Hoy la Iglesia se está purificando con los mártires

Mensaje de Dios Padre a Javier Viesca, MéxicoMusulmanes matan a cristianos en Nigeria



Hijitos Míos, en la historia de la Cristiandad, vosotros sabéis que la sangre de los mártires, empezando con la de Mi Hijo, le da mayor fuerza. Satanás quiere destruir todo lo que venga de Mi Hijo, todo lo que venga de Mí, pero no podrá, Mis pequeños, al contrario, se reforzará.

Todo esto, Mis pequeños, dará Vida, una Nueva Vida a la Iglesia, ésta sangre que estáis viendo que se derrama, está purificando toda ésa maldad que se ha introducido dentro de Mi Iglesia, desde que ésta fue constituida por Mi Hijo. Mucha maldad habéis visto que ha entrado en ella y mucha sangre tendrá que correr para purificarla.

Nada se desperdicia, Mis pequeños, dentro de la Economía Divina, así como os enseñó Mi Hijo, que se dio por vosotros, ahora vosotros, en diferentes formas, os vais a dar por Mi Hijo. Él se dio en totalidad, no solamente en Cuerpo y en Sangre, se dio también en Divinidad, se dio en Sus Sentimientos, no conocéis a profundidad lo que Él sufría por vosotros en Su Interior y, en tiempo breve, lo conoceréis.

Vosotros estáis acostumbrados a juzgar el exterior de las personas, pero nunca entendéis ni comprendéis el interior de ellas y, esto es lo que sucede en la Vida de Mi Hijo. A través de los Santos Evangelios, conocéis la Vida de Mi Hijo, Su exterior, Sus momentos, Sus Palabras, los Milagros, pero no conocéis Su Pensamiento, que estaba continuamente ante Mi Presencia. Os veía a cada uno de vosotros, pensaba en vosotros, intercedía por vosotros, Su Omnipotencia os alcanzaba y os sigue alcanzando a cada uno de vosotros. 

Por eso la Iglesia, está siendo purificada con la sangre de los mártires actuales y con lo que padeceréis también cada uno de vosotros, si no necesariamente sea cruento vuestro sufrimiento, sí será de diferentes formas y os pido, Mis pequeños, que ofrezcáis todos vuestros sufrimientos, para que Le quitéis el Dolor que tomó Mi Hijo por cada uno de vosotros. AminoradLe Su carga, la carga que tomó para salvaros, ahora, tomad vuestra Cruz y dadLe éste regalo a Mi Hijo, aminorándoLe Su carga con el ofrecimiento de vuestros padecimientos, los actuales y los próximos futuros. Gran alegría Le daréis, gran alegría habrá en el Cielo por vuestra donación y, sobre todo, porque os uniréis a Mi Hijo Jesucristo, siendo otros Cristos. Os uniréis en la salvación del género humano, os uniréis en vida íntima en Mi Santísima Trinidad.

Es una Gracia que comparto con vosotros en éstos tiempos de cambio y, muy distante a lo que pensáis, que habrá tristeza entre vosotros, no será así, Mis pequeños ya que, en la donación, vendrá la alegría porque en el momento en que vosotros os estéis donando, os estéis dando por Mi Hijo y por vuestros hermanos, una alegría mística entrará en vosotros y gozaréis. No habrá tristeza en vosotros, entenderéis la donación de vuestros primeros hermanos en el Cristianismo, cuando también sufrieron fuertemente y que dio vida a Mi Iglesia.

Ahora entendéis un poco más de lo que es el sacrificio de un alma para hacer crecer la fuerza de la Iglesia y la salvación de sus almas hermanas en la Tierra. 
Animaos, Mis pequeños, cosas bellas veréis, grandes cosas gozaréis.
Gracias, Mis pequeños.