*No me abandonéis en esta Hora de mi Pasión en la Iglesia

Jesús a Marga,12/03/2010:

Asunto: Sobre las Almas Víctimas.

Yo quiero que vengan conmigo todas las almas Víctimas.
Yo quiero asociarlas a mi Pasión y que vivan conmigo mi Agonía.
Asociaos a mi Pasión.
Yo os he llamado. Os he hecho un llamamiento: no abandonéis al Mesías en esta Hora de su Pasión en la Iglesia.
En algunos es una Pasión del corazón. En otros es una Pasión física... Quiero que vuestros dolores los asociéis a los míos. Bendecid al Maestro, que le ha parecido bien colmaros con la dicha de ellos y os pide que los unáis a los Suyos, para alcanzar así más mérito por vosotros y vuestros hermanos.
Se necesitan los grandes Holocaustos. Los Grandes Sacrificios inmolatorios de la propia vida. Para que Dios pueda hacer con ella lo que quiera, lo que le plazca, en beneficio de vuestros hermanos.
¿Recordáis aquel día que Yo vine a pedir Víctimas, por medio de este profeta?
(Lo ha pedido repetidas veces. Por ejemplo: 24-05-1999; 30-11-1999; 03-08-2000; 25-10-2000; 15-08-2002; 05-12-2002; etc.)
Es la Hora y vengo a recoger a aquellos que se han inmolado a sí mismos, a imitación del Cordero.



El Espíritu se comunica por diversos cauces y parece que vosotros, de mi Iglesia, Iglesia en España, estáis preocupados sólo de apagarlo y extinguirlo.
¡Mirad dónde están los frutos! Y actuad en consecuencia.
Por sus frutos los conoceréis.
(A Jesús no le gusta que prohíban los Mensajes ni que se prohíba difundir el Libro)
Por eso te digo hija: es la Hora. Es la Hora del Sacrificio.

(Jesús, no veo muchas víctimas)

No. No sois muchas.

Por eso Yo, ahora, desde aquí y por tu medio, quiero lanzar el llamamiento a más. Pues se necesitan las grandes víctimas e inmolaciones. Totales. Absolutas. Inmolaciones absolutas de la persona. Con todo. Todo lo vuestro. Todo lo vuestro a mi servicio y por Mí. Yo sabré fructificarlo. Yo sabré recompensarlo.
Y este camino que ahora emprendéis, alberga numerosos secretos de unión y entrega, de plenitud y alegría. Imposibles de descubrir si no os adentráis en él.
¡Adentraos en él! Este camino es hermoso, es pleno, es dichoso. ¡Venid a adentraros en él!
Pedid ayuda a Juan y a María. Ambas víctimas, inmoladas al pie de mi Cruz, sabrán conduciros.
Porque, como ellos, habéis sido depositarios de los Secretos de mi Corazón.
Camina unida a Mí: en las alegrías, en las penas, en la salud o en la enfermedad, todos los días de tu vida. Amén.