Test para evaluar la devoción a la Virgen María

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Es un test muy pero que muy sencillo: de UNA sola pregunta. De la respuesta  a esa pregunta se mide el nivel de devoción mariana. Pues al empezar a leer este breve artículo…..¿qué pregunta es la que se nos pasa por la imaginación que pudiera ser?

– ¿Rezo todos los días el Santo Rosario?

– ¿Hago alguna peregrinación a Santuario Mariano?

– ¿Tengo en mi hogar alguna imagen o cuadro de la Virgen María, ubicado en sitio preferente?

– ¿Pertenezco a una Hermandad o Cofradía que tenga por Titular alguna advocación Mariana?

– ¿Dedico poesías o pregones a la Virgen María?………………

Bien: todas esas preguntas son indicativas de la devoción SENSIBLE a la Virgen María, y si hubiera que destacar más una de ellas sería la primera, el rezo (diario) del Rosario. Pero la PREGUNTA clave no es ninguna de las mencionadas. Para conocer si de verdad tengo…VIVO la devoción a María Santísima, es preciso recordar que Ella es la MADRE de DIOS y MADRE NUESTRA. Como Madre lo que desea es que nosotros sus hijos vivamos en GRACIA de DIOS. Por lo que la pregunta es:

¿Con qué frecuencia me CONFIESO?

A mayor frecuencia de confesión, mayor es REALMENTE mi devoción por la Virgen María. Pues lo que Ella desea es que estemos CERCA, muy cerca de DIOS. Y para estar cerca de Dios es preciso ocuparse en vivir en Gracia de Dios, y por ello hay que confesar con regularidad. Para una persona con vida cristiana, de verdad y no sólo de apariencia, lo ideal es la CONFESIÓN SEMANAL.

Elegir un día a la semana, pues, para acudir al sacramento de la confesión, y, de esa manera, mostrar el Amor más auténtico por Nuestra Madre la Santísima Virgen María.

¿No te confiesas nunca? ¿Crees que no lo necesitas? ¿No te reconoces pecador? ¿Te confiesas con muy poca frecuencia?…o, peor aún: ¿Acudes a comulgar sin haber confesado tras haber cometido un solo pecado grave?

Si respondemos que Si a esas preguntas, entonces NO tenemos verdadera devoción a María Santísima, aunque recemos muchos rosarios, viajemos en peregrinación a Santuarios marianos, digamos poesías y pregones…..o tengamos la casa llena de estampas.

La devoción a la Virgen María tiene su lugar propio como fundamento: la CONFESIÓN.