ÁNGEL GÓMEZ FUENTES
Día 28/02/2015
La llama «eutanasia silenciosa». Un jefe de enfermería del hospital Careggi de Florencia confiesa que en su departamento la practican cada año con 30-40 enfermos terminales, desconectando los aparatos que les dan vida. «La ley lo prohíbe, pero lo solicitan los familiares. Se establece un pacto entre familiares y médicos», manifiesta al diario «La Repubblica» el enfermero, quien se declara católico practicante y viene identificado como «Michele».
«Desde
Reconoce que el terreno es muy peligroso, porque en Italia hay un vacío legislativo: «Si tuviéramos el escudo del testamento biológico, sería todo más sencillo. Ocurre a veces que un paciente nos dé a entender una cosa y después cambia idea. Esto es normal, porque entran sentimientos y miedos, sensación de culpa, la esperanza del imposible o del milagro. Puede ocurrir también que no toda la familia está de acuerdo: los padres, por ejemplo, tienden a no resignarse», explica el enfermero.
En Italia es muy conocido el caso de Eluana Englaro, joven que permaneció en estado vegetativo desde 1992, tras sufrir un accidente, hasta el 2009, año en que la familia logró que, tras una larga batalla judicial, se desactivara el aparato que mantenía con vida a Eluana.
Hoy el debate sobre el derecho a una muerte digna sigue abierto. Según el instituto Eurispes el 64% de los italianos se declara favorable a la eutanasia., Habría que distinguir entre la eutanasia y el encarnizamiento terapéutico q
La historia que protagoniza el enfermero «Michele» reactiva un debate sobre un asunto delicado y trascendental.