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La muerte no existe, es un concepto mental

hombre hacia otra dimension

La muerte no existe, es un concepto mental, porque hay múltiples universos

Foros de la Virgen

El biólogo, profesor de la Escuela de Medicina de la Universidad Wake Forest de Carolina del Norte, Robert Lanza, sostiene que la muerte no existe, del mismo modo que no existía en el mundo creado por Dios, sino que entró por el pecado, según el cristianismo.

Su teoría, el Biocentrismo, sostiene que el universo sólo existe en la medida en que un individuo está consciente de él. De esta forma, en realidad es la vida la que crea el universo, y no el universo a la vida, como se piensa tradicionalmente.

Evidentemente la razón que da Lanza está alejada del cristianismo, porque el cristianismo piensa que existen tanto el universo como la propia vida humana.
Pero a pesar de todo, parecería un puente de unión entre la ciencia y la metafísica, e incluso con las religiones que creen en la vida eterna, como el cristianismo, porque la mayoría de los científicos consideran que nuestra vida acaba con nuestra muerte en la Tierra.
Veamos la teoría del Biocentrismo de Lanza y hagamos una comparación con el cristianismo.
Es para su discernimiento.

EL TIEMPO Y EL ESPACIO SON CONCEPTOS MENTALES

Lanza tiene el concepto que el tiempo y el espacio son sólo conceptos mentales, la muerte como la conocemos simplemente no existe, porque no existen verdaderos límites para definirla. De hecho, sería sólo un concepto mental que tenemos para manejar nuestra existencia.
El Biocentrismo es una teoría hermanada a la de los universos paralelos -de bastante aceptación entre los físicos teóricos, donde cualquier acción podría tener diferentes efectos, en múltiples universos, de forma simultánea.
Lanza afirma que todo lo que puede suceder sucede en algún momento en todos estos ‘multiversos’ (los múltiples universos posibles), lo que significa que la muerte no puede existir “en un sentido real”.
El cristianismo supone que hay otras dimensiones. Es más, cuando se habla de que una persona murió y fue del otro lado del velo, se asemeja a que pasa de una dimensión a otra, que hasta pueden estar en el mismo lugar físico.
Por otro lado, quienes han tenido experiencias cercanas a la muerte dicen que han viajado a través de un túnel algunos y familiares de moribundos han mencionado que ellos les han contado cuando los han venido a buscar, poco antes de la muerte.
Al respecto, quien escribe esto tuvo la experiencia de un tío moribundo que poco antes de morir manifestó que su hermano (mi padre ya fallecido) lo había venido a buscar, pero que él se negaba a ir, y así estuvo en esa discusión un día entero hasta que murió.
robert lanza

LA MUERTE ES UNA ILUSIÓN

Después de la muerte de su viejo amigo, Albert Einstein dijo:
“Ahora Besso se ha apartado de este extraño mundo un poco por delante de mí. Eso no significa nada. La gente como nosotros… Sabemos que la distinción entre pasado, presente y futuro es sólo una ilusión obstinadamente persistente”.
Esto es lo que cree el cristianismo. En primer lugar que la muerte no existe, luego del pasaje por la tierra nuestro destino es el infierno o el cielo (el purgatorio es un lugar de paso no de destino).
Y en segundo lugar que para Dios no hay ni futuro ni pasado, todo es presente, y hay evidencias de que esto sucede en el cielo, que el concepto tiempo no funciona allí.
Nuestra manera clásica de pensar es que la vida es sólo la actividad de carbono y una mezcla de moléculas – que vivimos un tiempo y luego se pudre en el suelo.
El cristianismo piensa que se pudre una parte nuestra que es la carne, pero no el alma, que es inmortal.
Desde chicos nos enseñan que morimos y dejamos de existir, y eso lo apreciamos en todos los animales y las plantas, es el fin de la historia.
Pero el Biocentrismo, al igual que el cristianismo y la mayoría de las religiones, nos dice que la muerte no puede ser el evento terminal que pensamos.
El biocentrismo opina que el espacio y el tiempo – e incluso las propiedades de la materia en sí – dependen del observador, lo que según ellos, explicaría por qué las leyes y las fuerzas  constantes del universo parecen ser afinadas para la existencia de vida.
“Considere el tiempo fuera suyo: Usted ve un cielo azul, pero las células de su cerebro podrían  cambiar  de manera que  el cielo podría verse de color verde o rojo. De hecho, con un poco de ingeniería genética probablemente podríamos hacer que todo lo que es rojo vibrara o hiciera ruido, o incluso hacer que tenga ganas de tener sexo como ocurre con algunas aves. Ud cree que algo es brillante, pero sus circuitos cerebrales podrían ser cambiados para que pareciera oscuro. Cree que siente calor y humedad, pero  una rana tropical  siente que está  frío y seco. Esta lógica se aplica a casi todo. En pocas palabras: Lo que se ve no pudo estar presente sin su toma de conciencia”.
Por eso Lanza opina que nuestros ojos no son portales al mundo sino que todo lo que vemos y experimentamos es un torbellino de información que se produce en la mente.
El cristianismo parte de la base de que existe objetivamente lo exterior, sin embargo una intervención de Dios puede hacer que las cosas sean diferentes, o por lo menos vistas como diferentes, como por ejemplo vemos cuando se habla de milagros que hacen cesar lo que llamaos leyes naturales o cuando se piensa en como los videntes captan a la Virgen María, que se les aparece físicamente mientras que otros que están al lado no la ven.
Dios hizo que viéramos así las cosas, pero también puede hacer que se vean diferentes.
De acuerdo con el biocentrismo, el espacio y el tiempo no son los objetos duros y fríos que pensamos. Y que el espacio y el tiempo son simplemente las herramientas para poner todo junto.

EXPERIMENTOS

Consideremos el famoso experimento de la doble rendija.
En el experimento, cuando los científicos miran una partícula pasar a través de dos ranuras en una barrera, la partícula se comporta como una bala y pasa a través de una ranura o la otra. Sin embargo, si una persona no ve la partícula, se comporta como una onda. Esto significa que puede pasar a través de ambas rendijas al mismo tiempo. Esto demuestra que la materia y la energía pueden mostrar características tanto de ondas como de partículas, y que el comportamiento de las partículas cambia basado en la percepción y la conciencia de una persona.
De alguna manera eso es lo que sucede con la fe. Podemos ver las cosas diferentes con una mirada de fe, y no se trata de emociones solamente sino de sensaciones que se pueden captar a través de nuestros sentidos.
La muerte no existe en un mundo intemporal, sin espacio dice Lanza. La inmortalidad no significa una existencia perpetua en el tiempo, sino que reside fuera del tiempo completo.
De esto no tiene dudas el cristianismo desde el momento que no menciona una dimensión tiempo para Dios ni para los que gozan de la vida eterna.
Por lo general, rechazamos los múltiples universos de Star Trek como ficción, pero resulta que este género popular no es más que un pedazo de la verdad científica.
Un conocido aspecto de la física cuántica es que las observaciones no se pueden predecir absolutamente. En cambio, hay una gama de posibles observaciones, cada una con una probabilidad distinta. Una corriente principal de explicación, es la de la interpretación de  “muchos mundos”, que establece que cada una de estas posibles observaciones corresponde a un universo diferente (el ‘multiverso’). Hay un número infinito de universos y todo lo que podría suceder ocurre en un universo. La muerte no existe en ningún sentido real en estos escenarios. Todos los universos posibles existen simultáneamente, independientemente de lo que ocurra en cualquiera de ellos.

COINCIDENCIAS Y DISCREPANCIAS

Este tipo de teorías científicas se acercan al cristianismo pero no llegan a la verdad total, porque considera que existe algo real en toda la organización del espacio tiempo, que tiene sus leyes propias y que están ahí, no se sabe si estuvieron siempre, si se produjeron por azar, incluso alguno con un poco de mente abierta podría decir que las podría haber creado alguien.
El cristianismo cree en un Dios que creó todo y que está involucrado activamente en todo. Que nos creó a nosotros y nos dio sensores para ver una realidad exterior, pero en concreto no tenemos los elementos para poder discernir si esa realidad es independiente de los hombres o no, o de otro modo, si esa realidad está funcionando porque Dios la hace funcionar en nuestras mentes y sensores o es independiente de nuestros sensores.
Por este lado se abre un campo de perspectivas similares con estas nuevas teorías que están dispuestas a considerar la realidad que vemos como menos objetiva y externa, en comparación con la ciencia tradicional.