fe y de tu amor.
Borra, con tu vida de apóstol, la señal
viscosa y sucia que dejaron los sembradores impuros del odio. —Y
enciende todos los caminos de la tierra con el fuego de Cristo que
llevas en el corazón (n. 1). Parecía escrito para mí, y lo he meditado muchas veces. No ha perdido actualidad en absoluto.
Actualmente, se han
publicado de Camino cerca de 4.500.000 ejemplares en 43 idiomas.
Camino
tiene un estilo directo, de diálogo sereno, en el que el lector se
encuentra frente a las exigencias divinas en un ambiente de confianza y
amistad. Cuando se publicó en Italia, L´Osservatore Romano comentó:
"Mons. Escrivá de Balaguer ha escrito más que una obra maestra, ha
escrito inspirándose directamente en el corazón, y al corazón llegan
directamente, uno a uno, los párrafos que forman Camino."
En el prólogo dice el autor: Lee despacio
estos consejos. Medita pausadamente estas consideraciones. Son cosas que
te digo al oído, en confidencia de amigo, de hermano, de padre. Y estas
confidencias las escucha Dios. No te contaré nada nuevo. Voy a remover
en tus recuerdos, para que se alce algún pensamiento que te hiera: y así
mejores tu vida y te metas por caminos de oración y de Amor. Y acabes
por ser alma de criterio.
El libro se conoció muy pronto en
todos los ambientes eclesiásticos.
Es preciso que seas "hombre de Dios", hombre de vida interior, hombre de oración y de sacrificio. —Tu apostolado debe ser una superabundancia de tu vida "para adentro" (Camino, 961).
A muchísimo laicos les ha ayudado a llevar vida de
oración por el camino de la santidad. Como testimonio destacado traigo a
Montserrat Caballé que dice sobre Camino:
"Camino es un libro en el que se recogen pensamientos que ayudan a encontrar a Cristo… Mi
vida no tendría sentido sin el canto, sin el arte. Sin ese don de
expresar de manera excepcional, privilegiada, el amor, la bondad, el
patriotismo, mis sentimientos más íntimos, los más nobles, los más
elevados. Poder hacer disfrutar a los demás es mi gozo. Hace muchos años
alguien me regaló Camino, un libro en el que se recogen pensamientos
que ayudan a encontrar a Cristo, y allí leí: Es preciso convencerse de
que Dios está junto a nosotros de continuo. Vivimos como si el Señor
estuviera allá lejos, donde brillan las estrellas, y no consideramos que
está siempre a nuestro lado. Estas palabras de San Josemaría Escrivá de
Balaguer, me han alentado a vivir de fe en mi trabajo, a no olvidarme
nunca de rezar antes de subir a un escenario, a hablar con Dios, de un
modo un otro, a lo largo de la jornada: a entender que mi fe puede
trascender también mi ámbito personal. Pero mi vida
tampoco tendría sentido sin mi familia, sin todo el elenco de valores
que configuran su entorno. Aunque, por imperativos profesionales, tengo
que desplazarme y viajar de un extremo a otro del globo, siempre he
procurado encontrar los espacios necesarios para cuidar esos valores: la
fidelidad, la unión y el amor hacia los amigos (...). Todo eso; mi
trabajo, mi familia, he procurado enaltecerlo por medio de la fe que me
ha hecho y me hace esperar el premio más grande, el éxito más
sorprendente, la alegría en el corazón de los que buscan al Señor".
Después de tantos años, sigo
leyendo y meditando Camino, porque su estilo y su doctrina siguen siendo
de rabiosa actualidad. El que no lo conozca que lo pruebe. No se
arrepentirá. El último punto de este pequeño-gran libro, que conservo
como recuerdo de mi padre, dice: ¿Que cuál es el secreto de la perseverancia?
El Amor. —Enamórate, y no "le" dejarás (999). De eso se trata.
Juan García Inza
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