Noviembre 9/07 a Agustín del Divino Corazón.
La Santísima Virgen María dice:
Os amo pequeños míos. Gracias por haber respondido a mi llamado. Orad por
el advenimiento del nuevo Pentecostés, Pentecostés que reconstruirá nuestra
Iglesia en ruinas. Pedid con insistencia que el dragón rojo sea aniquilado y sus
errores no se reviertan más en la Iglesia. Ella es llevada como cordero al
matadero.
El Vicario de Cristo tendrá que sufrir, está en medio de lobos revestidos con
piel de cordero (veo: Sagrario saqueado, cáliz en el piso, con Hostias regadas, obispos y
sacerdotes muertos vestidos de púrpura). Mi Corazón se desgarra al tener que
presenciar horrendos sacrilegios a la Divinidad de mi Jesús, al saqueo de los
templos y a la matanza de obispos, cardenales, sacerdotes, laicos y religiosas
que profesan su fe en Cristo. El sacrificio perpetuo será suspendido; entran a
la Iglesia densas tinieblas que la cubrirán de la Luz verdadera, que es Cristo.
No os alarméis, porque la segunda venida está muy próxima.
Orad para que la sordera y la ceguera espiritual de mis sacerdotes se
conviertan en un impulso para acoger y recibir en sus corazones mis mensajes
apocalípticos de amor.
Satanás ha menguado sus inteligencias incapacitándolos en creer; el demonio
los ha engañado haciéndolos formar parte de la falsa iglesia y adorar al falso
cristo.
Estos ministros, que un día trabajaron para la verdadera Iglesia de Cristo, se
han convertido en verdaderas cloacas humanas que trabajan para la falsa
iglesia expandiendo sus errores.
Os hablo de muchos modos, pero no me quieren escuchar; el cielo os ha dado
a conocer maneras y modos para sobrevivir a esta espantosa crisis.
Mantened en reserva cruces benditas y haced uso de los sacramentales; orad
muchas veces a San Miguel Arcángel, porque aparentemente la bestia
triunfará, pero será aplastada por los pies de la mujer vestida de sol (veo a la Virgen María muy resplandeciente con doce estrellas a su alrededor y parada sobre el mundo.
Luego veo confesionarios, pero veo sacerdotes deformes confesando con alas y con crestas).
Mi Inmaculado Corazón triunfará y volveréis a vivir en la nueva Jerusalén.
Os quiero agrupados en pequeñas comunidades, refugiándoos en los Aposentos
de los Sagrados Corazones y compartiendo vuestros bienes, vuestros
intereses, vuestras oraciones a imitación de los primeros cristianos.
No os dejéis perturbar, porque el imperio de mi Hijo Jesús triunfará.
Os amo y os bendigo pequeños míos.
Os asisto
La Santísima Virgen María dice:
Os amo pequeños míos. Gracias por haber respondido a mi llamado. Orad por
el advenimiento del nuevo Pentecostés, Pentecostés que reconstruirá nuestra
Iglesia en ruinas. Pedid con insistencia que el dragón rojo sea aniquilado y sus
errores no se reviertan más en la Iglesia. Ella es llevada como cordero al
matadero.
El Vicario de Cristo tendrá que sufrir, está en medio de lobos revestidos con
piel de cordero (veo: Sagrario saqueado, cáliz en el piso, con Hostias regadas, obispos y
sacerdotes muertos vestidos de púrpura). Mi Corazón se desgarra al tener que
presenciar horrendos sacrilegios a la Divinidad de mi Jesús, al saqueo de los
templos y a la matanza de obispos, cardenales, sacerdotes, laicos y religiosas
que profesan su fe en Cristo. El sacrificio perpetuo será suspendido; entran a
la Iglesia densas tinieblas que la cubrirán de la Luz verdadera, que es Cristo.
No os alarméis, porque la segunda venida está muy próxima.
Orad para que la sordera y la ceguera espiritual de mis sacerdotes se
conviertan en un impulso para acoger y recibir en sus corazones mis mensajes
apocalípticos de amor.
Satanás ha menguado sus inteligencias incapacitándolos en creer; el demonio
los ha engañado haciéndolos formar parte de la falsa iglesia y adorar al falso
cristo.
Estos ministros, que un día trabajaron para la verdadera Iglesia de Cristo, se
han convertido en verdaderas cloacas humanas que trabajan para la falsa
iglesia expandiendo sus errores.
Os hablo de muchos modos, pero no me quieren escuchar; el cielo os ha dado
a conocer maneras y modos para sobrevivir a esta espantosa crisis.
Mantened en reserva cruces benditas y haced uso de los sacramentales; orad
muchas veces a San Miguel Arcángel, porque aparentemente la bestia
triunfará, pero será aplastada por los pies de la mujer vestida de sol (veo a la Virgen María muy resplandeciente con doce estrellas a su alrededor y parada sobre el mundo.
Luego veo confesionarios, pero veo sacerdotes deformes confesando con alas y con crestas).
Mi Inmaculado Corazón triunfará y volveréis a vivir en la nueva Jerusalén.
Os quiero agrupados en pequeñas comunidades, refugiándoos en los Aposentos
de los Sagrados Corazones y compartiendo vuestros bienes, vuestros
intereses, vuestras oraciones a imitación de los primeros cristianos.
No os dejéis perturbar, porque el imperio de mi Hijo Jesús triunfará.
Os amo y os bendigo pequeños míos.
Os asisto