*Milagros del Niño Jesús

(foto radiovaticana.org)
En 2009, Benedicto XVI coronó al Niño Jesús de Praga en la iglesia de Sta Mª de las Victorias (Rep Checa)
El Niño Jesús de Colombia
En el año 1907, surgió en Bogotá (Colombia), la devoción al Niño Jesús en el convento de las carmelitas. Muy pronto se propagó debido a los numerosos milagros concedidos, especialmente, la sanación de niños. Un ejemplo: una niña padecía de reumatismo y sufría dolores tremendos.
Su padre, angustiado al verla sufrir, le acercó una imagen del divino Niño y le dijo: “Hija, Nuestro Señor hizola promesa de que, si le pedimos por los méritos de su infancia, nuestra oración será escuchada”. La niña besó la imagen y una hora después estaba completamente curada.
El padre salesiano Juan del Rizzo también instauró la devoción del Niño Jesús en Colombia, pregonando los prodigios que Jesús otorga a quienes honran su santa infancia. Los milagros se multiplicaron: curaciones, empleos, reconciliación de familias, protección de negocios, pero, sobre todo, muchos milagros para los niños.
La imagen de Jesús de Nazaret muestra a un niño pequeño de túnica rosa y brazos abiertos hacia el cielo, con la insignia “Yo reinaré” debajo de sus pies descalzos.
La devoción al Niño Jesús de Praga
Fernando II, Emperador de Alemania, fundó en 1620, en la ciudad de Praga, un convento de Padres Carmelitas. En esa época, vivía en Praga la princesa Polixena Lobkowitz quien, al enterarse de las apremiantes necesidades de los Carmelitas, resolvió entregarles una estatua que representaba al Niño Dios. Al darles la estatua, les dijo: “Honrad mucho a este Niño Jesús y nada os faltará.”
La promesa de la donante se cumplió y los maravillosos efectos de la protección del Divino Niño no tardaron en manifestarse en forma de milagros. En 1631 los herejes destruyeron la iglesia, saquearon el monasterio y la devoción quedó en el olvido. Siete años después, el Padre Cirilo logró rescatar la imagen.
Un día oraba delante de la estatua, cuando oyó estas palabras: “Tened piedad de mí y yo me apiadaré de vosotros. Devolvedme mis manos y yo os devolveré la paz. Cuanto más me honrareis, tanto más os bendeciré”.
En efecto, a la estatua le faltaban las manos. Luego de innumerables penurias, logró ponerle las manos y exponerlo a la veneración de todos. Desde entonces, el milagroso Niño multiplicó sus gracias al punto que llegaban de todas partes para solicitarle más milagros.
EL SANTO NIÑO DE ATOCHA
La devoción al Santo Niño, surgió en Atocha, un suburbio de Madrid (España), durante la invasión de los moros. Muchos hombres estaban presos por ser católicos. Como los carceleros no alimentaban a los prisioneros, el Califa ordenó que sólo los niños menores de doce años lleven comida a los presos. Al poco tiempo, los niños volvieron a sus hogares con una historia extraña. Un joven niño visitaba y alimentaba a los prisioneros que no tenían hijos. Aquellos que habían pedido un milagro a la Virgen de Atocha (que tenía al niño con ella) comenzaron a sospechar un milagro.
Lo confirmaron al ver que los zapatos de la estatua del Niño Jesús estaban gastados. Cuando los reemplazaron por unos más nuevos, ésos también volvieron a gastarse.
Luego de que Fernando e Isabel expulsaron a los moros de España, la gente continuó invocando la ayuda de Nuestra Señora de Atocha y su Santo Niño. Con la llegada de los españoles al Nuevo Mundo, el Niño de Atocha se afincó en México, donde continúa haciendo milagros cotidianamente.
¿CÓMO REZARLE AL NIÑO DIOS?
Millones de creyentes han hecho la experiencia de pedir favores a Dios por los méritos de la infancia de Jesús y han conseguido maravillas.
Y nosotros vamos a hacer lo mismo, ya que, en el año 1636, Nuestro Señor le hizo a la venerable Margarita del Santísimo Sacramento la siguiente promesa, que nunca hemos de olvidar:“Todo lo que quieras pedir, pídelo por los méritos de mi infancia y tu oración será escuchada”.
Proceda así:
■ Coloque una imagen del Niño Jesús en un altar y encienda una vela blanca.
■ Háblele sinceramente, de corazón a corazón, contándole su problema o realizando un pedido; prométale difundir su devoción y ayudar a otros.
■ A continuación, rece el Rosario al Divino Niño Jesús recordando sus doce primeros años de vida:
1. La encarnación del Niño Jesús: El Ángel del Señor anuncia a María su maternidad.
2. La visita de María a su prima Isabel: Juan el Bautista saltó de gozo en el vientre de Isabel.
3. Nacimiento: En Belén de Judea, en un humilde pesebre.
4. La presentación en el templo: El anciano Simeón reconoce al Mesías.
5. Pérdida y hallazgo del Niño: Jesús es encontrado en el templo.
■ Luego de cada misterio, diga: “Divino Niño Jesús, en vos confío”.