El tiempo de la mayor prueba está a punto de darse

Habla Dios Padre a Javier Viesca, México, nov 2014



Os he dicho, Mis pequeños, que satanás se ha enseñoreado de toda la humanidad, pero os prevengo, Mis pequeños, de algo peor. En el mar, cuando se calma todo, que es la calma chicha, los que saben y conocen del mar, se preparan para la tormenta, se preparan para algo peor.Cuidado, cuando, aparentemente, todo se vuelva paz en vuestro Mundo, porque poco tiempo después vendrá la tormenta para el Mundo entero.

No es lógico pensar que si el Mundo entero está en un caos, como lo estáis viendo ahora, se pueda componer de repente y sin razón alguna. Estas son las maniobras de satanás y de aquellos que están con él, que son los que gobiernan a las naciones. Os tratarán de hacer creer que la paz ha llegado al Mundo, que ya no debéis temer de nada, pero, ése va a ser el momento culminante de la mentira de satanás.

Muchos creerán que realmente la paz llegó, pero, vosotros, los que estáis Conmigo, que os cuido y os protejo, sabréis que ése será el momento para que os preparéis todavía más y preparéis a vuestros hermanos que entiendan de toda esta información que os doy, que os previene y que os ayuda para defenderos de los ataques de satanás.

Avisadles que el tiempo de la mayor prueba está a punto de darse. El tiempo es breve ya, Mis pequeños y se tiene que dar para el bien de aquellos a los que Yo amo.

Todos estaréis en la batalla, pero os he dicho que no a todos les irá igual. Aquellos que viven en el amor, transmiten Mi Amor y están esperando un futuro de Amor, estarán protegidos por Mi Amor, porque sabéis que satanás no puede contra Mi Amor. En cambio aquellos que están vacíos de amor, que no buscan Mi Amor y que atacan a sus hermanos porque no los aman, éstas almas son más propensas a perderse y a ser eliminadas por Mi Justicia, porque no son almas que sepan amar, pero sobre todo, que no desean ni buscan amar. ¡Pobres almas vacías!, almas que se han apartado de Mí, que Soy Fuente de Amor. Orad por ellas, para que en su condenación eterna, no sufran tanto.

Gracias, Mis pequeños.