*El Papa: confunden el modo de actuar de Dios

Foto ACI PrensaEn su homilía de la Misa que celebró este lunes en la Casa Santa Marta, el Papa Francisco explicó que el cristiano debe ser paciente como es paciente Dios con cada uno de sus hijos, porque “la persona que no tiene paciencia es una persona que no crece” y se queda en los caprichos de niño. “La paciencia no es resignación, es otra cosa”: el Papa comentó la carta de Santiago donde está escrito: “alégrense profundamente cuando se vean sometidos a cualquier clase de pruebas”. “Parece una invitación a volverse faquir” –observó el Santo Padre según señala Radio Vaticano– pero no es así. La paciencia, soportar las pruebas, ‘las cosas que nosotros no queremos’, hace madurar nuestra vida”.

“Quien no tiene paciencia quiere todo de inmediato, todo de prisa. Quien no conoce esta sabiduría de la paciencia –subrayó el Santo Padre– es una persona caprichosa, como los niños que son caprichosos” y ninguna cosa les está bien.
“Otra tentación de aquellos que no tienen paciencia – afirmó el Pontífice - es la omnipotencia” de querer de inmediato una cosa, como sucedió a los fariseos que piden a Jesús un signo del cielo: “querían un espectáculo, un milagro”.

“Confunden el modo de actuar de Dios con el modo de actuar de un brujo. Y Dios no actúa como un brujo, Dios tiene su modo de ir adelante. La paciencia de Dios. También Él tiene paciencia. Cada vez que nos dirigimos al sacramento de la reconciliación, ¡cantamos un himno a la paciencia de Dios! Con cuánta paciencia el Señor nos lleva sobre su espalda, ¡con cuánta paciencia!"

El Papa Francisco alabó luego a la “gente de nuestro pueblo, gente que sufre, que sufre tantas, tantas cosas, pero que no pierde la sonrisa de la fe, que tiene la alegría de la fe”.
“Y esta gente, nuestro pueblo, en nuestras parroquias, en nuestras instituciones –tanta gente– es aquella que lleva adelante a la Iglesia, con su santidad, de todos los días, de cada día. ‘Hermanos, alégrense profundamente cuando se vean sometidos a cualquier clase de pruebas, sabiendo que la fe, al ser probada, produce la paciencia. Y la paciencia debe ir acompañada de obras perfectas, a fin de que ustedes lleguen a la perfección y a la madurez, sin que les falte nada’”.

Que el Señor, concluyó el Santo Padre, “nos dé a todos nosotros la paciencia, la paciencia alegre, la paciencia del trabajo, de la paz, nos de la paciencia de Dios, ésa que Él tiene, y nos de la paciencia de nuestro pueblo fiel, que es tan ejemplar”.