*Pedid Mi Santo Espíritu para que seáis transfigurados

Habla Dios Padre a Javier Viesca, México, enero 2014
Hijitos Míos, debéis ser sinceros con vosotros mismos, honestos con vosotros mismos. Os hablaba de la mentira que os rodea, la mentira también está dentro de vosotros. Vivís también con la mentira en mayor o en menor grado, pero no sois honestos con vosotros mismos ni sois sinceros con los demás.

 
Escondéis muchas cosas y aparentáis otras tantas. Yo os he dado a cada uno de vosotros una espiritualidad particular, todos sois distintos ante Mis Ojos y a todos os amo. Pero os amo como os creé, no como os habéis criado vosotros mismos.
Habéis crecido según vuestra voluntad y no habéis crecido según Mi Santísima Voluntad.

Espiritualmente hablando, a cada uno de vosotros os di una personalidad y, os la di, para que, al ser parte de Mi Cuerpo Místico, en Mi Hijo Jesucristo, vosotros llenarais ése hueco. Cada uno de vosotros tenéis una obligación de amor, la de ir completando Mi Cuerpo Místico, el Cuerpo Místico de Mi Hijo, que fue desmembrado por causa del Pecado Original.

Entended una cosa, todo era una unidad, todo fue creado en una unidad, porque Yo Soy Uno, aún en Mi Santísima Trinidad, Somos Uno, aunque Seamos Tres Personas diferentes. Por el Pecado de satanás y, luego, el de vuestros Primeros Padres, se causó el caos Universal, todo se salió de la unidad, aún las estrellas del Universo, todo se desmembró y todo tiene que volver a unirse, todo tiene que regresar a la unidad y, para eso, se os dio el don de la vida para que Me ayudarais a regresar a la unidad.

Ciertamente, eso lo puedo hacer Yo Mismo, y Solo, sin necesidad de nadie, pero vosotros estabais en Mi Mente, vuestra Creación estaba ya en Mi Mente y os estoy dando ésa oportunidad de ayudarMe y, con vuestra creación, os estoy dando una Gracia muy grande, de poder ayudar a vuestro Dios a unir todo. Recordad que Somos Familia y la familia es una unidad y, cuando todo se vive en la unidad, todo es bello. Cuando se desmiembra la familia, la sociedad, todo lo que tenéis a vuestro alrededor, todo se vuelve un caos; y así lo provocó satanás, porque él sabía de Mi Unidad y él no quiso vivir en la unidad. Los mismos ángeles, arcángeles, todo el mundo angelical, vivía en la unidad, pero entró la maldad en la mente de Luzbel y él no quiso vivir en Mi Unidad, o sea, en Mi Voluntad y desmembró todo. Ese fue el caos Universal, el caos en los Cielos.

Ahora, con vuestra ayuda, Mis pequeños, vosotros, los que Me amáis, los que habéis comprendido lo que os estoy diciendo, porque os he dado ayuda espiritual para que entendáis todas éstas cosas, vais comprendiendo la realidad que vive el Universo entero.

Muchos hermanos vuestros no entienden éstas cosas, ni desean entenderlas porque están distraídos en las cosas del mundo, en las cosas que pueden tocar, que pueden ver y no en las cosas que Yo pongo en la mente y en el corazón de aquellos que están Conmigo.

Ciertamente, al unirse todo, se podrá entender ya lo que está dentro de la mente y en el corazón y todo se verá en lo físico. El Universo entero ya no será como está ahora, se unirá en Mi Espíritu, todas las cosas volverán a Mi Voluntad, el pecado ya no les afectará y todo se vivirá bajo Mi Gracia, bajo Mi Sabiduría, bajo Mis Ordenes.

Luzbel se apartó de Mí, quiso hacer su voluntad y ahí empezó el desmembramiento, luego, vuestros Primeros Padres, también se apartaron de Mi Voluntad y siguió el caos. Vosotros mismos, en éstos tiempos, la humanidad también quiere hacer lo que quiere, empezando por hacerMe a un lado y, de esta forma, no deseáis hacer Mi Voluntad y por eso el hombre ha venido sufriendo cada vez más, porque al no dejarMe hacer Mi Voluntad, todo cae y cae.

El hombre no está acostumbrado a la perfección y no la busca, porque satanás os tiene engañados, por eso os he dicho tantas veces que pidáis Mi Santo Espíritu, para que seáis transfigurados y que así podáis empezar a ver cómo todo lo que os rodea, todo lo visible, no está dentro de su función correcta, no está funcionando correctamente de acuerdo a Mi Voluntad y os estáis perdiendo de bellezas inimaginables. 

Estáis viviendo a medias, no estáis viviendo al cien por ciento con todo lo que Yo creé. Grandes regalos tendréis y os esperan, llegará el tiempo en que viviréis en Mi Perfección y, si Me amáis, Me agradeceréis infinitamente Mi Paciencia, el que os haya esperado para que regresarais a Mí, porque Yo quiero que vosotros gocéis de lo que Yo creé. Yo quiero que gocéis de Mis perfecciones y de las capacidades infinitas que puse en vosotros, no las habéis desarrollado, ni podéis desarrollarlas, porque no vivís abandonados a Mí y porque no creéis en Mis Palabras ni en Mis Capacidades Divinas. Vosotros estáis deteniendo Mi Obra en vosotros mismos.

Mucho bien os espera, Mis pequeños, mucho bien, pero cambiad, cambiad con ayuda de Mi Santo Espíritu, y veréis Mis Promesas realizadas en vosotros. PedidMe el cambio, no os enterquéis en seguir viviendo de acuerdo a vuestra voluntad; y sé que esto pasa por vuestra falta de Fe, porque no creéis en un futuro hermoso que os prometo y preferís permanecer en lo que conocéis, aunque sea imperfecto y doloroso.

Estáis viendo cómo se vuelve día a día más doloroso el vivir en vuestro mundo y, esto lo podríais detener rapidísimo si os volvierais a Mí y os dejarais mover por Mi Voluntad, pero todo lleva un proceso, un proceso que vosotros mismos habéis atrasado por vuestra falta de Fe. Debéis ir acrecentando en vosotros, primeramente, la humildad y ésta os llevará a aceptar vuestra realidad y, vuestra realidad, deja mucho qué desear. Cuando tengáis la humildad suficiente, os mostraré vuestra bajeza, vuestra nada, pero también os mostraré Mi Amor, Mi Amor Infinito, Misericordioso que ama vuestra bajeza y vuestra nada, pero que también quiere vuestra superación y vuestra perfección.

Venid a Mí, Mis pequeños, dejad que Mi Hija, la Siempre Virgen María tome vuestra mano y os traiga hasta Mí. Ella, os traerá para que vosotros tengáis vuestro cambio, un cambio tan bello, tan benéfico, que no sabréis cómo agradecerNos lo bello que obtendréis, el cambio tan grande que tendréis. Sed humildes y sencillos, que con eso ganaréis Mi Corazón.

Gracias, Mis pequeños.