La industria del sexo en el Plan Global

PLAN GLOBAL DE Destrucción DE LA FAMILIAResultado de imagen para bilderberg
TODA LA INDUSTRIA DE SEXO Y PORNO ESTá DISEÑADA PARA ESCLAVIZARTE


La Industria del Sexo: Conviene tomarse en serio como enemigo a la llamada Industria del Sexo. En volumen de negocio sólo tiene parangón con la industria del cine convencional. Si se estudia su financiación y su origen se comprende qué función propagandística tiene. Con la pornografía (tal y como con el opio o la cocaína) ocurre que los primeros consumidores y traficantes formaban parte de la misma élite política. Los primeros pornógrafos fueron nobles europeos e industriales norteamericanos más o menos pervertidos. Con las revoluciones culturales de los sesenta y los setenta, la población tuvo acceso libre a la pornografía, a través de empresas con el mismo origen que las cinematográficas. Hollywood está a lado de San Fernando Valley. 

Para comprender rápidamente la importancia de la Industria del Sexo en el plan global de destrucción cultural, basta saber que uno de sus magnates, Hugh Hefner, fue asistente registrado de varias reuniones Bilderberg. ¿Por qué comparten mesa tipos como Hugh Hefner o Larry Flint con tipos como Henry Kissinger o David Rockefeller?Insisto en que hay que tomarse en serio la amenaza de la industria pornográfica: ataca y arrasa cimientos culturales con poquísimo esfuerzo, rápido y en masa.

No se trata sólo de que el onanismo desvitalice al consumidor de estos contenidos hasta límites que prácticamente ningún moderno va a reconocer por un hipócrita pudor. La pornografía de masa va más lejos: la misma actividad sexual se muestra como una mera masturbación con otro cuerpo, profanando toda valencia sagrada de la sexualidad. Personalmente me niego a pensar que existen tantos onanistas dispuestos a pagar como para mantener una estructura empresarial que mueve tantos millones de dólares. Como ocurre con el cine convencional, el cine porno se apoya en una financiación suministrada por entidades interesadas en su papel propagandístico.

En la pornografía se suministran todos los contenidos propios de una decadencia civilizadora: homosexualismo, sodomía, lesbianismo, coprofagia, bestialismo, necromancia, sadismo… todo. Si comparamos Sodoma con nuestro “mundo feliz” del siglo XXI, parece que la ciudad bíblica sería clasificada como softcore.