*Un ángel me ayudó a salvar la vida de una niña



Un día acompañé a mi hijo de 7 años a una fiesta de cumpleaños. El lugar era grande, de 3 pisos. Él estaba en en el piso superior jugando. En el segundo piso había una piscina y en la parte de abajo estaba la música infantil y otros niños jugando. Estaba con mi bebé de 6 meses en brazos y subimos a despedirnos. Mi hijo estaba feliz y no tenía problema que lo dejara unas horas solo en el lugar. Al despedirme, alcancé a ver a una pequeña niña caminando cerca de la piscina. Me despedí de mi hijo cuando vi que la pequeña no estaba.
Observé bien y mi corazón se paralizó al darme cuenta que se había caído a la piscina. ¿Qué hacer?En un minuto crucé la sala con mi hija en brazos, corrí por las escaleras, y recuerdo que gritaba "auxilio, se cayó la nena al agua". Nadie me escuchó por la música.

Cuando llegué al filo de la piscina, la nena estaba boca abajo. Yo gritaba por ayuda. Fue cuando sentí un brillo al lado de donde estaba mi hija, quien normalmente se hubiese asustado al oírme gritar, pero estaba calmada. Sentí paz y vi una luz junto a ella. La luz que estaba a mi lado sin duda era el Ángel de la Guarda de mi hija.

No sé como lo hice, pero me agaché al filo de la piscina, y metí el brazo. Alcancé a tomar el pantalón de la nena. La jale con fuerza sin soltar a mi hija y la puse junto a la piscina. Acosté a la nena y con una mano y le aplasté la barriga. Saco el agua y me vio.

Con mucha calma levanté a la pequeña, y le dije: “Tienes que caminar para encontrar a tu mamá.” La niña lloraba desesperada y asustada.

Normalmente mi hija es solidaria con el llanto de otros bebés, pero seguía calmada, como si alguien la cuidara en medio de todo el caos. La niña caminó de mi mano hasta que alguien se fijó en nosotras y apareció la mamá, que no se había percatado de que la nena se había escapado de su lado.

Cuando la niña estuvo con su madre, sentí que la mano de un ángel toco mi hombro. Yo estaba calmada y tranquila. Increíblemente, lo único mojado en mí fue una parte de la manga de mi chaqueta. Experimenté la paz que solo un ángel puede dar y estoy segura de que el ángel de mi hija me ayudó a mantener la calma, y me dio serenidad y fuerza.

Cuando nació mi hija, pude ver a su ángel y una vez más su ángel me tocó hoy. Solo espero seguir recibiendo más bendiciones. Salí del lugar tranquila. Al regresar pude ver la distancia real del lugar de juegos a la piscina y lo difícil de subir y bajar las gradas con mis botas y una bebé. Sin un ángel no lo hubiese podido hacer.

Lecciones aprendidas

“En medio del caos, un ángel trae paz y serenidad para actuar con calma. Los ángeles te tocan y te dan humildad para que te conviertas en el medio de un milagro.