Mensajes a Marga, 20 abril 2013
Jesús:
Y por eso te digo, hija:
reforma España, reconvierte España. Tú y los tuyos. Con la cantidad de Dones
que os han dado. Porque, ¿quiénes sino vosotros lo hará? Necesitamos esa
fuerza de choque. Necesitamos el contrafuerte que sostenga los muros de mi
Iglesia, que se derrumba. Quiero
que trabajéis.
¿Que trabajemos por recuperar
la fe en España?
Sí, en la Eucaristía. Trabajéis por recuperar el culto eucarístico. Trabajéis por entronizar la Eucaristía en el corazón de cada persona. Y en el corazón de cada cosa de la sociedad. Y en el corazón social. Amada hija: las apariencias son otras. La realidad es muy diversa a como parece. Vosotros revestíos de mis armas. Y saldréis de aquí siendo los grandes guerreros que quiero que seáis.
Sí, en la Eucaristía. Trabajéis por recuperar el culto eucarístico. Trabajéis por entronizar la Eucaristía en el corazón de cada persona. Y en el corazón de cada cosa de la sociedad. Y en el corazón social. Amada hija: las apariencias son otras. La realidad es muy diversa a como parece. Vosotros revestíos de mis armas. Y saldréis de aquí siendo los grandes guerreros que quiero que seáis.
Aquí hoy se han hecho grandes
ofrecimientos. Incluso por quienes no pensáis. Algunos han llegado a
clavarse muy hondamente en mi Corazón. Clavarse como unas flechas de Amor.
Son ofrecimientos que nunca
podré olvidar. En virtud de los cuales, derramo grandes Gracias para el mundo.
Virgen María:
¡Oh querida! ¡tú no sabes
cómo este libro está haciendo estragos!
Y Yo, por la entrega y el
trabajo de tanta buena gente, Yo estoy permitiendo que aún se conozca más de
para lo que fue hecho.
Puedes decirles a éstos mis
amados hijos que trabajan contigo, que Yo les bendigo y bendigo todas sus
empresas.
Que no teman sus días de
oscuridad, verán la Luz.
Queridos,
queridos… debéis estar preparados. Se os necesita para dar la
batalla.
En algunos, la batalla será
diversa de cómo se la han pensado.
Quisiera en todos,
el ánimo y la necesidad de ser mártires.
Sí. No temáis. Algunos de
vuestros hermanos están siendo mártires ya. Vosotros les seguiréis por el
Camino.
En muchos de vosotros, el
camino será diverso del que os habéis pensado.
Tenéis que aprender
a confiar en Dios. Que muchas veces habla a través de las
circunstancias que os rodean. Muchos las creéis adversas, pero no: son las
adecuadas para vuestra salvación. Ninguno está donde no debería estar.
En muchos colmaré sus anhelos.
Pero quizá lo haga de modo diverso a como os lo habéis pensado.