El Papa que estuvo en el Purgatorio más de 3 siglos

Entrevista a María Simma, vidente de las almas del PURGATORIOPaul IV.jpg

¿Han venido a usted almas a quienes reconoció como personas famosas?

—Sí, hay personas famosas que han sido liberadas porque sus familiares vinieron a verme para que los ayudara. Por ejemplo, Marshal Hermann Goring, nazi infame, se me presentó porque su familia había venido a verme en busca de ayuda. Ahora está en el Cielo. Dios no dejó de amarlotodavía lo ama. Nunca debemos juzgar.

También me han visitado otras personas famosas. Una vez vino un hombre, y aunque no podía saber de dónde venía o cuándo había vivido, supe inmediatamente que se trataba de alguien importante por la forma en que se movía y por su vestimenta. Cuando le pregunté qué necesitaba de mí, me lo dijo y luego agregó: "Soy el papa Pablo". Al principio dudé, pensando que podía tratarse de un engaño del demonio: "No, no lo eres", le dije. " ¡Conocí al papa Pablo y tú no eres él!". " 

Soy el papa Pablo IV, no Pablo VI". Había estado en el purgatorio desde mediados del siglo XVI porque durante su pontificado podría haber hecho mucho más de lo que hizo. Me parece que también había ordenado que los judíos de Roma se agruparan en guetos, algo que ciertamente no estaba en los planes de Dios. En este caso, por supuesto, no fueron sus descendientes quienes vinieron a verme para preguntar por él (risas)
.
—Así que un conocido nazi ha pasado mucho menos tiempo en el purgatorio que un Papa.
Algunas personas pensarían entonces que es mejor ser nazi que sacerdote, obispo e, incluso, Papa.

—¡No, por Dios, no! La diferencia en la expiación que necesita cada uno se debe a que al Papa se le había revelado mucho más de la verdad de Dios que a Hermann Goring. Y el padre Matt también me contó que Goring había sido conducido mediante engaños a esa horrible situación, con relativamente pocos medios para protegerse. El amor y la justicia de Dios, igualmente infinitos, equilibraron estas diferencias; y hoy en día ambos se encuentran en el Cielo con Él, pero ciertamente no en el mismo nivel.



—Cuando me vaya, ¿puedo darle el nombre de un personaje famoso del que me gustaría
preguntar?

—Sí, por supuesto.

—Me gustaría saber qué fue del presidente Kennedy, que como usted ya sabe, fue muy
querido por muchos americanos e irlandeses, al igual que por otros millones de personas en el mundo entero.

—¡No hace falta que lo pregunte!

—¿Qué quiere decir? —Llegó al Cielo rápidamente después de su asesinato. Un alma me lo dijo, aun cuando tampoco en su caso se acercó hasta aquí nadie de su familia para preguntar por él.

—¡Excelente! ¿Puedo preguntar entonces por su hermano Robert F. Kennedy, que
también fue asesinado años después?

—Por supuesto que puede. Si recuerdo correctamente, murió con un rosario en las manos y eso significaría ciertamente que Nuestra Señora estaba con él y, por lo tanto, está bien, estoy segura.
Además, me han comentado que sus últimas palabras fueron: "¿Hay alguien herido?". Esto nos dice aún más del amor que había en su alma. Pero sí, puede escribir su nombre para mí más tarde
.
—¿Siglo XVI? Eso me ha llamado la atención. ¿Hay otras almas que hayan sufrido en el
purgatorio tanto tiempo y que hayan venido después a usted en busca de ayuda?

—Sí, me pidieron que ayudara a un oficial que murió en Corintia en 1660. Y también a un
sacerdote de Cologne que murió en el año 555. Tuve que aceptar lo que necesitaba totalmente por mi cuenta, de otro modo hubiese permanecido en el purgatorio hasta el último día. Había tomado parte en el martirio de unos seguidores de santa Úrsula. También puedo recordar los años 1740 y 1810, pero me he olvidado ahora de quiénes se trataban.

—¿Le han contado las almas algo específico acerca de su propio futuro? 

—No en detalle, pero en varias ocasiones han dicho que algo muy importante está a las puertas, justo enfrente de nosotros; pero no sé si todavía estaré aquí para verlo. Como dije anteriormente, vendrá de Dios y será para la conversión de todos. Dios hará muy clara su existencia, pero aun así no todos convertirán sus corazones hacía Él. Aparte de esto, solamente recibo advertencias o directivas para otras personas, como en la avalancha de la que le hablé anteriormente.

—¿Y han ayudado alguna vez las benditas ánimas del purgatorio a que la policía
resolviera un delito?

—No, no que yo recuerde. Pero en muchos casos mi testimonio, basado en lo que me habían dicho las almas, ayudó a probar que el maligno estaba de por medio. No debemos olvidarnos de que las personas que vienen a mí hasta aquí son, en su mayoría, profundamente cristianas y por lo tanta prefieren rezar por otras personas que perseguirlas y acusarlas.

—¿Le han dicho alguna vez las almas algo sobre el futuro de sus visitas?

—No, nunca han dicho nada sobre ello.

—Cuando las almas o usted misma hablan de conversión, ¿qué es precisamente lo que
quiere decir? ¿Significa que todos deberían unirse a la Iglesia católica?

—No, conversión no significa eso. Conversión es cambiar el corazón, la mente y toda nuestra vida hacia la existencia de Dios. Si bien es cierto que todas las divisiones entre los cristianos se deben a la mano del hombre y que la Iglesia católica sostiene la única verdad, tal y como la enseñó Jesús, no podemos esperar que los hombres consigan borrar todas estas diferencias. Dios hará que se produzca la unión de las Iglesias, y personalmente creo que esto también ocurrirá muy pronto, hasta diría bajo nuestro Papa actual, pero la conversión significa cambiar nuestras vidas de tal manera que estemos siempre cerca de
Dios[
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