Advertencia del mas allá

CONFESIONES DEL INFIERNO AL MUNDO CONTEMPORÁNEO 


El Padre Arnold Renz, fue encargado del exorcismo practicado a Annalise Michel, del que proceden estas revelaciones

EL TRAJE ECLESIÁSTICO

J-Judas Iscariote
E-Exorcista

 J – Seria bueno que los Sacerdotes vuelvan a usar sotana negra. Nosotros estamos obligados a decírselo, las almas dañadas ya se lo dijeron (*). Cuando un Padre se presenta a la paisana, en camisa con corbata despampanante (no es preciso serlo) ninguno sabe si es el reportero o... (ríe irónico). 

E – Di la verdad de parte de la Santísima Virgen, ¡solamente la verdad! 

J – ...Un diplomático... un director (ríe a carcajadas) o un conferencista que... 

E – ¡Di la verdad, solo la verdad de parte de la Santísima Virgen!

 J ... que... (ríe sarcástico). 

J – ...o cualquier otro “burro” a la pesca de bombas eróticas. 

E – ¡Di la verdad y solo aquello que es de la voluntad de la Sanísima Virgen!

 J – Todo está relacionado, ¡todo está relacionado! (continúa riendo con actitud malvada).  ¡Es precisamente esto...! (rezonga). 

E – ¡Habla en nombre de Jesús!

 J – ¡No quiero! 

E – ¡Tienes que decir la verdad! ¡Habla Judas Iscariote! 

J – Fue lo que yo hice. 

E – Tienes que hablar, ¡sobre las órdenes de la Santísima Virgen! 

J – Cuando un Padre se presenta en camisa deportiva, bien elegante, el resultado es que cualquier “gallina presumida” puede pensar que él la desea. ¿Será este el ejemplo digno de un Padre? ¿Qué ejemplo es el que da un Padre en estas condiciones? ¿Cuántos errores se verifican en los últimos años por causa de esto, cuanto mal se podría haber evitado si los Padres todavía se presentaran vestidos con su verdadero, primitivo, antiguo, bueno y tradicional...(rezonga). 

E – ¡Di la verdad en nombre de a Santísima Virgen, di lo que tienes que decir! ¡Habla!

 J – ...No apenas bueno... (gime).

 E – ¡Di la verdad! ¡Habla! ¡Que la verdad total salga para afuera! Judas Iscariote, en nombre (...). 

J – ...Más el conveniente traje, yo... 

E – ¡Continúa en nombre (...)! ¡Lucifer, tu no tienes derecho de atormentarlo! J – ...En su sotana (**) sacerdotal, en su traje... yo no se como decirlo. Tomemos por ejemplo a los Benedictinos. A muchos Padres les quedaría mucho mejor el hábito de San Bento, que vestido de civil, desarreglado, que jamás podrá representar lo que debe. Miremos el hábito de San Francisco con su capa. A cuántos laicos, a simple vista de este hábito, aunque sea de lejos ¡no sugeriría pensamientos mejores! Ni era preciso estar junto a él. ¡Cuántas veces no se jugó en un instante de estos la salvación de un alma! Se a dado el caso también de personas que piensan que, si todavía hay Padres, a pesar de todo, Dios tiene que existir, pues de lo contrario, esos hombres no usarían hábitos. 

E – Continúa diciendo la verdad de parte de la Santísima Virgen, di lo que tienes que decir y que es de la voluntad de la Santísima Virgen, ¡solamente la verdad!

 J – Y la persona piensa para si: Si es verdad que Dios existe, algo tiene que cambiar en mí. ¿Que debo hacer? Y toda la noche ese pensamiento va ganando fuerza en su alma; por fin, esa persona se decide por el camino que la conducirá a un religioso de hábito, aun hombre de sotana negra, o a un Padre de hábito Benedictino... será como sea que ellos se llamen esto solo le traería beneficios, a ustedes y al mundo entero. Sería sumamente ventajoso para las almas. Solo por esto millares de almas serían salvadas. Que en los encuentros, en los lugares públicos en todas las partes, donde se encuentre un Padre así, cuantas mujeres, cuantas personas, no se comportarían mejor, menos negligentemente, o sea, de otra manera (se interrumpe) 

E – ¡Di la verdad, Judas Iscariote! Di lo que la Santísima Virgen quieres que digas, solamente la verdad, en nombre (...).

 J – Cuantos rayos saludables no penetrarían, entonces, las almas de esas personas, con este pensamiento: “el es el Padre y representa la Bendición Divina, el Santísimo Sacramento, tiene todo el poder. Dios es su sustento; nosotros ya nada podemos hacer, todos tenemos que morir...” Las cosas podrían muy bien acontecer así, como les termino de contar. Repítelo una vez mas todavía, porque... 

E – Di la verdad judas Iscariote, di lo que la Santísima Virgen te encarga de decir. Lucifer, tu no puedes impedir a Judas Iscariote de hablar, ni siquiera perturbarlo, ¡en nombre (...)! 

J – ...Porque es horrible cuando una mujer en pollera corta se sienta en frente de un Padre y la paisana, sin saber que él es el Padre. De hecho, ella verifica, que por su mirar, que por su comportamiento, que él es algo mas elevado. Ella se lo siente de cierta manera y eso hace que se quiera acercar todavía más a él, nada de eso acontecería si él usase el hábito o el traje religioso. Casos como estos, llevan a muchos Padres a desviarse del buen camino y se casan y consecuentemente, claudican de sus funciones Sacerdotales. La Iglesia Católica está en una situación difícil. Volvió al punto cero. 

E – Di la verdad Judas Iscariote! Lucifer tu no tienes derecho de impedir a Judas Iscariote hablar, ¡no puedes perturbarlo! Judas Iscariote, ¡di lo que la Santísima Virgen te encargo de transmitir! 

J – (Solo se perciben sonidos guturales indefinibles y una sensación de estrangulamiento).

 E - ¡Habla, Judas Iscariote, en nombre (...)! ¡Lucifer, tu no tienes el derecho de perturbar; vete, en nombre (...)! (*) Ningún Exorcismo anterior, que no se halla publicado hasta ahora. (**) Todo indica que sotana perturba terriblemente al Diablo. De ahí la gran resistencia en decir el valor del traje. 

SOLO LA INTERVENCIÓN DE DIOS 

J – Solo la intervención del propio Dios, de aquel de allá arriba (apunta para arriba), puede todavía salvar a la Iglesia. La tenemos totalmente presa en nuestras redes. Corre el peligro de perecer. La situación es crítica. Está acorralada por los modernismos, por las ideas de los profesores, de los doctores, de los Padres que se creen más inteligentes que los otros. Solo la oración y la penitencia la pueden todavía juntar, mas son bien pocos los que la practican (respira profundamente y con dificultad). 

E – Di la verdad Judas Iscariote. Lucifer, tu no tienes nada que hacer e incomodar. ¡Vete! ¡Deja a Judas Iscariote hablar, en nombre (...)!

 EL INFIERNO Y TODO SU HORROR 

J – ¡Es una gran victoria para nosotros que somos ya muy pocos! ¡Padres hablen del infierno! El infierno en todo su horror, debería pintarse en las paredes. Lo mismo que así lo hicieran, lo mismo que lo hicieran no llegarían a tener una pálida idea de su horror. ¿A dónde es que encontramos todavía un Padre que hable sobre el infierno, la muerte, el purgatorio o sobre cualquier otro asunto del género? ¡Solo muy pocos lo hacen! Y estos no llegan para el ejército, para la multitud de personas, que se encuentran en el camino de la perdición. 

E - ¡Continúa, Judas Iscariote! Lucifer, tu no puedes impedir ni perturbar, Judas Iscariote, cuando él habla. El dice lo que la Santísima Virgen le encarga decir, ¡en nombre (...)! 

J – Es también uno de los motivos principales... 

E – Continúa diciendo la verdad, lo que la Santísima Virgen quiere que digas, ¡Judas Iscariote!

 J – ...Un soporte al que no podemos agarrarnos. El caso es que ya no se predica sobre el infierno, en toda su extensión. Y eso no bastaría todavía, ya lo dice aquí: “El infierno es mucho mas horrible de aquello que comúnmente se piensa” (suspira y llora)