Habla Dios Padre a Javier Viesca, Mexico, 2010
Sobre: El Amor Encarnado bajará entre los hombres, sanará toda herida, sanará todo dolor, todo será renovado en el Amor.
Hijitos Míos, veréis los Cielos abrirse, veréis la llegada del Hijo del Hombre, bajará sobre la Tierra, sentiréis un Amor como nunca antes lo habéis sentido, el Hijo del Hombre, el Amor Encarnado (Lenguas...) El Amor Encarnado bajará entre los hombres, sanará toda herida, sanará todo dolor, todo será renovado en el Amor. Cantaréis, Mis pequeños, junto con los Ángeles, cantaréis himnos, glorias, cantaréis cantos de Amor por Mi Hijo, por vuestro Dios.
Benditas las almas que en ése
momento estén sobre la Tierra y reciban a Mi Hijo, le agradeceréis de
todo corazón, y ya con un corazón transformado, Mis regalos de Amor.
Mis pequeños, viviréis momentos insospechados, momentos que no os podéis
ni siquiera imaginar, porque se salen de toda capacidad humana y por
eso deberéis ser antes transformados, por Mi Santo Espíritu de Amor,
para que gocéis éstos momentos Divinos para toda la humanidad y las
almas que serán regaladas con ésta Bendición.
Mis pequeños, os comparto esto,
porque serán momentos bellísimos, que algunos de vosotros gozaréis.
Momentos de Amor Divino que se regalan a las almas fieles, a las almas
que buscaron su santidad, a las almas que se donaron por sus hermanos,
por su salvación eterna.
Tendréis riquezas inconmensurables
de espiritualidad y de Amor. Poneos ya en ésos momentos, Mis pequeños,
tomad ya vuestro lugar en ésos momentos santos, gozad junto Conmigo,
vuestro Dios, todo lo que Yo os daré y de lo que de ahí todavía se
derive, porque ése sólo será el Principio de un derramamiento de
Bendiciones y de regalos por las almas fieles, por las almas que
supieron ganar éstos momentos.
Yo os Bendigo, Mis pequeños y os
pido sigáis adelante, que aún a pesar de que veáis que los
acontecimientos que vendrán se pongan difíciles, que creáis
insalvables, no será así, Mis pequeños, porque siempre estaré con
vosotros. Un padre siempre cuida de los hijos y, especialmente, cuando
ésos hijos son fieles a la casa, al hogar.
Defiendan pues, Mis pequeños, lo que
Me pertenece, Mis Leyes, Mis Decretos y Mi Amor sobre la Tierra,
defiéndanlo aún a costa de vuestra propia vida, que vuestra verdadera
vida no es aquí en la Tierra, vuestra vida, será eterna, junto Conmigo,
si dejáis, porque Yo os lo pida, vuestra vida humana en la Tierra, por
defender lo Mío y a los Míos.
Recordad que tendréis una eternidad llena
de Bendiciones y de cuidados Paternos, que serán bellísimos y que
gozaréis eternamente.
Gracias, Mis pequeños.