3 milagros del Padre Pío

Un señor  de Foggia (Italia), tenía 62 años en 1919 y caminaba sosteniéndose con dos muletas; pues en un accidente se fracturó las dos piernas; cuando se cayó se su carruaje. Los doctores no habían podido ayudarlo. Después de confesarse con el Padre Pío, el fraile le dijo: "¡Póngase de pie y camine!” “Usted tiene que tirar las muletas”. Ese hombre llevó a cabo la orden y empezó a caminar solo de nuevo. Todos  los que lo vieron quedaron sorprendidos.Resultado de imagen para padre pio


Otro suceso extraordinario pasó en 1919 en San Giovanni Rotondo. Un joven hacía 14 años que estaba deforme, desde que contrajo el tifo. Tenía dos grandes jorobas. En una oportunidad en que se confesó con el Padre Pío, el santo fraile lo tocó  con sus manos estigmatizadas, y  de repente el muchacho se puso de pie y sus jorobas desaparecieron. 


Gracia era una campesina de veintinueve años, ciega de nacimiento; en una oportunidad en que conversara con el Padre Pío, éste le preguntó si quería ver, a lo que ella respondió: “claro, que quiero ver”, "Bien, usted recuperará la vista”; le dijo el  Padre Pío y  la envió a Bari (Italia). Allí fuè examinada por un competente especialista, oftalmólogo, quien después de evaluarla le comentó a su esposa, la cual era amiga del fraile: ¡No hay esperanza para esta muchacha! el Padre Pío puede sanarla únicamente por un milagro; pero yo debo regresarla a su casa sin operarla. Su esposa insistió y le dijo a su marido: "Pero si el  Padre Pío, te  la envió, intenta operarla”. El doctor estuvo de acuerdo, y al operarla se recuperó  en los dos ojos. ¡Los ojos de Gracia fueron sanados! Ella podía ver perfectamente.  Al regresar a San Giovanni Rotondo, ella corrió al convento; y  arrojándose a los pies del fraile, éste le ordenó se levantara inmediatamente, mientras ella le suplicaba..."Bendígame Padre..., Bendígame! Por lo que el fraile marcó la señal de la cruz en el aire; mientras tanto Gracia continuaba esperando la bendición, pues cuando era ciega la bendecía tocando su cabeza; Así  que el Padre Pío  le dijo: "¿Es que acaso necesitas la bendición a cada rato?