Musulmana se hace católica y vive con escolta 24 h



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Se esconde bajo el pesudónimo de Sabatina James, tiene 31 años y está obligada a vivir con escolta policial las 24h del día, cambiando regularmente de localidad en Alemania.

Su historia fue contada también por Newsweek: cuando tenía diez años, su familia musulmana sunní se transfirió de Lahore (Pakistán) a un pequeño pueblo de Austria. A los 17 años vuelve a Pakistán, porque los padres quieren celebrar sus bodas con un primo a la que habían prometido en matrimonio cuando era niña. Ella se rebela y se la confina a una escuela coránica sunní para que aprenda a ser una “pakistaní decente”.

La dureza de sus condiciones la hacen ceder, de modo que los padres, creyéndola convencida, la dejan volver a Austria para que termine los estudios y vuelva a Pakistán para casarse. Al llegar a los 18 años, Sabatina escapa, y la amistad con un compañero de escuela evangélico la conduce a un itinerario de conversión, oscilando entre el protestantismo y el catolicismo.

Está siempre presente en ella la advertencia de la comunidad islámica en la que creció: entre los cristianos no hay santos, sus iglesias están vacías y sus prostíbulos llenos. Y sin embargo, a pesar de ello, los símbolos católicos la atraen, la imagine de Dios que elige sufrir en la cruz la conmueve. La primera consideración es que el temor de Dios profesado por los cristianos, basado en el amor, es diverso del temor de Dios profesado por los musulmanes, basado en el miedo. El amigo cristiano le lee pasajes de la Biblia que le dan paz y serenidad, como nunca el Corán lo había hecho.

Sabatina recuerda así esos días: “Cristo mostraba misericordia hacia las mujeres adúlteras, mientras que Mahoma permitía que fueran lapidadas. Más leía el Corán, más odio sentía hacia los que eran distintos; en cambio, como cristiana, siento amor por estas personas y deseo que reciban el mismo amor que sentí yo a través de Jesús”.

Se confía con un sacerdote católico pero no recibe mucha atención, se le dice que también Mahoma fue un profeta, demasiado miedo de ofender al islam. Más confusa que antes, se orienta hacia el evangelismo, sufriendo las amenazas de sus padres: si no vuelve sobre sus pasos la matarán. La policía no la ayuda, sí lo hace la Iglesia evangélica.

Y sin embargo le sigue faltando algo: sigue teniendo fascinación por la experiencia católica,  dentro de sí siente que es “la Iglesia verdadera”, es una llamada interior, así que se acerca a los grandes padres de la Iglesia, como Agustín, Ignacio de Antioquía e Ireneo. Las amenazas aumentan, pero la fuerza de la nueva conversión, al catolicismo, le da la sonrisa y la plenitud de la vida.

El encuentro con Cristo es real ahora, queda fascinada por este pasaje: “Yo, el Señor, te llamé para la justicia […] para que abras los ojos a los ciegos y hagas salir de la cárcel a los presos, de su reclusión a los que habitan en las tinieblas” (Isaías 42,7-8).

Sabatina comprende que su misión es apoyar a las mujeres musulmanas que se dirigen a ella porque han sido pegadas y repudiadas por sus maridos, que las quieren deportar a sus países de origen. Y nosotros los católicos, lamenta Sabatina, “enseñamos que todas las religiones son iguales, y así logramos que los católicos se conviertan al islam y se vayan a combatir la yihad a Irak”.

Con la fundación de la que se ha convertido en embajadora, Terre des Femmes, hoy lucha por la igualdad de las mujeres musulmanas. “Miles de mujeres son torturadas y asesinadas en nombre de Alá; en los últimos años, sólo en Pakistán, más de 4000 mujeres han sido quemadas vivas”, escribe en su libro “Mi lucha por la fe y la libertad” (Ed. Palabra, 2013).
sources: ALETEIA