El párroco (izquierda) y el voluntario, junto a Carlos Sobera |
18 noviembre 2013
ABC / ReL
¿Hay en España algún
comedor social regido por asociaciones de ateos o por sindicatos?
¿Por qué los
comedores sociales suelen estar a cargo de religiosos? La clave es la
constancia
San Pedro, Castel
Gandolfo y San Juan de Letrán fueron comedores sociales
La Parroquia de San Bartolomé de Onda (Castellón) abrió en
septiembre un comedor social para niños gracias a subvenciones municipales,
aportaciones privadas... y a los 5.000 euros que ganó el párroco, José García,
en un concurso de la televisión.
En concreto, el párroco participó el pasado mes de julio en
el conocido programa de las tardes en Antena 3, "Atrapa un millón",
presentado por Carlos Sobera. Concursó junto con uno de los actuales
voluntarios del comedor social. Ganaron, o "atraparon", 5.000 euros.
Este premio se convirtió en el primer fondo para poner en marcha el
comedor.
Ayudar a las familias necesitadas
Según un comunicado de la Diócesis Segorbe-Castellón, la
iniciativa se ha impulsado con el fin de ayudar a familias con necesidades.
El comedor tiene capacidad para 30 usuarios y asegura una
comida equilibrada a mediodía y proporciona leche para los desayunos.
Quince alumnos de primaria de diversos centros de la
población participan en la iniciativa, que cuenta con la colaboración de
voluntarios dedicados a consolidar rutinas higiénicas y alimenticias.
No podían costear la comida
Desde la parroquia se había detectado, junto con los servicios
sociales del Ayuntamiento, que muchos alumnos no podían costear la comida del
mediodía en los colegios, de modo que se quedaban con una mala alimentación.
Con este comedor social se contribuye a subsanar esta
dificultad, y se abre la posibilidad de contactar con la familia para ofrecer
recursos a las diversas problemáticas.
Menús nutritivos
Cada día una empresa de cáterin sirve la comida siguiendo un
menú nutritivo. El primero fue lentejas, salchichas y una fruta de postre.
Los voluntarios, que están entre los 20 y 40 años, acogen a
los niños, los ayudan a lavarse las manos, bendicen la mesa y están atentos a
mantener buenos hábitos de conducta en la mesa.
Al final organizan tiempos de juegos hasta la hora de
devolverlos a sus escuelas, ya que los desplazamientos también están asumidos
por la parroquia.
Las familias no pagan nada
Las familias usuarias no tienen que pagar nada, y todos los
gastos de funcionamiento se cubren, de momento, gracias a una subvención
municipal, donativos particulares y a los 5.000 euros aportados por el párroco
José García.
A partir del comedor, está previsto ofrecer talleres a los
niños, como clases de repaso, informática y fútbol, y el servicio continuará en
los periodos de vacaciones.