En el silencio de mi Sagrario

Enero 8/08 a Agustín del Divino Corazón
Jesús dice:


Pequeños míos, escuchad cómo os hablo, pero vuestros oídos están cerrados a mi voz, voz que desde el silencio del Sagrario os llama a venir a Mí, porque mi mansión acá en la tierra ha dejado de ser mansión para convertirse en un desierto árido y solitario. Solitario porque os llamo y no hacéis caso a mi llamado. Solitario porque esta porción de cielo, en medio de vosotros, está deshabitada; los pobladores no quieren salir de sus parcelas, parcelas regaladas por Mí, porque mi amor es infinito y eterno por vosotros.


Solitario porque las almas son remisas a mi presencia, presencia que es cuestionada, ya que la inteligencia es menguada para creer en esta manifestación de mi amor. Venid, que henchiré vuestro corazón del silencio. Henchiré vuestro corazón de mi Divinidad.
Henchiré vuestro corazón de mi paz.


Henchiré vuestro corazón de mi misericordia.
En la Hostia Sagrada está mi Divino corazón, Corazón Eucarístico que arde de amor.
Corazón Eucarístico solitario que desea ser acompañado. Corazón Eucarístico que está impregnado de misericordia para todos vosotros.
En el silencio de mi Sagrario cubro la desnudez de vuestro corazón, os revisto como a príncipes porque sois hijos del gran Rey. Rey que regirá la tierra por órbitas sin


límites.

En el silencio de mi Sagrario tomo vuestras flaquezas y os hago fuertes.
Tomo vuestras miserias y os purifico.


Tomo vuestro gemir y os lo devuelvo en gracias, gracias imperceptibles a vuestros ojos, pero perceptibles para los ojos del cielo.


En el silencio de mi Sagrario vuestras llagas son sanadas, vuestros muros de concreto son derribados, vuestras quimeras se hacen realidad, vuestros pasos vacilantes toman vigor a seguir caminando, aún, en medio de vuestras luchas, luchas que sólo son superadas si gastáis parte de vuestro tiempo a la oración de corazón, frente a mi Corazón Eucarístico presente en la Sagrada Hostia.