Habla Dios Padre a Javier Viesca México, mayo 2014
Hijitos Míos, mucho de lo que padecéis es causado por vuestra soberbia. Sí, Mis pequeños, el hombre se ha ensimismado en sí mismo, vive para sí mismo, busca para sí mismo, ya no hay comunicación entre hermanos, vivís para vuestros intereses e imponéis cuando alguien os pide consejo o ayuda. Ya no hay sencillez en vuestro trato, os habéis vuelto intolerantes con vuestros hermanos. ¿Qué tipo de vida podéis llevar así, Mis pequeños?
Hijitos Míos, mucho de lo que padecéis es causado por vuestra soberbia. Sí, Mis pequeños, el hombre se ha ensimismado en sí mismo, vive para sí mismo, busca para sí mismo, ya no hay comunicación entre hermanos, vivís para vuestros intereses e imponéis cuando alguien os pide consejo o ayuda. Ya no hay sencillez en vuestro trato, os habéis vuelto intolerantes con vuestros hermanos. ¿Qué tipo de vida podéis llevar así, Mis pequeños?
Vuestra forma de actuar, solamente os
lleva al pleito. Esa intolerancia de ambas partes, siempre os va a
llevar a un final destructivo.
Os he mandado a Mi Hijo para que
vierais en Él, dulzura, mansedumbre, humildad, sencillez y, sobre todo,
donación. Mi Hijo, podía quedarse sin comer o aún sin descansar con
tal de servir a vuestros hermanos. Os ha dejado infinidad de momentos,
con los cuales vosotros os debéis reeducar.
Ciertamente, venís arrastrando la
educación de vuestros padres, de vuestros abuelos o de amistades a
vuestro alrededor y, muchas veces, no es la mejor educación que podíais
haber obtenido, pero, precisamente, para que no hubiera comparaciones,
a veces indeseables, os mandé a Mi Hijo, que es el Maestro de
Maestros, que es vuestro Dios, que es el que os lleva a la perfección
de trato entre hermanos.
Vosotros no podéis tener paz en
vuestro interior y eso causa guerra con vuestros hermanos a vuestro
alrededor. Si vuestro interior no está en paz, si no está lleno de
virtud, si no está lleno de amor, causaréis mucho daño a los que
conviven con vosotros.
Os debéis acercar más a la Vida de Mi
Hijo. PedidMe que Mi Santo Espíritu vaya renovando vuestra vida. Os he
dicho que vais a entrar a la etapa del Amor del Espíritu Santo y
debéis quitar de vosotros tantos vicios, maldades, groserías, malos
tratos de unos para con los otros. Todos caéis en mayor o en menor grado
en esto, Mis pequeños y es porque vuestro interior no está en paz, no
Soy Yo el que Reina en vuestro interior.
Os pido, Mis pequeños, que pongáis
mucha atención a éstas Palabras que os digo, para que os vayáis
preparando a la entrada al Reino de los Cielos. Si no vivís en paz, aquí entre vuestros hermanos, no os puedo dejar entrar al Reino de los Cielos,
deberéis pasar vuestra purificación, ya sea en la Tierra o en el
Purgatorio, pero Yo quiero que esto lo entendáis y que no lo tengáis
que padecer para entenderlo.
Sois Mis hijos, os he dado una
inteligencia, os he pedido que busquéis la Sabiduría. Con esto,
vosotros os podéis empezar a engrandecer ante Mis Ojos y ante los ojos
de vuestros hermanos. Pedís que haya paz a vuestro alrededor, pedís que
haya paz en vuestra familia, entended que debe haber primero paz en vuestro interior, para que se dé lo demás.
DejadMe, Mis pequeños reinar en vuestro interior y veréis que todo cambia en vuestro interior y en vosotros mismos.
Gracias, Mis pequeños.
Gracias, Mis pequeños.