14 febrero 2014 PortaLuz
Testimonio: Sin apenas formación cristiana se vuelca al Tarot y
ocultismo
“Siendo ya una adolescente, no paraba de formularme
preguntas trascendentales…y recuerdo quedarme a menudo ensimismada mirando al
cielo admirando su grandeza y buscando una respuesta del ser que me creó.
Vivía sin Dios, me
encontraba totalmente perdida y con conductas agresivas por doquier.”
“Como mi vida era tan vacía y penosa, empecé a coquetear con
el Tarot …Me empezaron a gustar
diversas prácticas de ocultismo: numerología, quiromancia, libros de brujitas
(la llamada magia blanca, que de blanca no tiene nada) y cosas por el estilo,
aunque gracias a Dios nunca profundicé, fue algo meramente superficial.”
"El secreto", entrada a la Nueva Era
(...)“Para los que no lo conozcan, “El Secreto” trata de
los deseos que tenemos, las peticiones para nuestra vida. Podemos pedirlas al
Universo y éste, en el momento oportuno, nos las concede. Este es un libro muy
conocido en Nueva Era. En fin, fui adentrándome más y más en estos temas y
cuando tenía un momento libre lo dedicaba a ver videos o a leer algún libro
relacionado con el tema.”
“Fui conociendo el budismo, el hinduismo, empecé a creer en
la reencarnación, leía libros en los que se narraba cómo la gente estaba
acompañada por sus guías espirituales y las experiencias que tenían… Me empezó
a interesar la meditación, algo leí sobre yoga, me apunté a un curso de
quiromasaje, empecé a interesarme también por las Flores de Bach, las
piedras…etc. Mi inquietud espiritual era cada vez mayor. Había encontrado, por
fin, algo que me conectara con ese ser superior y poder salir de este mundo tan
material, lleno de dolor y amargura y tan falto de esperanza.”
Un curso de Reiki
“Un buen día decidí apuntarme a un curso de Reiki que
ofrecían en la escuela en la que estudié quiromasaje. Se dividía en varios
niveles, cuatro para ser exactos (3 niveles y Maestría). Para los que no
conozcan el Reiki, lo venden como una energía llamada universal, una energía de
amor que se canaliza a través de la persona iniciada y que le da un poder para
sanar a los demás.”
“Y pasaron un par de años en los que seguí leyendo libros y
no había tocado el Reiki casi para nada. Hasta que me llegó un email de la
escuela donde hice los cursos, anunciando que hacían el tercer nivel. Lo dudé y
lo pensé bastante pero al final me decidí a hacerlo..”
Tercer nivel de Reiki: empieza el infierno
“El día antes de mi iniciación empecé a sentir mucha
ansiedad y estuve a punto de no ir, pero me pudieron más las ganas de hacerlo y
al final me presenté en la escuela. El curso acabó muy bien, me sentí relajada
y contenta. Pero lo que no sabía era la pesadilla que iba a vivir al cabo de
dos días. Ahí empezó a abrirse la puerta del Infierno para mí.”
“Empecé a sentir de repente un miedo horroroso porque sentía
que había hecho algo que no tocaba y que ya no tenía vuelta atrás y el miedo
empezó a apoderarse cada vez más de mí. Desesperada intentaba localizar a la
maestra, pero no lo conseguía y una vez que di con ella lo único que me dijo
fue: «Tómate el rescate de las Flores de Bach cada hora y deja el miedo». Y ya
está. Yo cada vez me sentía peor, y pasada una semana, llena de angustia y
terror, notaba una presión dentro de mi cabeza que me hacía pensar que podría
darme una embolia o algo así.”
“Empecé a preguntar a mis amigos si conocían a algún maestro
de Reiki porque yo pensaba que me habían hecho mal la iniciación o algo así.
Finalmente di con una persona a través de un conocido, que era maestro de Reiki
y como estaba desesperada me agarré a un clavo ardiendo y fui a su consulta.”
"Mi cuerpo empezó a convulsionar"
“Desde el primer momento en que esta persona me puso la mano
encima mi cuerpo empezó a convulsionar, cosa que no me había sucedido jamás, y
así estuve en su consulta por lo menos un par de horas. Al final, pareció que
todo se calmó y me fui para casa.”
“Tenía convulsiones bastante fuertes durante todo el día, mi
cuerpo parecía un molinillo y sentía dentro como si tuviera millones de
hormigas y algo que me quemaba… Llamaba desesperada y finalmente en otra visita
a su consulta todo se calmó bastante y me quedé mejor.”
»Los meses transcurrían y yo me seguía notando rara pero
aproveché para hacer con este hombre "crecimiento personal", ya que
quería poder sanar y superar muchas cosas de mi vida. Y me hacía evaluaciones
de kinesiología (son como unos test musculares que te dan respuestas sobre lo
que está queriendo o pidiendo tu ser interior), me daba flores de Bach y otras
esencias, me hacía alguna sesión de quiropráctica y, por supuesto, Reiki, para
revivir mis heridas y poder sanarlas.”
"Cada sesión era una tortura"
“Se producían como unos “desbloqueos” y era tremebundo lo
que yo podía llegar a sufrir porque convulsionaba, gritaba con una fuerza
descomunal que no podía parar y que sentía más fuerte que yo misma… y cada
sesión se convertía en una auténtica sesión de tortura: literalmente. No daré
los detalles de todas las sensaciones que llegué a sentir, pero eran cosas que
ahora me doy cuenta que eran magia”.
“Me decía que eran desbloqueos emocionales, pero lo que yo
no sabía entonces era que estaba viviendo una posesión diabólica. Más de una
vez sentí como si dentro de mi ser hubiera alguien más, como si me desdoblara,
como si fuéramos dos…
A veces notaba como si una mano me estuviese estrujando el
corazón en su puño y notaba también como si me retorcieran los huesos como un
alambre. Y todos estos padecimientos no los sufría sólo en las sesiones, sino
que eran continuos durante todo el día. Cada vez estaba más demacrada y mi
familia y mi entorno empezaron a preocuparse mucho porque, aunque yo no contaba
nada, sabían que algo malo me estaba pasando.”
Deseo sexual contra su voluntad
“Para colmo, al mismo tiempo, empecé a sentir que en muchas
ocasiones se me despertaba el deseo sexual y noté cómo se estaba produciendo un
acercamiento de esta persona [el maestro de Reiki] hacia mí en este aspecto,
aunque él esperaba a ver cómo reaccionaba yo. Era una persona bastante más
mayor y a mí no me gustaba nada, pero no sabría explicar cómo ocurrieron las
cosas y aunque intenté evitarlo por todos los medios, acabé teniendo relaciones
sexuales con él.”
“A solas me preguntaba por qué estaba ocurriendo todo esto,
porque yo no quería que sucediera, pero algo me impulsaba a hacerlo y no
entendía nada. Es algo que no me había sucedido jamás, era superior a mis
fuerzas. Y todo esto fue en aumento hasta que en unas pocas semanas yo ya no
podía vivir sin él.”
Dominada por el maestro Reiki
“Las cosas fueron cada vez peor y yo vivía en un sufrimiento
atroz, tanto físico como mental y emocional. Él mantenía una posición de
dominio y me maltrataba psicológicamente. Además, el dinero que me estaba
gastando con este hombre estaba ascendiendo a miles de euros porque las
sesiones eran maratonianas.”
“Y llegó un momento en que el trato fue tan inhumano que
siempre quedará grabada en mi memoria una escena en la que él mismo me dejó
caer que yo tenía un ente dentro y recuerdo cómo le suplicaba yo a Dios, entre
lágrimas, que me ayudara, sintiéndome totalmente desvalida y lejos de mi
familia, mientras él, a mi lado, con una mirada llena de odio, no paraba de
gritarme. ¿Por qué no abandoné todo este calvario? Porque yo ya no era capaz
por mí misma, algo había más fuerte que yo…
Lo que yo no supe hasta que terminó todo esto es que había
estado en manos de un brujo, de alguien satánico que utilizaba todo tipo de
invocaciones, y a saber qué trabajos, para conseguir todo lo que quisiera de
mí.”
“Gracias a la contundencia que mostré un buen día, esta
persecución cesó. A partir de aquí comenzó todo un periplo de ir conociendo a
más gente que estaba metida en Nueva Era y que pensaba que podían ayudarme.
Pensaba, entonces todavía, que había topado con un ser perverso pero no acababa
de darme cuenta del mal que había en sí en todo este movimiento.”
“Así que todavía acudí a otras personas que hacían reiki,
osteopatía, exorcismos con ayuda del reiki y y la angeología, y bla, bla,
bla…Hasta un brujo, que no me presentaron como tal sino como “alguien que
estaba muy en la luz”, me llegó a hacer un “trabajito” de liberación, y yo caí
porque me lo vendieron como bueno, tan desesperada estaba yo, porque en todos
esos meses mis síntomas siguieron siendo más horribles, si cabe.”
Llegó a la Iglesia
“Y por fin quiso Dios que me diera cuenta de que acudiera a
la Iglesia católica para ponerme en manos de un exorcista. Y aunque el
principio fue un poco titubeante, poco a poco fui adentrándome en ella. Empecé
a conocer gente que me ayudó mucho. Además del exorcista oficial de la
diócesis, quien me hacía, y aún me hace, exorcismos regularmente, fui
conociendo a varios sacerdotes que me ayudaron, y aún siguen haciéndolo,
realizando oraciones de liberación, además de brindarme un soporte emocional
importante para poder ir asimilando toda esta historia, y formación en la
doctrina y en la Palabra de Dios, de las que era totalmente ignorante. Y
también me ayudó mucho el soporte emocional que me dio una religiosa que conocí
casi al principio. Sin ella todo habría sido mucho más duro.”
“Al mismo tiempo, comencé una vida intensa de oración y
sacramentos, de misa diaria y Adoración al Santísimo Sacramento, de
peregrinaciones a santuarios marianos…Y la Virgen María y Jesús no me han
dejado ni un instante y me han conducido y aún me conducen allá adonde pueda
curarme. Desde entonces libro una batalla diaria contra el Maligno, pero
también recibo muchas gracias y consuelos de Dios y las experiencias que he tenido
con ellos y, sobre todo, con Jesús, han sido absolutamente maravillosas. Ahora
sí siento que he encontrado el camino, ahora sé que he encontrado la verdad.”
Aviso a incautos
“Doy inmensas gracias a Dios por mi fe y ahora quiero y debo
advertir a todos de los peligros de todas estas técnicas que están incluidas en
el movimiento Nueva Era, especialmente del reiki. En este mundo hay mucha gente
con buena intención, los pobres incautos, como lo fui yo, pero también está
lleno de brujos y personas que practican el satanismo, son discípulos del mal y
que pueden hacer muchísimo daño y se corre un gran peligro.”
“Por eso quiero poner en conocimiento de todos de qué manera
uno acaba siendo atrapado por este espejismo, que no es otra cosa que una nueva
máscara del mal, pudiendo acabar perdiendo su dinero, su salud, su fe e
incluso, su vida, no sólo la terrena sino también la eterna.”