*Señores curas: menos improvisar y más empollarnos los rituales

por Jorge G Guadalix, sacerdote
Se me ha ocurrido escribir sobre esto a raíz de un amistoso intercambio de comentarios entre JAHC y David ayer en este blog. No sé quién es David, pero conozco muy bien a JAHC y doy fe de su eclesialidad y buena voluntad de las que tengo pruebas más que sobradas. Tampoco dudo de la buena fe y buena voluntad del amigo David.
El caso es que a mi amigo JAHC le toca las narices que el señor cura, porque sí, se permita sus pequeñas libertades especialmente cuando no vienen a cuento.


  Lo de ayer creo que era cambiar cáliz por copa y alguna cosilla más. La pregunta que me hago es si cambiar cáliz por copa es más evangélico, más auténtico, lleva más a la santidad a los fieles o produjo un efecto de conversiones impactante. Me temo que se quedó todo como estaba, amos que la gente ni se enteró y que cáliz o copa salieron todos sin mayor pena ni gloria.

¿Entonces? ¿Por qué? Creo que en demasiados casos somos los curas los que nos tomamos nuestras pequeñas libertades como consecuencia de un cóctel donde mezclamos una pinta de soberbia con otra de comodidad a las que añadimos, quizá como consecuencia, unas gotas de qué más da.
Nos vienen días ahora con unas celebraciones muy especiales. El triduo pascual es de una riqueza litúrgica impactante que hemos de saber aprovechar. Pues difícil será que cada uno de nosotros no decida alguna originalidad pensando que con eso descubrimos la pólvora y hacemos una semana santa más santa.
Comprendo que a mi amigo JAHC estas cosas le saquen de quicio, porque no es nada agradable, allá en su tierra vasca, y me lo ha contado él y así lo ha escrito como comentarios en el blog, encontrar el jueves santo, por ejemplo, un cura celebrando con una camiseta a favor de los presos o que reparte piedras entre los asistentes para que sientan el peso de sus pecados. Pero es que sin llegar tan lejos cosas fuera de los rituales las vamos dejando caer y aquí no pasa nada.
Jorge, ¿me estás diciendo que hay que seguir el ritual EXACTAMENTE como si fuéramos niños pequeños? A ver si nos entendemos. Lo que estoy diciendo, y no es lo mismo, es que el reto para las celebraciones de la semana santa debe pasar por estudiarse muy bien el ritual y las orientaciones AUNQUE UNO LLEVE AÑOS Y AÑOS DE CURA, preparar las celebraciones con tiempo y mimo, dedicar lo necesario a la homilía que demasiadas veces acabamos improvisando, y celebrar estos días según nos pide la Iglesia. Mi experiencia, mi impresión, es que un jueves santo, un viernes santo, la vigilia pascual, celebrados como pide la Iglesia, pero no como papagayos, sino entrando en lo que se hace, son una cosa muy seria.
Hay además otro factor a tener en cuenta y más por los que posiblemente clamen por la libertad y la democracia eclesial. Me refiero a los José Antonio que llegan a su parroquia y se encuentran lo que se encuentran sin democracia ni nada, porque ya se sabe que el cura cuanto más demócrata más hace lo que le sale de bajo el arco de Cuchilleros. Estoy seguro de que a la inmensa mayoría de los fieles si se les pregunta, les parece mucho mejor utilizar las plegarias eucarísticas como están que no andar sometiéndose cada domingo a las genialidades de Pepe, el cura. Un respeto para la gente.
Por respeto a la gente, por respeto a la liturgia, por espíritu de obediencia a la Iglesia, las celebraciones según el ritual. Eso sí, nada de obritas de teatro bien representadas. Empollarse el ritual, releer cien veces las rúbricas y orientaciones, una homilía preparada a conciencia, las cosas en su lugar, los ministros bien preparados. Con todo y eso, algo puede fallar. Pero garantizo que vale la pena.