*Paul, un nuevo sacerdote que encontró su vocación en Medjugorje

Paul, un nuevo sacerdote que encontró su vocación en Medjugorje
 27 junio 2014 Portaluz 


El 24 de junio de 1981 comenzó una historia muy importante: en una aldea desconocida de los Balcanes - Medjugorje – donde seis niños dijeron que habían visto, y aún, transcurridos 33 años, dicen que ven a la Santísima Virgen María, Madre de Dios y Madre nuestra… quien se les presenta como la “Reina de la Paz”.
 
“Yo no creo, yo sé lo que he vivido allí. Yo sé que mi esposa que era la mujer más alérgica que yo he conocido a la fe, su vida cambió en un minuto. ¿Dónde?, en Medjugorje. Podría haber pasado en Madrid, pero sucedió en Medjugorje”
 
Esta rotunda afirmación manifestada a Portaluz por Juan Manuel Cotelo, el conocido director de la película “Tierra de María", da cuenta de los particulares eventos que miles viven al visitar esa aldea o vincularse con la devoción a la Reina de la Paz.

El Misterio que será develado

¿Pero por qué se aparecería la Virgen por tantos años? se preguntan algunos escépticos, olvidando que las apariciones en Laus (Francia) fueron aún más prolongadas en el tiempo.
 
Iván Dragicevic, uno de los seis videntes de Medjugorje, señala haber escuchado este 21 de junio de 2014 las siguientes palabras de la propia Virgen María, que dan respuesta a esa pregunta:
 
“Mi Hijo me ha permitido permanecer tanto tiempo con ustedes porque deseo hablarles, porque deseo conducirlos a Él. Por lo tanto, ¡decídanse con fuerza! Vivan lo que les digo, para que pueda darles nuevos mensajes y conducirlos a la santidad. Que su decisión hoy sea un “Sí”, ¡de vivirlos! La Madre ora con ustedes e intercede siempre por ustedes junto a su Hijo”.

En manos de Papa Francisco se encuentra el informe de la Comisión que –designada por el Papa emérito Benedicto XVI- ha estudiado el fenómeno que también golpeó el corazón de san Juan Pablo II. Los devotos y fieles pueden estar seguros que cuando el Pontífice dé a conocer su veredicto, estará salvaguardando la fe.
 
Es que como pocos lugares del mundo, esta aldea, su parroquia y el monte donde los videntes indican que ocurren las apariciones, atrae multitudes. Sólo el pasado mes de mayo –informa la Parroquia Santiago Apóstol de Medjugorje- se distribuyeron 204.200 comuniones y fue un promedio de 118 el número de sacerdotes que a diario concelebraron allí la eucaristía. Pero también mantienen registros de cientos de sanaciones y miles de conversiones… como la vivida por Paul Goo quien “gracias a la Reina de la Paz”, según nos testimonia, recibió este 30 de mayo en Vancouver el orden sacerdotal del diaconado en eucaristía presidida por el Arzobispo J. Michael Miller…
 
La historia de Paul
"Esto es lo que he querido hacer desde hace mucho tiempo", dijo el diácono Paul Goo después de su ordenación en la catedral del Santo Rosario de Vancouver (Cánada), y agregó: "Sólo estoy siendo yo mismo".

El diácono Goo se crió en un hogar católico de su natal Corea, pero tras la secundaria que completó en Port Moody, comenzó a experimentar dudas que arrojaron sombras sobre su fe.

Mientras estudiaba en la Universidad de Waterloo, conoció a un Protestante cuya devoción le animó a buscar a Dios de nuevo. Empezó a leer la Biblia que este amigo modélico le entregó, orando todos los días y asistiendo a los servicios litúrgicos protestantes.

Se mudó a Seattle por trabajo y allí, casualmente, llegó a sus manos hace seis años un libro sobre las apariciones marianas en Medjugorje “y me inspiró tanto que decidí viajar a esa aldea de Bosnia-Herzegovina”.

"Fue durante esa peregrinación que inicié mi regreso a la Iglesia y luego, pocas semanas después del viaje, empecé a tomar conciencia de que me sentía llamado al sacerdocio".  Paul Goo entraría al seminario un año después. "Sinceramente, creo que fue la Virgen, la Reina de la Paz, quien me llevó a Jesús", confiesa.

Ahora que ha dado un paso más en su camino hacia el sacerdocio, su padre, Frank Goo, también valora el testimonio de su hijo, cuya conversión y vocación sacerdotal nacieron en Medjugorje... "El mundo está sufriendo. Los jóvenes no saben de nuestro Dios, y ellos no están interesados ​​en la fe. Necesitamos buenos sacerdotes jóvenes que sean modelo para los jóvenes".