Tercer Misterio. Habla Dios Padre a Javier Viesca México, enero 2014
Aprended a VerMe, Mis pequeños, en todos los
acontecimientos de vuestra existencia y de la existencia de vuestros
hermanos, sabéis que nada sucede por casualidad.
Hijitos Míos, os acordáis de vuestra adolescencia, os acordáis cómo eráis inestables, ya no eráis niños, tampoco adultos. Ciertamente es un tiempo de inseguridad, aún a pesar de que hubierais sido bien guiados, hay una inestabilidad emocional, física, aún psicológica. ¡Cuántos, cuántos hermanos vuestros, viven así en una adolescencia espiritual y ahí permanecen, no crecen!, se mantienen ahí, no se estabilizan y, lo peor de todo, es que no producen cosas buenas, ni para su propio bien ni para sus hermanos.
Os pido, Mis pequeños, que oréis por éstas almas inestables,
éstas almas que quizá no tuvieron unas bases espirituales buenas en su
hogar, y quizá, hasta fueron muy castigadas, y eso causa mucha más
inestabilidad emocional y crecen con muchas culpas y con muchos
problemas que se van manifestando a lo largo de su vida.
Ciertamente, Mis pequeños, mucho de
todo esto, se va dando en las familias porque no están cerca de Mí,
porque no están aceptando Mis Leyes, Mis Enseñanzas, no viven Mi Amor.
¡Cuántas almas se desperdician porque
sus padres no las supieron guiar ni apoyar ni darles lo que Yo os dejé
en las Sagradas Escrituras! Se vive en el error, en el pecado, en la
maldad.
El Amor lo cambia todo, el Amor
transforma, el Amor sana, pero aún así, no sabéis vivir un Amor
Verdadero, un Amor puro, un Amor que sea como lo que Yo quiero que
viváis. Todo lo que podéis recibir vosotros, Mis pequeños, lo recibís a través de la oración, pero ya ni esto queréis hacer y os vais perdiendo de muchos regalo espirituales
que podríais vosotros gozar a lo largo de vuestra existencia pero,
solamente acudís a Mí, cuando ya no tenéis una salida a tantos
problemas que se os vienen encima.
Debéis aprender, desde pequeñitos, a
tratarMe, como tratáis a vuestros padres terrenos. Que Yo sea parte de
vuestra familia, y que realmente Soy. A vosotros os he creado Yo, vuestro Dios y sois parte de Mi Familia, pero vosotros hacéis vuestra familia terrena y os olvidáis de tratar a vuestra Familia Celestial ¿Cuándo
aprenderéis, Mis pequeños a incluirMe dentro de vuestra familia? Yo,
que más Me lo merezco, puesto que Soy vuestro Creador, pero se os
olvida tan rápido.
Estáis en el Mundo y preferís el
Mundo, vivís en lo que veis y tocáis, pero no vivís en vuestra realidad
espiritual, en la que Yo habito y que, además, os rodea. Aprended a
VerMe, Mis pequeños, en todos los acontecimientos de vuestra existencia
y de la existencia de vuestros hermanos, sabéis que nada sucede por
casualidad, que todo lleva un “porqué”, pero si no vivís en la oración,
si no vivís atentos a lo que Yo os quiera decir en los
acontecimientos, os mantenéis como analfabetas, no sabéis leer a vuestro
Dios en lo que os rodea. Yo Estoy en todo lo que tenéis, en todo lo que veis y aún en lo que no veis, pero tenéis que aprender a verMe y, eso, solamente podréis hacerlo, buscándoMe.
Cuando vosotros os interesáis por
algo, estudiáis para conocer más de ello, ciertamente, os volvéis
expertos y es cuando os dais cuenta que vuestros hermanos no saben ver y
apreciar lo que vosotros ya estáis viendo, pero porque vosotros
quisisteis aprender sobre ello y, así, es Conmigo también, Mis
pequeños. Cuando vosotros aprendéis a encontrarMe en todos lo acontecimientos, porque hubo interés de vuestra parte por conocerMe y buscarMe, Yo Me dejo encontrar.
Daos por Mí, Mis pequeños y Yo Me
daré por vosotros, Me dejaré encontrar para que Me gocéis y podáis
transmitir ése gozo a vuestros hermanos.
Gracias, Mis pequeños.
Gracias, Mis pequeños.