En una conversación con el pequeño vietnamita Marcel Van, hoy en día venerable y en vías de beatificación, el Niño Jesús le decía que cuando nació sintió frío en la gruta de Belén. ¡Pero nosotros podemos calentarlo! No sólo por medio de la oración, sino también realizando actos muy sencillos que manifiesten nuestro amor porque, como Jesús dijo en el Evangelio, “todo lo que hagan al más pequeño de los míos, es a mí que me lo hacen”.
He aquí un hermoso diálogo entre Jesús y Van, durante la tercera misa de Navidad de 1945, en el cual interviene también santa Teresita del Niño Jesús.
Van ve que el Niño Jesús está muy engalanado y le pregunta: “Oh Jesús, ¿quién te ha revestido con tan preciosa túnica? ¿quién te ha confeccionado semejante atuendo?
Jesús: ¡Ah! Marcel, ¿medices que estoy magníficamente vestido ? ¿Me preguntas quién me ha vestido tan espléndidamente, cuando fuiste tú mismo, Marcel, quién lo ha hecho?
Marcel: Pero Jesús, ¡nunca aprendí aconfeccionar una túnica semejante !
Jesús: Entonces, Marcel, pregúntale a tu hermana Teresita y averigua quien me ha procurado tan magnífica ropa.
Marcel: Hermana Teresita, ¿no es María quien ha hecho esta túnica para Jesús?
Teresita: No fue María quien la ha confeccionado, ni tampoco fui yo. Entonces, ¿adivina quién la ha hecho?… ¡Pero, si fuiste tú mismo, hermanito! En cuanto a mí, sólo te he ayudado un poquito, pero tú mismo has engalanado a Jesús.
Marcel: Hermanita, ¿cómo pude yo confeccionar un vestido tan hermoso?
Teresita: ¡Hermanitoquerido ! ¡Permíteme primero darte un beso! Y ahora, te respondo: ¡escúchame bien! Cada uno de los suspiros que te han arrancado los sufrimientos que has padecido durante estas últimas semanas, cada uno de esos suspiros fue suficiente para formar una hebra de lana o una flor. Después utilicé esas hebritas de lana que tú hilabas a diario por medio de tus sufrimientos, al igual que las flores que recogías, para tejerle a Jesús esta magnífica túnica. ¿Comprendes ahora , hermanito ? Y dime, ¿no es cierto que ver a Jesús tan hermosamente vestido te causa mucha alegría? Si hoy el vestido de Jesús es ya tan hermoso, ¡lo será mucho más aún el día de tu unión con él! ¿De dónde le vendrá esa belleza? No tienes que preocuparte por ello . Ahora que Jesús te prodiga sus besos, piensa ante todo en permanecer alegre, desechando todo pensamiento de tristeza o de hastío” (Marcel Van, Colloques p. 98, Prefacio del Card. Schönborn, Ed. San Pablo (en francés)
He aquí un hermoso diálogo entre Jesús y Van, durante la tercera misa de Navidad de 1945, en el cual interviene también santa Teresita del Niño Jesús.
Van ve que el Niño Jesús está muy engalanado y le pregunta: “Oh Jesús, ¿quién te ha revestido con tan preciosa túnica? ¿quién te ha confeccionado semejante atuendo?
Jesús: ¡Ah! Marcel, ¿me
Marcel: Pero Jesús, ¡nunca aprendí a
Jesús: Entonces, Marcel, pregúntale a tu hermana Teresita y averigua quien me ha procurado tan magnífica ropa.
Marcel: Hermana Teresita, ¿no es María quien ha hecho esta túnica para Jesús?
Teresita: No fue María quien la ha confeccionado, ni tampoco fui yo. Entonces, ¿adivina quién la ha hecho?… ¡Pero, si fuiste tú mismo, hermanito! En cuanto a mí, sólo te he ayudado un poquito, pero tú mismo has engalanado a Jesús.
Marcel: Hermanita, ¿cómo pude yo confeccionar un vestido tan hermoso?
Teresita: ¡Hermanito