¿Existe el Limbo?

EL LIMBO. Entrevista a María Simma. Vidente de las almas del PurgatorioResultado de imagen para aborto

—¿Qué les sucede a los niños que nacen muertos o son abortados? ¿A dónde
van?
—Las almas del purgatorio me dicen que no van al Cielo, pero como son inocentes, tampoco van al purgatorio. Van a un lugar que se encuentra en el medio. Se le puede llamar limbo o a veces "Cielo de los niños". La palabra limbo proviene de "limbus", que es el espacio entre la zona impresa de una página y el borde del papel. Las almas de los niños que están allí no saben que existe algo mejor. No saben que no están en el Cielo, y nosotros tenemos la responsabilidad de hacerles llegar allí. Algo que no nos costará mucho porque nunca tuvieron la oportunidad de pecar. Lo podemos hacer con una ceremonia de "bautismo del no nacido" o con una misa de réquiem. También deberíamos dar un nombre a los niños que han nacido muertos o a los que se ha abortado, y se les
debe aceptar dentro de la familia. Así entran en el Libro de la Vida.

Conocí a una enfermera que trabajaba en un hospital de Viena que siempre bautizaba a los niños nacidos muertos y a los abortados del hospital. Lo hacía dos veces al día; por la mañana para aquellos que habían muerto durante la noche y por la noche para aquellos que habían muerto durante el día. Cuando le llegó la hora de su muerte dijo en voz alta: "¡Oh, aquí vienen todos los niños, tantos niños!". El sacerdote que se encontraba a su lado le contestó: "Seguro, has bautizado a tantos. Ahora vienen ellos a ayudarte". Y estos niños le ayudaron en su camino.

—¿Y los niños en el limbo también se aparecen o se acercan a sus parientes
aquí?
—Sí, lo hacen. Especialmente sus hermanos son conscientes, con frecuencia, de que ese otro hermano está a su lado, aun cuando no estuvieran al tanto de haber tenido un hermano que hubiera nacido muerto o hubiera sido abortado.

—He oído que algunos niños muy sensibles han visto con alguna frecuencia a sus
hermanos nacidos muertos o abortados; y cuando esto sucede les ven crecer a medida que
pasa el tiempo. ¿Esto no se contradice con lo que usted dice que las almas siempre se le
aparecen con la misma edad que tenían al morir?

—No, no lo creo. Dios nos conoce más de lo que imaginamos y nos muestra las cosas del modo que podamos comprenderlas mejor. Así que, cuando los niños aparecen mayores, como lo ha descrito, solo quiere decir que Dios desea dejar bien claro a aquel niño sensible y amado quién es exactamente quien le visita. Los niños rezan mejor y con más libertad que los adultos y sus padres son más proclives a creerles a ellos que a otras personas, por eso no hay duda de que esa experiencia traerá resultados si como buenos padres se involucran y se encargan del asunto, ocupándose de todos sus hijos. Jesús dijo: "Dejad que los niños vengan a mí y no se lo impidáis"[37]. Y esto también lo dijo por todos los niños nacidos muertos o abortados.