Almas del Purgatorio y ángeles durante la Misa



ANGELES QUE INTERCEDEN A TRAVÉS DE LA MISA
EL Día de Navidad en 1995, Christina Gallaher presenció a ángeles alrededor y encima del altar regocijándose. Entonces ellos todos iniciaron la formación de un círculo mirando hacia arriba y formando una corona perfecta con sus alas doradas. A Christina le fue dado el saber que éste era los medios de subida al sacrificio. Un arroyo de almas vino del Purgatorio, muchos centenares (algunos eran más grises que otros en color indicando a Christina que ellos vinieron de los niveles más bajos de Purgatorio). Christina supo que cada ángel que formaba la corona era asignado a varias de estas almas para escoltarlos a su lugar apropiado en Cielo. Las almas se fundieron lejos en grupos de aproximadamente cincuenta cada uno mientras “la corona” ascendía.
Christina reconoció a su propio ángel a la cabeza de una línea de ángeles que vienen a un lado del altar. Ellos flotaron adelante y miraron hacia arriba intercediendo a través del Sacrificio de la Misa por todos los presentes. éstos eran los ángeles guardianes de todo el presente.

LOS ANGELES DE LA CORONA DE NUESTRA SEÑORA
El 10 de febrero de 1996, durante la Misa aproximadamente veinticinco ángeles vinieron. Christina estaba consciente de la presencia de Nuestra Señora aunque no era visible. Entonces los ángeles empezaron a formar la corona de Nuestra Señora. ¡Ellos podían asumir cualquier posición ante al asombro de Christina! En una mirada rápida, ella dijo,
“¡Tú pensarías en una corona real! Un ángel tomó la forma de el globo terráqueo y un ángel formó el poste y otro el travesaño de la cruz!”

LOS ANGELES Y LAS SAGRADAS HERIDAS
En una ocasión durante la adoración del Sagrado Sacramento cuando Jesús apareció vivo en la cruz a Christina y miró a los adoradores, a pesar del peso enorme de Su cansancio, algunos ángeles se acercaban lentamente, uno a la vez y limpiaron la Sangre Preciosa de las heridas en Su Cuerpo. Cuando hacían esto, sin embargo, Christina notó que cada uno de los ángeles se volteaba a otro lado, para no ver la herida en particular que estaba tocando. Le fue revelado a ella que era el horror del pecado el que infligió estas heridas en Nuestro Señor y que causaba en los ángeles esta revulsión. La única herida que ellos no limpiaron era la herida en Su Sagrado Costado.