*La historia de Kathy, el rosario y una curación en Medjugorje


Kathy Jones, 50 años, madre de tres hijas adultas, está hoy en Medjugorje, conduciendo a un grupo de peregrinos. 

" Fui educada en un devoto hogar luterano en Nueva York y siempre creí en Dios, pero a partir de mi adolescencia rechacé la religión organizada, creyendo que había sido creada totalmente por el hombre y no por Dios. Después de casarme con Ed y aceptar renuente a educar a nuestros hijos como católicos, le dije: 'No esperes JAMAS que yo me vuelva católica. Tú tienes que haber nacido así - porque tendrías que estar loco para elegirla voluntariamente!' Yo rechazaba las enseñanzas de la Iglesia, pensando que habían sido inventadas por hombres que no tenían otra cosa mejor que hacer sentir culpable y miserable a la gente. Ocasionalmente asistía a la iglesia con mi familia, pero me resultaba profundamente aburrido.

" En 1987 me diagnosticaron cáncer cervical y me sometí a una cirugía mayor, la cual reveló que éste se había extendido a mis ganglios linfáticos. Pasé por sesiones intensivas de quimioterapia y radiación, pero el futuro se veía aterrador y la inevitable recurrencia constantemente amenazaba mis pensamientos. Durante una de mis estadías en el hospital clamé a Dios, diciendo: 'Si realmente estás ahí, por favor llévate esta desesperación y haz que yo acepte el hecho de que voy a morir antes de ver crecer a mis hijas.' Esperé pero no sentí ninguna paz, por tanto concluí que no había nadie ahí que le importara realmente lo que me sucediera - la oración no fue más que un buen deseo. Para empeorar las cosas, los jefes de Ed lo transfirieron a Dallas, Texas, durante mi recuperación, y yo estaba segura de que terminaría muriendo ahí desprovista de mi seguro sanitario familiar que tenía en Nueva York.

"A través de una serie de circunstancias inverosímiles que sólo Dios pudo orquestar, llevé a mi suegra en auto a un encuentro de oración en Enero de 1990 y, aunque renuente, acabé por entrar a la habitación con un rosario que habían puesto en mis manos. Quería desesperadamente salir de ahí corriendo, pero con toda educación me quedé mientras el grupo rezaba y de hecho también yo comencé a rezar con ellas. Un profundo sentimiento de paz me sobrevino repentinamente, el miedo me abandonó y me llené de esperanza - mi vida entera cambió ese día por intercesión de Nuestra Señora de la Esperanza... la Reina de la Paz! 


En octubre de ese año, Ed y yo fuimos a visitar su santuario en Medjugorje (y durante la peregrinación resultó evidente que Dios quería que San Francisco de Asís fuera mi especial intercesor y guía para mi vida). Fuimos a ver al P. Jozo Zovko en Tihaljina. El me bendijo y oró con sus manos extendidas sobre mí. Esto fue una experiencia llena de poder. Mis amistades me decían que yo había recibido una sanación. Incluso hasta el día de hoy estoy libre del cáncer. 

Todavía no sé si se trata de un milagro o de un simple resultado de la atención médica. Pero la gracia más importante que recibí entonces fue la sanación interior. Esta mujer anteriormente escéptica e irreverente, se convirtió gozosamente en católica a la Pascua siguiente de 1991. Desde entonces, la recepción diaria de la Eucaristía ha sido el centro de mi vida desde entonces. Mi esposo Ed, ahora diácono, me recuerda cómo solía yo molestarlo por ir a Misa cada domingo y cómo rehusé a dejar que un sacerdote entrara a mi cuarto de hospital, aún cuando estaba fuertemente narcotizada con morfina! Con Dios, NADA es imposible.

" Ahora experimento un gozo profundo en mi interior y quisiera hacer cualquier cosa por nuestra Madre Santísima. Es un regalo tan grande pertenecer a su escuela de amor.


Recen el Rosario! Escuchen los mensajes de nuestra Madre y VIVANLOS! Ella nos dice: "'Si supieran cuánto los amo, llorarían de alegría'."


Boletín sor Emmanuel