Alegraos de que los malos desaparecerán de la faz de la Tierra

Habla Dios Padre a Javier Viesca, México, oct 2014

Sobre: Alegraos, que el malo, junto con aquellos que le hicieron caso, desaparecerán de la faz de la Tierra. Alegraos del Bien, que ya está prácticamente sobre vosotros.

Hijitos Míos, Yo os di unos Mandamientos, Leyes Divinas, para que normarais vuestra vida y vivierais en la perfección de Mi Amor. Fuisteis creados para ser perfectos, para ser santos, para que Yo Me congratulara con vuestra vida, con vuestra actuación, con vuestros pensamientos, palabras y obras. Fuisteis creados con Mi Sabiduría Divina, para que vivierais en el bien, para que lo transmitierais, para que Yo os regalara con Mi Omnipotencia.

Vuestros Primeros Padres, pudieron gozar de ésta omnipotencia sobre todo lo Creado. Ciertamente, no tenían Mi Omnipotencia en pleno, pero tenían la dominancia sobre todo lo Creado. Gozaron por un tiempo de lo que Yo Creé, pero luego vino la caída, por el error de un momento. Una mala decisión, como todos vosotros tenéis y queda marcada vuestra vida y la de vuestra descendencia, por vuestras malas decisiones, por vuestros errores, por la maldad que dejáis entrar en vuestro corazón.

Satanás se ha encargado de destruir vuestros valores, de destruir vuestro interior y llevaros a una soberbia tal, al grado de que vosotros ya no Me respetáis ni respetáis Mis Leyes.

Cuántos hermanos vuestros, los que tienen el poder en el Mundo, los que dominan los pueblos, se han ensoberbecido a tal grado, de que se sienten reyes, dioses. Son intocables, se han llenado de riquezas bañadas con sangre, con dolor, con injusticia. Siguen causando maldad, desmanes. A tal grado han creado un imperio del mal, bajo los consejos de satanás, que entre ellos mismos se protegen, se ayudan y se vuelven intocables, porque no hay autoridad superior a ellos, a quienes tienen qué rendirle cuentas.

Han hecho lo que han querido con su gente, con gente de su mismo pueblo y así ha sido a lo largo de la historia, porque el hombre fácilmente cae en la soberbia tan pronto se le da poder para gobernar y, en lugar de hacer el bien, dándose por su gente, gente que en ellos confían para que los lleven a un bien, éstos traicionan, matan, roban y todo ¿para qué?, para que cuando se presenten ante Mí, no sabrán dónde meterse. Las mismas Escrituras os dicen que quisieran que las montañas los cubrieran, para que no vean la Ira de Mis Ojos y que el Fuego que salga de ellos, los quemen, los hagan ceniza y que no se sepa más de ellos.

Ahora se sienten reyes poderosos, intocables, pero cuando estén ante Mí, como Justo Juez, temblarán. ¡Pobres de ellos! ¡Pobres de los gobernantes de la Tierra que actuaron con ésa maldad!, maldad satánica. Se dejaron guiar por satanás, muy tontos fueron, aliarse con el enemigo, con eso demuestran primeramente la falta de Sabiduría. Si fueran inteligentes, sabios, no habrían hecho pacto con aquél que es infinitamente inferior a Mí y que solamente desea vuestro mal. Pero, nuevamente, aquí se manifiesta cómo satanás, con sus mentiras, convence fácilmente al hombre.

Si cuidarais mejor vuestra alma, os acercaríais más a las Sagradas Escrituras, para que de ellas sacarais Mi Sabiduría y la pusierais en práctica en vuestra vida. ¡Cuánto tendrán qué sufrir eternamente todos éstos hermanos vuestros, a los que les permití tener poder para gobernar, pero en lugar de aliarse Conmigo y tomar Sabiduría Santa para gobernar, como sabiamente lo hizo Salomón, todo lo contrario, prefirieron unirse con aquél que carece totalmente de Sabiduría, de Sabiduría Santa.

Mis pequeños, os he dicho que vuestra liberación pronto llegará, alegraos de esto, ved cómo lo que se viene no es malo, será para vuestro bien, para los que estáis Conmigo, para los que Me amáis, para los que deseáis el bien para vuestros hermanos y para un Mundo Nuevo, donde Sea Yo, vuestro Rey, vuestro Dios, vuestro Todo. Alegraos, que el malo, junto con aquellos que le hicieron caso, desaparecerán de la faz de la Tierra. Alegraos del Bien, que ya está prácticamente sobre vosotros.
Gracias, Mis pequeños.