*Jesús: nada ocurre por casualidad

eucaristia


¿SERÁ VUESTRA VIDA ESE CUADERNO QUE AL LLEGAR A MÍ DEBA ECHAR COMPLETO AL FUEGO PORQUE NO HAY NADA RESCATABLE EN ÉL?

Cariños Míos;

TODO TIENE UN SENTIDO, UNA RAZÓN Y UN PROPÓSITO, Mis Niños, o todo lo tiene, si creéis en Mí, o nada lo tiene y no creéis y apostáis por el caos y “la casualidad”

También en vuestro pasado, Mis Niños, cada evento, cada circunstancia, cada situación que habéis vivido, padecido, superado o no, tiene Mi Mano Santa en ella. Nada ha ocurrido “por casualidad” y nada ocurre de tal manera, ¿Lo aceptáis? Si lo podéis comprender entonces ¿por qué dudáis, Mis Niños?

Vosotros creéis que algo queda a “la casualidad”. Que Yo,  Vuestro Amantísimo Padre Creador; Vuestro Santísimo inspirador; Vuestro Amantísimo Rey Creador podeMos encargarNos de ciertas circunstancias  y de otras no; que algunas las descuidamos o que dejamos a algunas ovejas del Señor a la deriva y ¡ no es así! ¡O creéis o no lo hacéis!

Cada evento de vuestro pasado, cada persona que ha estado y está en vuestras viditas tiene un motivo, una razón poderosa y fuerte para estar ahí.

¿A caso habréis visto que a veces sale el sol y a veces no? ¿Que a veces se pone en el horizonte y a veces no? ¿Que la luna es errática y no tiene sus ciclos tan perfectos que podéis predecir cuándo será luna llena y cuánto falta para serlo? Si eso es en Mis astros que no son Mis Hijos, sino Mis hermosas creaciones, ¿cuánto más en, con y para vosotros?

Vosotros creéis que se Me escapan eventos, acontecimientos, pero no es así.  Un Padre humano desobligado puede olvidar educar a sus hijos en una circunstancia en particular, pero no vuestro Padre Eterno, ¿Lo podéis comprender?

Cada hecho de vuestro pasado es un paso que habéis tenido que ir dando para madurar porque llegasteis a este mundo como almas pequeñitas que debíais cumplir misión y madurar como el fruto en el árbol y cuando estéis maduros para habitar en el Reino de los Cielos entonces al buen fruto lo recogeré para la Mansión Celestial.

Pero vosotros evadís vuestra misión, eludís vuestra responsabilidad y no queréis crecer y os peleáis Conmigo, Vuestro Amantísimo Padre Creador, Vuestro Amantísimo Inspirador, Vuestro Amantísimo Rey; ignoráis los consejos de Vuestra Madre Santísima que no hace más que amaros con paciencia infinita y anhelar que os dejéis guiar por Ella. ¿Lo podéis ver? ¿Lo podéis comprender, Niños del Cielo?

Cuando vosotros vais contra Mí y hacéis vuestro capricho y voluntad ¿qué ocurre, Mi Niña, entonces?

Lo que me han llevado a comprender es que aquello de mi pasado que hice por mi voluntad, por pasión y capricho, terminó siendo una desviación que me ha costado años de mi vida en distintos momentos y cuando renuncié a ese pecado, y salí de esa situación es como si regresara al mismo punto de donde me desvié. Son como años que quedan arrancados del cuaderno de mi vida, años vacíos de misión y  de sentido. 

Una vez que lo confesaste, te saliste de esa situación y enmendaste camino.

Sí, Abba.

Y entonces, vuestra vida entera será como esa hoja que arrancan del cuaderno de vuestra vida y lanzada  al fuego porque de nada sirvió, inútil fue ¿Eso queréis vosotros que leéis?

Afortunadamente fueron periodos, y  no toda mi vida porque ahora la retomas y hasta al error le das sentido porque con lo que he aprendido tanto de mis errores como de mis aciertos puedo guiar a otras ovejitas.

¡Eso es lo que vuestro Padre Eterno hace con vosotros cuando regresáis! Os volvéis maestros unos de otros cuando con humildad reconocéis que aquello que vivieron fue porque os fuisteis contra Mi plan para vosotros. Pero  si os salís de ahí, confesáis,  enmendáis y cambias de vida Yo Os regreso Al Camino y con esa  Verdad y conciencia podréis  guiar a vuestros hermanos.  Vosotros que mucho errasteis -como Mi Amada Pequeñita-, mucho tenéis que enseñaros unos a otros; pero os deberéis volver a poner como barro suave en Mis Manos para que os vuelva a hacer, ¿lo comprendéis?

¿Creéis que elegí a Mi Pequeñita  porque estaba llena de éxitos? No. Mi Pequeña aprendió del fracaso, no del éxito; pero una vez que lo reconocéis, el fracaso de vuestro pasado se vuelve éxito en el presente porque lo acumuláis como experiencia “vivida y superada”, decís vosotros. ¿Lo comprendéis?

Así que si no estáis en El Camino regresad y ofrecedMe vuestros errores, pecados y desaciertos que Yo sabré cómo transfiguraros en algo bueno para fruto del Cielo y para guía y ejemplo de vuestros propios hermanitos en tierra, pero, Mis Niños, si os empeñáis y no regresáis ¿será vuestra vida ese cuaderno que al llegar a Mí deba echar completo al fuego porque no hay nada rescatable en él? Pensadlo muy bien para que comencéis a escribir una página buena en vuestras vidas, porque os deberéis acordar que Mi Hijo Amado TODO OS LO PERDONA si os arrepentís, lo confesáis, mudáis y os decidís a servirMe. ¿Me podéis comprender?

Mis Ovejitas Amadas,
Debéis poneros en El Camino y manteneros en él. Os He dado las maneras de regresar a Mí, las tenéis frente a vosotras, no os enterquéis buscando otros caminos que no sean las rutas ya trazadas y conocidas por milenios; no os inventéis falsas rutas que no llegareis a buen puerto.
¡El barco con Mis Ovejas zarpa ya! Así que no os dilatéis más y los que ya estáis en El Camino no os arriesguéis fuera de él, que si siempre ha sido difícil regresar a Mí, ¿Cuantísimo más en estos tiempos!
No dejéis de escatimar esfuerzos en traerMe a una ovejita a Mi Sacratísimo Corazón, a una sola; que una vale lo que mil reinos y ¿no acaso uno de vuestros hijitos vale más que todas vuestras casas y hacienda juntas? ¿Por qué no creéis que para Mí es de igual manera?

Os lo pido, os lo imploro: ¡TraedMe a Mis Ovejas!, que no las dejéis a merced del Maligno porque ya sabéis el destino eterno que les tiene preparado si no mudan; y vosotras sois los que Me las podéis regresar. Ayudadlas en todo, socorredlas en todo; y sobre todo, no las asustéis  con vuestra dureza de corazón y juicio. Tratadlas con la delicadeza que Mi Santísima Madre María “Reina de los Ángeles” os trata a vosotros, con esas manos suaves y con la caricia limpia. Que vuestra palabra sea amorosa y paciente, no las regañéis ni las adoctrinéis antes de tiempo, solo traedlas…¡Traedlas!, Mis Niños amados.
Vuestro Santísimo Pastor Jesucristo de Nazaret.